Diez

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—Me harías un gran favor, adiós, un placer Juan, me caíste bien, Chao —termina de leer Steven —Están locas.

—Todas lo están.

—Si, pero ellas más.

—Me duele decirte Steven que tú estás más loco que ellas juntas.

—No seas imbécil —golpea mi hombro.

Me río.

—Odio estas reuniones, malditos mexicanos que no pueden estar solos en otra país.

Siento un golpe en mi cabeza.

—Juano tú naciste ahí, así que no te quejes, cuando maldices a México te estás maldiciendo —dice mi mamá.

—Si Juano, tú mamá tiene razón, insultas a nuestro país —se burla Steven.

Otro golpe va para el.

—Steven, no seas sarcástico —le regaña su mamá.

—Si Steven.

Nuestras madres se ven y nos regalan un golpe lleno de amor en nuestras cabezas.

—Desde ahora les traeremos seguido —sentencian ambas.

—Están locas —dice mi mejor amigo cuando ambas ya han desaparecido.

—Te apoyo. Las mexicanas, en especial nuestras madres, están locas.

—Si que lo están.

—Mi esposa siempre ha estado mal de la cabeza —dice mi papá —pero siempre la he amado.

Todos nos callamos y las vemos, todas las mujeres están locas pero son perfectas.

Suena mi celular, notificación de WhatsApp.

Donabeth💕
¿Sigues ahí?
Perdona a Carolina, esta loca.

Y hablando de locas, llegó la única loca que me importa.

Hasta encontrarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora