The Second Sun

La Mentira

Pasó un tiempo y los chicos hablaban con más naturalidad que antes. Yoosung podía sacar cualquier tema sin sentirse tan nervioso, y Saeran a ratos lo veía a los ojos mientras hablaban. Esto era lo único que podía ponerlo nervioso, ya que desde la primera vez que vio directamente a sus ojos pudo sentir la intensidad de su mirada, una mirada que intentaba esconder muchas cosas, pero al mismo tiempo dejaba entrever la ira que sentía con el mundo. Sin embargo, ese miedo se veía opacado por la felicidad que sentía al pensar que por fin habían podido llegar a ese punto en que se hablaban mientras se veían a los ojos. Eso demostraba que, después de muchos meses, Saeran por fin confiaba en él. Sentía que todo el camino hasta allí valió la pena, porque ya estaba volviéndolo parte de su familia, aunque fuese solo por su lado. También, era probable que cuando llegara el turno de los demás miembros de la RFA estos requirieran su ayuda. La verdad, Yoosung no tenía problema en ayudarles -aun sabiendo que se trataba de un trabajo difícil-, pero no entendía por qué ellos no quisieron insistir en acercarse. Supuso que se debía a que tenían vidas ocupadas con sus trabajos y eso... En cambio, él era una persona común. Siempre se sintió así.

Las conversaciones con Saeran se habían vuelto algo más interesantes desde que este comenzó a responderle con oraciones cortas, pero concisas. Cuando solo respondía con una o dos palabras se le hacía algo difícil seguir hablando, puesto que no sabía si estaba enojado o no. Ahora era diferente.

Todo iba de maravilla. Saeran sentía que por fin había logrado establecer un lazo -además de su hermano-, por pequeño que fuese. Aunque en el fondo, sabía que no era un lazo pequeño. La idea de ello empezó a dar vueltas en su cabeza desde que Yoosung volvió luego de estar varias semanas sin visitarlo por sus exámenes. Él se había vuelto parte importante de su día a día, aunque tratara de negárselo. Ya había analizado el patrón de visitas que tenía, y de vez en cuando escuchaba a su hermano hablar por teléfono con el rubio acordando las visitas. Sin querer, había empezado a sentir cosas que jamás había sentido antes. Ya conocía la emoción y la ansiedad, pero este era un sentimiento completamente diferente. El único problema es que no sabía cómo definirlo, y eso le ponía de mal humor cada cierto tiempo.

Como cada semana, Yoosung fue de visita una vez más. Este le estaba hablando sobre una de sus profesoras en la universidad a la que todos estimaban por ser de edad. Decía que era como tener a una abuela allí, ya que se preocupaba mucho por algunos de sus alumnos. A veces ella lo regañaba por llegar tarde o quedarse medio dormido en clase, ya que conocía su vicio por LOLOL. También, le habló de que ella era una persona con mucha experiencia en su campo y que aspiraba a saber tanto como ella -e incluso más- algún día.

Fue en medio de esa conversación que Saeran cayó en cuenta de que jamás se había preguntado la razón de que Yoosung hubiese escogido esa carrera. Creyó que ese sería un buen momento. Estaban en el tema, después de todo.

Yoosung no pudo evitar sentirse nervioso al ver que Saeran se había interesado en sus razones para estudiar medicina veterinaria. Simplemente no lo esperaba. Titubeó un poco, pero al final consiguió aclararse la garganta y empezó a explicar.

Saeran estaba interesado en saber, de verdad que sí, pero luego de escuchar el nombre Rika tantas veces seguidas en el relato -siendo que preguntó por él-, se sintió algo abatido. Luego recordó lo que le había dicho Saeyoung sobre la adoración que sentía Yoosung por su prima. Que la veía como un modelo a seguir, que era alguien importante para él y demás. Ya se había dado cuenta de ello por sí mismo durante los muchos meses que llevaba escuchando lo que fuese que tenía para decirle, pero jamás imaginó que su admiración por ella fuese... tanta. Además, se le hacía incómodo escuchar sobre ella luego de todo el daño que le hizo a él y a su hermano.

Por primera vez, decidió dejar de escuchar lo que Yoosung le estaba contando. No quería saber de Rika... pero entonces, otro nombre llamó su atención en medio del relato.