Capítulo 7

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No terminó de gritar por que la boca de Stefano la acallaba con prontitud, fue una invasión que no esperaba. Pero ahí estaba de pie pegada a él y de pronto empezó a luchar furiosa y a tratar de quitárselo de encima logrando que los fuertes brazos de Stefano la rodearan y apretaran con más fuerza inmovilizándola casi completamente. Su cerebro le enviaba órdenes frenéticas de que luchara por que si no tarde o temprano su cuerpo se rendiría y eso ya estaba pasando, la boca de Stefano la devoraba y de pronto se vio gimiendo de deseo. Él aflojó un poco la presión que hacía para impedir que se fuera y ella se pegó más a él si es que eso era posible. La excitación de Stefano era evidente y eso la enloqueció y la hizo olvidarse de todo, las acusaciones, la humillación, todo... estaba a resguardo lejos del momento que ahora vivía con el hombre que había sido su martirio, el verdugo de sus pensamientos, el que le había destrozado el corazón.

De pronto se vio tendida en la cama, mientras él susurraba su nombre y le besaba el cuello y mordisqueaba el lóbulo de su oreja para luego devorar nuevamente su boca. Sus manos no estaban quietas y aprisionaba con una de ellas uno de sus pechos palpándolo y apretándolo haciendo que ella se arqueara de placer. En un instante le sacó la camiseta por la cabeza y gruñó al ver sus pechos aprisionados.

- ¿Por qué me haces esto? – Preguntó con voz entrecortada sin que ella tuviera aliento para responderle.

Quitó inmediatamente la barrera que los tapaba y le lanzó una hambrienta mirada al verlos por fin en su plenitud, redondos, blancos y suculentos esperándolo ansiosos. Cuando él por fin dirigió su boca hacia ellos, Jackie lanzó un prolongado suspiro de alivio para ser luego reemplazado por gemidos de placer. Creyó no soportar tantas emociones e intentó apartarlo pero él se lo impidió.

- Stefano por favor... - Le susurró.

- Sí. Di mi nombre. Dime lo que quieres, lo que te gusta...

¿Lo que le gustaba? Ella no sabía de esas cosas y eso estuvo a punto de traerla de vuelta a la tierra de no ser por que en ese instante él le quitó el pantalón con todo y la ropa interior, haciendo que instintivamente intentara cubrirse y se apartara dejándolo con el ceño fruncido.

- ¿Qué haces? – Le preguntó confundido.

- Nada. – Dijo ella tomando una almohada para taparse.

- ¡Eres tímida! – Dijo él sorprendido.

- Algo así... creo que debemos dejar esto por la paz ¿no crees? Antes de que nos salgamos de...

Nuevamente antes de terminar la frase ya lo tenía sobre ella, la almohada voló por un lado y ella no le quedó más remedio que reír.

- ¿Nos salgamos de control? Es demasiado tarde para eso querida, desde que te conocí estoy fuera de control. – Dijo él. – No te escapes así de mí ¡Eres hermosa! – Exclamó al contemplarla desnuda. – Y ahora eres mía.

Y atacó de nuevo sus pechos, pero esta vez él ya estaba sin el albornoz y al sentir su piel sobre la suya ansió con locura que estuviera dentro de ella.

- Ya, por favor – Le rogó con los ojos cerrados.

- Mírame – Le ordenó él y ella se negó haciendo que él le tomara el rostro entre las manos y se lo dijera una vez más – ¡Mírame!

Jackie abrió los ojos y lo miró con el deseo quemándole por dentro, no era la única pensó con satisfacción al verlo a él en iguales circunstancias. Abrió la boca incrédula al verlo desnudo y él se rió.

Un Amor para recordar (Saga Amores Inolvidables 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora