Estamos en el sillón junto a la chimenea, me encuentro en el medio de Sierra y mamá, ellas están recostadas sobre mis brazos, estamos mirando todos hacia la chimenea como perdidos es nuestro pensamiento, tratando cada uno de entender lo que implica mi partida a la guerra. Este abrazo entre los tres parece eterno, volteo a ver y ellas están tratando de quedarse dormidas, una gran tristeza se apodera de mi al ver que no las tendré cerca en mucho tiempo, tendré que arriesgar mi vida, mis sueños, la posibilidad de estar con las personas que más amo, todo por una estúpida guerra que ni siquiera entiendo muy bien porque estallo. Mis ojos empiezan a cerrarse debido a el cansancio y me fundo entre el abrazo de mis dos chicas y quedo dormido.
Me acabo de despertar y veo que seguimos en la posición en la que estábamos hace 3 horas, me duelen los brazos y el cuello por estar en el mismo lugar tanto tiempo. Trato de levantarme sin despertar a Sierra y a mamá, pero mi intento falla y se despiertan ambas al tiempo un poco asustadas.
- ¿A dónde vas cariño? - pregunta mi madre apenas abriendo los ojos.
-Solo iré a mi cuarto- respondo.
Subo las escaleras y me dirijo a mi cuarto, cierro la puerta y me siento en la silla de mi escritorio, quiero escribirles una carta a Sierra y a mi madre, deseo entregárselas cuando nos despidamos mañana en la base militar. Busco dos hojas y empiezo primero con la de mamá, luego con la de Sierra, meto cada una en un sobre y luego las guardo en mi mochila. En el mismo instante que guardo las cartas suena la puerta.
- ¿Cam, puedes bajar un momento? - es la voz de Sierra.
- Claro, enseguida bajo- digo.
Bajo las escaleras y veo que no hay nadie en la sala de estar, así que me dirijo a la cocina en donde efectivamente están mamá y Sierra. Huele delicioso, mamá cocino mi plato favorito, enchiladas. Yo alisto la mesa mientras mamá sirve, nos sentamos juntos en la mesa y hacemos una oración, empezamos a comer luego y a mi madre le brotan algunas lágrimas de sus ojos.
-Mamá todo va estar bien, te lo prometo- digo como en un susurro.
Ella me mira con esos ojos de amor.
-Prométeme que volverás- dice como quien suplica que le den esperanza.
-Te lo prometo- digo dándole eso que necesita.
Acabamos de cenar y cada uno va a su cuarto estoy seguro que esta va a ser una noche larga para todos.
NARRA SIERRA
Me dirijo a mi cuarto con un nudo en la garganta, me tendré que separar de mi hermanito, ese niño que con sus tonterías me hace reír siempre, digo niño porque para mí siempre será mi pequeño. Recuerdo cuando éramos pequeños y solíamos jugar juntos en el patio, el corría por ahí tratando de alcanzarme y yo reía de verlo persiguiéndome, en fin, son muchos recuerdos. Solo le pido a Dios que todo salga bien y que pueda regresar pronto. Me meto a la cama y logro conciliar el sueño después de un rato.
NARRA GINA
No logro entender como Cameron creció tan rápido, recuerdo cuando nació, lo sostuve en mis brazos y supe que iba a ser un chico especial y además muy guapo, ahora me enfrento a el dolor de tener que separarme de él, siento como algo se desprende de mi corazón, es difícil para una madre dejar ir sus hijos y aún más cuando sabes que ira a la guerra. Guardo la esperanza de que volverá pronto a casa.
NARRA CAMERON
Esta amaneciendo y ya casi es hora de ir a la base militar, ya casi es hora de partir. Me levanto y tomo una ducha, me pongo una sudadera, prefiero estar cómodo. Bajo las escaleras y encuentro a mi madre y a Sierra listas para llevarme a la base militar.
De repente recibo una llamada a mi celular, es Sara.
- ¡Cam! - dice con tono agitado.
-Hola Sara- digo.
-Espero que no te hayas ido- dice preocupada.
-No aún no- respondo
-En unos minutos llego- dice Sara y termina la llamada.
Sara no tarda en llegar y nos subimos los cuatro a el auto de Sierra, en el camino nadie pronuncia palabra, todos parecen perdidos en sus pensamientos. Miro por la ventana y en cada esquina se me viene un recuerdo a la mente, el parque donde jugué mi primer partido, la esquina donde conocí a Sara, el Café donde solía ir con mis amigos a beber algo, tantos recuerdos. Llegamos a la base militar como quien llega a el peor lugar que puede imaginarse, todos tenemos mucha tristeza. Se puede ver la fila de ingreso a la base, en ella observo a cientos de jóvenes como yo, acompañados de sus seres queridos, unos abrazándose, otros llorando, otros besándose, suspiro y miro a Sierra.
- ¿Estás listo? - pregunta.
-No lo estoy, aunque tampoco tengo alternativa- digo haciendo una mueca
Nos bajamos del auto y empezamos a hacer la fila para el ingreso, pasan un par de horas y llego al final de ella. Sé que llego la hora de despedirnos, la maldita hora de despedirnos.
-Adiós- digo con notable tristeza.
Mi madre rompe en llanto al cual se le unen Sierra y Sara.
-Mis pequeñas, volveré antes de que se den cuenta que me fui- digo para tratar de tranquilizarlas.
Ellas me miran y saben que tendrán que resignarse.
-Adiós cariño, cuídate mucho y regresa pronto- dice mi madre dándome un abrazo y un gran beso en la mejilla. Se me hace un nudo en la garganta.
-Adiós Cam, te extrañare- dice Sara.
-Adiós hermanito, espero que no hagas travesuras allá- dice dándome un beso en la frente.
Nos damos un gran abrazo grupal y me dirijo hacia la entrada, un militar poco agradable me espera.
- ¡Por poco se me olvida! - exclamo recordando que había hecho unas cartas para Sierra y mamá.
Saco las cartas de mi mochila y se las entregó a cada una, les pido que la lean cuando yo ya me haya ido y ahora si me dirijo a la entrada de la base con algunas lágrimas en mi mejilla que seco antes de llegar, en la entrada el militar me hace una requisa y me hace ingresar, pronto seré oficialmente un soldado.
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NOTA: Chic@s quiero que comenten que es lo que mas les ha gustado de la novela y si quieren que continúe escribiendo.
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SOLDADO DALLAS (FANFIC)
FanfictionEl joven Cameron Dallas se ve obligado a ir a la guerra, la enfermedad de su hermana y algunas circunstancias lo harán regresar y conocer a el amor de su vida. Una historia romántica entre el amor y la guerra.