El Reflejo

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-Hola, hehe...

El chico rubio entró a la casa y comenzó a observar en todas las direcciones posibles. El gemelo mayor se acercó a él y le ofreció asiento, a lo que este inmediatamente se negó. Cuando le preguntó por qué, la respuesta lo tomó desprevenido.

-Quiero hablar con tu hermano -contestó, con una sonrisa.

Saeyoung no se notaba muy convencido dado lo que sucedió la última vez, pero de igual manera le hacía feliz ver a alguien interesado en querer hablar con Saeran, así que le indicó que este se encontraba en su habitación como de costumbre y que podía pasar a verle sin problema.

Tras pasar a la habitación, Yoosung pudo comprobar que, efectivamente, Saeran se encontraba como de costumbre. O eso creyó, ya que la única vez que lo había visto tuvo lugar apenas un par de días atrás.

Comenzó a caminar en dirección a una silla cercana que se encontraba frente a un escritorio y se sentó en ella. Sabía que Saeran había notado su presencia a pesar de no despegar los ojos de la ventana, así que comenzó a hablarle.

-El otro día no comenzamos bien, así que volví por la revancha, ¿qué me dices?

La energía que proyectaba esta vez era diferente. Sin embargo, Saeran no quería creerse nada.

-Vete -le respondió de mala gana.

-Uhm... Está bien, me iré -dijo en voz baja-... Pero con una condición -Yoosung se quedó esperando una respuesta y, a pesar de que esta jamás llegó, decidió seguir hablando. Ya sabía que él notaba su presencia, así que lo estaba escuchando igualmente, ya fuera para bien o para mal-. Me dejarás contarte algo que no puedo hablar con nadie más.

Se produjo otro silencio incómodo, y aunque él se sentía de la misma manera, comenzó a contarle su pequeña historia de cómo capturaron a un monstruo raro en LOLOL junto a su equipo.

Saeran hacía lo posible por no escucharlo, pero al final terminaba por hacerlo de todas formas. Parecía tan inmerso en la historia que incluso su voz lo reflejaba, y esto le producía cierta curiosidad.

¿Cómo un juego podía hacer que alguien se interesara a tal punto que se emocionara tanto al hablar de él? No lo entendía.

Por su parte, Yoosung había dejado atrás cualquier rastro de nerviosismo. Hablar de LOLOL lo mantenía en su zona de confort, así que se daba el gusto de explayarse como siempre quiso, ya que Saeran no pronunciaba palabra alguna.

Luego de terminar de hablar sobre su pequeña aventura, se despidió y se fue.

«Chico tonto, solo vino a hablarme de su juego idiota...», pensó.

Dos días después, Yoosung volvió. Saeyoung abrió la puerta con la misma extrañeza que la primera vez que fue de improviso y, tras conversar unos minutos con su amigo, entendió que había vuelto para ver a su hermano. Le indicó que este estaba en su habitación al igual que la última vez y él fue algo temeroso -como siempre- hasta allá.

Yoosung venía de la universidad, así que al entrar saludó a Saeran con algo de miedo y se sentó en el piso apoyado en la pared, dejando su bolso a un lado.

-Vete...

-¡Pero tengo algo que contarte!

Esta vez comenzó a hablarle de lo injusto que habían sido dos profesores al hacerle un examen sorpresa cada uno. Insistía en que era alguna especie de complot contra él, ya que había llegado tarde a las últimas clases por quedarse en uno que otro evento de LOLOL.

Saeran escuchaba atentamente a pesar de que no quería hacerlo. Era como si la voz del chico se quedara dando vueltas en su mente.

Luego de terminar de hablar de ello, se despidió y fue hasta su casa.

The Second SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora