Especial San Valentin 3

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Hola a todos, aqui yo de nuevo, algo tarde porque ya no es miercoles, pero... Digamos que hoy salia tarde de la universidad, me quede dormida cuando llege y por no mencionar que estuve haciendome menza por buen rato xD

Proximo capitulo: Lunes (esta vez lo recorrere unos días porque aun no termino el proximo capitulo y entrare en examenes la prox semana, así que escribire todo lo que pueda para solo subirlos en mi semana ocupada, espero no les moleste x3)

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San Valentín, ese día en que el amor, la pasión, los chocolates y los regalos...

— ¡Bla bla bla! Ya aburriste a todos con la misma introducción de siempre, seguro leyeron eso en el primer capitulo y se fueron para no volver, así que, ahora solo comienza la historia —interrumpió Nick en medio de la narración como si fuera mi jefe o tuviera una clase de poder supremo para meterse en las cosas que se supone que no deberia. Pero está bien, empecemos.

Era una mañana bastante tranquila, cierto zorro había optado por pedir el día libre con toda tranquilidad, pero quien no había aceptado aquello e incluso lo había reprochado por faltar había sido su pequeña y tierna novia, quien por nada del mundo había recurrido a aquello y había ido a trabajar como todos los días. Lo bueno que aún no vivían juntos o si no lo hubiera obligado a al menos levantarse temprano ese día.

Para él era un día en donde tendría que hacer demasiadas cosas como para preocuparse por su empleó, por mal que sonara aquello. Eso y que, siendo honestos, ¿A quién le gustaba ir a trabajar?

Apenas despertó, cerca de las 8 de la mañana, se levantó de la cama, arreglo su pelaje y vistió sus casuales ropas de siempre con una corbata floja. Cepillo sus dientes, desayuno algo rápido y se marchó de su departamento dejando platos sucios y cama destendida a su paso. Cuando volviera arreglaria todo.

En las calles se respiraba el mismo ambiente que siempre, con mamiferos de un lado a otro yendo a trabajar y algunos otros como variante de la fecha que se celebraba cargaban regalos o paseaban con globos de helio en forma de corazón o con algún mensaje cursi.

La primera parada que haría en su viaje sería una joyería que tiempo atrás su pareja y él habían ayudado a malograr un intento de robo. Apenas el dueño del lugar vio entrar al zorro por la puerta se puso de pie detrás del mostrador y sonrió con amabilidad, sabiendo a la perfección lo que su cliente venía a buscar. No era el único cliente en la joyería, a su derecha el zorro pudo ver como una liebre en traje elegante veía indeciso los objetos del mostrador.

"¿Quién anda de traje tan temprano?" Pregunto Nick en su mente, olvidando claramente que había animales en donde sus puestos de trabajo requerían esa vestimenta. Así como el debía usar su uniforme.

Con tranquilidad el zorro se acercó hasta el encargado de la tienda, saludándolo con toda tranquilidad, como si fuera un viejo amigo de toda la vida, recargo su hombro sobre el mostrador y espero que aquel cerdo sacara las cosas que había ido a recoger.

Sin mucho contra tiempo ante él tenía un collar de oro puesto en una pequeña caja de cartón dorada, el pago era innecesario de hacer, pues ya tenía unos días de haber sido completamente pagado, aquello le había salido a un mes sin sueldo y comiendo lo que le alcanzaba con lo poco que había sobrado. Él zorro se había quedado un momento revisando que el broche sirviera correctamente, mientras que el dueño del lugar respondía unas cuantas preguntas que cierta liebre tenía.

— Disculpe —con toda seguridad él otro cliente que se encontraba llamo la atención de Nick, provocando que este volteara a verlo— Va a sonar un poco rara la pregunta, pero... Es la primera vez que hago esto y estoy demasiado indeciso, el caso es... —metiendo las patas en los bolsillos escucho con atención lo que tenía que preguntar la liebre— ¿Usted que le regalaría a una zorra ártica? —en efecto, la pregunta había sido bastante rara, aunque mirándolo desde el hecho de que él se encontraba en una relación con una coneja, no tenía por qué cuestionar.

— ¿Una zorra ártica? —repitió colocando una pata en su hocico bastante pensativo, en ningún momento había puesto cara de que le molestara dicha pregunta, pues, al menos en esa fecha de desesperación era buena idea ayudar a alguien confundido— Podrías comprarle algo que combinen con el color de sus ojos ¿De qué color son? —se acercó al mostrador donde estaba la liebre y miro las cosas entre las que se estaba decidiendo.

— Azules... —no lo hacía notar demasiado, pero estaba nervioso.

— ¿Algo que le guste? —continúo cuestionando Nick mientras descartaba las opciones que tenía.

— Los autos... Los postres... —se quedó pensando por algunos segundos más mientras el zorro pensaba en que hubiera sido mejor idea que la llevara a comer y solo comer, porque el carro le saldría demasiado caro, vamos que si su sueldo le permitía regalar un deportivo ¡Vamos que incluso fingiría ser la chica que le interesa para obtenerlo! Lástima que Judy jamás fuera a regalarle algo así... Ella no comprendía las maravillas de tener un auto costoso cuando hasta el vehículo más anticuado era útil para desplazarse— Las mariposas —recordó el pequeño mamífero emocionado. Si el zorro supiera leer mentes estaría seguro que aquella liebre no tenía idea de que cosas con exactitud le gustaban a la zorra.

— Bien ya tienes el color y la forma, ahora es tu trabajo decidir si quieres regalarle collar, pulsera, anillo o aretes, después de eso será mucho más fácil que te inclines por alguna cosa —sonrió, tampoco iba a decirle exactamente qué cosa darle a la novia de un tipo que apenas se había topado hace 5 minutos.

Sin mucho rodeo tomo lo que había comprado, deseo suerte a la liebre y se despidió de ambos con total tranquilidad. En su siguiente parada se dirigió a una florería, donde pidió dos ramos uno el cual se llevaría en ese mismo instante y otro por el cual volvería más tarde, a uno de ellos debían poner entre las flores lo que había comprado en la joyería y el otro sería sencillo. Nada fuera del otro mundo.

Una vez comprada la mercancía no tardo demasiado en llegar a una pequeña casa, donde toco el timbre y fue recibido con toda la alegría del mundo, así como con un fuerte abrazo.

Se trataba de la persona a quien más amaba en el mundo y a quien le debía la vida entera.

Entrego las flores y paso al lugar donde había vivido por muchos años.

— Pensé que estarías trabajando —preguntó la zorra sonriente mientras colocaba las flores en la mesa y andaba hasta la cocina para sacar un florero y colocarle agua.

— Pedí el día libre, así podia venir a visitarte —comento él tomando asiento en el sofá.

— Me extraña que Judy te haya dejado tomarte el día libre —rio colocando el florero en la mesa y sacando las flores del papel en que estaban enrolladas. Algo cayó al piso llamando la atención de ambos— ¡Oh! ¿Qué es esto? —la madre de Nick se agacho tomando entre sus patas una pequeña cajita.

"¡Rayos! ¿Eso no es...?" se cuestionó nervioso el zorro en su mente mientras que su madre abría el objeto que tenía entre sus patas y observaba con inmensa alegría el pequeño y hermoso regalo.

— ¡Esta hermoso! —sonrió y se acercó hasta su hijo para abrazarlo. Nunca se hubiera esperado que él le regalara algo así.

— Me alegra que te gustara madre —sonrió no del todo falso, pues la cara de felicidad que tenía no la hubiera cambiado por nada. Aun si eso significara que había perdido el regalo que con tanto trabajo había conseguido para su novia.

Ahora tendría que pensar en que rayos regalarle cuando la viera por la tarde, porque dudaba que las flores fueran lo suficiente para aquella coneja. Más cuando había comprado un ramo más pequeño para ella...

"Judy me va a matar si no le regalo algo mejor..." Pensó recordando que ella había estado planeando desde días atrás una sorpresa para él, aunque se suponía que él no lo sabía, pero era imposible cuando aquella pequeña come zanahorias era tan fácil de leer. Tal vez podría comenzar a cavar su tumba o tal vez no...

Zootopia - Cronicas de San ValentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora