Aquí me tienes.

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-Es impresionante. -dice Kunikida-san.
-Al no haber nacido con su poder supongo que ni yo puedo absorberlo. -dice Dazai.
-¿Eso es malo? -digo.
-...(N)-chan, ya puedes bajar la mesa.
-Ah.. claro.

Hace unos días he logrado controlar esto a mi antojo, la verdad es que no entiendo como es que lo poseo, no recuerdo nunca cuando pequeña haber vivido los sueño que me han estado atormentando y más que sueños han sido pesadillas. Kunikida-san es el único que sabe aparte de Dazai y yo sobre esto y espero que me pueda ayudar a saber el porque de esto que para mi es completamente extraño y ajeno. 

-Por ahora será mejor que no digas esto a nadie más ¿bien? -dice Kunikida-san mientras se va.
-Bien, entiendo.
-Bueno, entonces me voy, nos vemos luego, adiós.
-Adiós. -decimos al mismo tiempo Dazai y yo.

Él cierra la puerta y al darme vuelta veo a Dazai recostado en el sillón, mirándome fijamente lanza una sonrisa entre cerrando sus ojos, me acerco a él y me agacho para besar su frente.

-¿Quieres comer algo? -digo.
-Mhh.. si, ven.

Tira de mi brazo y en un movimiento caigo sobre su cuerpo, últimamente sabe muy bien como poder dejarme inmóvil en un segundo y yo, claramente no me voy a oponer.

-Quiero que sepas que se viene una pequeña tormenta. -dice acariciando mi espalda.
-¿Eh? ¿de que hablas?
-Ya entenderás, solo quiero que en ese momento no te separes de mi y si debes hacerlo promete que sobrevivirás.
-Dazai.. no entiendo ¿porque dices eso?
-Prometelo.
-... está bien.

Él acaricia mi nuca y yo puedo escuchar su corazón latir, levanto mi cabeza y beso su mentón, mis manos suben y se apoyan en sus hombros, tomo un poco de impulso y pongo mi rostro frente al suyo, sus ojos miran los míos de forma que mi cuerpo entero logra temblar, sus manos bajan por mi espalda y  siento de nuevo el escalofrío desde mis pies hasta mi cabeza.

-¿Puedes prometerme algo tú? -digo.
-¿Qué?
-Cada vez que tengas que irte, por favor, besame como si fuese la última vez.
-Lo prometo.

Él toma mi cabeza y mis labios se hunden en los suyos, éste beso es diferente, sus manos rodean mi cintura y sus piernas suben poco a poco, dejandome atrapada.

-Ah.. mhh..
-¿Quieres ir a la cama? -susurra en mi oído.
-Ah.. aquí está bien.
-Bien..

Toma mi playera y la saca, yo desabrocho su camisa y la abro, pongo mis manos en su pecho y bajo para besar su cuello, sus manos recorren mi espalda desnuda haciendo que mi interior tiemble y lo desee. Sus movimientos son frenéticos, son fuertes y mi cuerpo lo quiere así, se está poniendo tibio y mi respiración es fuerte, mis labios se pegan a los suyos y absorben cada sector de ellos, siento como sus manos tocan mis nalgas y las aprietan, como su ser entero y el mio quieren ser uno solo luego.

-Me gusta mucho... tu aroma. -susurra a mi oído.
-Mh.. 
-Me gustan tus hombros.. -besa mis hombros. -me gusta tu cuello -besa mi cuello. -me gusta tu cadera.

Sus manos la aprietan, cada palabra que sale de él en este momento podría hacer que mi cuerpo explotara del solo éxtasis que me hace sentir tener el suyo tan cerca del mio. Estoy impaciente y él sigue besando mi pecho y mi cuello.

-¿Podemos.. hacerlo ya?
-Estaba esperando.. a que dijeras eso.

Nuestros cuerpos cuando son uno pareciera como si el tiempo fuese poco. Saca el resto de ropa que queda en mi y yo hago lo mismo con él, su cuerpo está caliente, me abrazo de su cuello y poco a poco comienza a entrar en mi.

-Mhh..
-¿Estás bien? -dice.
-Si.. estoy bien.

Beso su frente y el me abraza, sus brazos rodean mi cuerpo, cada vez que sus besos y su respiración chocan en mi piel mi ser entero se estremece, siento sus latidos rápidos, fuertes que se combinan con mi respiración que se entre corta, sus embestidas son suaves pero profundas, cuando es mío de ésta manera yo ya he sido suya diez veces más.

De un accidente nació la felicidad. [Dazai Osamu x Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora