Capítulo cinco

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*NARRA J.SEPH*

«Corre al baño»

Eso era lo que mi estómago gritaba y no dudé en obedecer y hacer la carrera. Llegando a este alcé la tapa y me deje caer al suelo. Vomité todo lo que había bebido la noche anterior y lo que había desayunado hace poco. Solté unos leves gemidos debido a la presión y el dolor. Sin duda la pequeña carrera que había hecho de mi cuarto al baño había logrado que mi dolor de cabeza aumentara provocándome sentir más mareado aún.

Debí hacerle caso a Somin. Soy un idiota. 

Me levanté del suelo mientras bajaba el váter, me acerqué al lava manos  para cepillar mis dientes y eliminar el asqueroso sabor a vómito. Mi reflejo lucía horrible en el espejo, las ojeras eran mas notorias de las que había tenido toda la semana. 

No me restó mas que suspirar profundamente. 

Caminé hacia la sala para buscar mi abrigo y billetera, necesitaba urgentemente ir a comprar las aspirinas o pronto sufriría de un derrame cerebral. Me puse el abrigo, metí la cartera en el bolsillo y me aseguré de llevar las llaves de la casa conmigo. Cuando estaba a punto de marcharme y girar la perilla de la puerta, esta se abre de repente, ocasionandome la caída al suelo y un fuerte golpe en la nariz.

—Oh dios, oh dios. ¿J.seph estás bien? —preguntó un BM alarmado, dejando rápidamente en el suelo las bolsas que traía consigo y brindándome toda su atención. 

—Creo que me acabo de quedar sin nariz. —dije debilmente. Todo a mi alrededor se estaba volviendo blanco y no sabía si era porque el tacto de BM es como tocar la gloria o era porque estaba apunto de desmayarme. 

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Abrí los ojos lentamente, queriendo acostumbrarlos a la luz de la habitación. Suelto un leve gruñido cuando mi estómago ruge por falta de comida. Era obvio, hacía un rato había desechado lo único que había ingerido en el día, por lo que no me extraña que mi cuerpo esté débil. 

—Ya te dije que no lo golpee a propósito, no tengo ninguna razón para hacerlo. —escuché a BM decir a lo lejos. 

—Más te vale. ¿Dónde está ahora? —preguntó una voz masculina que de primera instancia no lograba reconocer. 

—En su cuarto, ya cure la herida de la nariz e intente despertarlo con alcohol pero sigue sin despertar. ¿Y si está en coma? Oh dios, sus padres me demandarán y Somin y Jiwoo me matarán cuando se enteren. —dijo BM todo histérico. Aunque no podía verlo, sabía que se estaba jalando el cabello por la desesperación. 

—No seas idiota, tranquilizate. —dijo la otra persona mientras abría la puerta de mi cuarto.

Era el manager Jeon.

—Ya despertó. Te dije que no era para tanto. —comentó rondando los ojos y cerrando la puerta tras BM. —¿Cómo te sientes? —se dirigió a mi.  

—Sigo con vida, eso es lo que cuenta. —me limité a responder. 

Por inercia toqué mi nariz. ERROR. Inmediatamente recordé el golpe y suspiré. Gracias a dios no era de esos idols que tienen la nariz operada, si no el cantazo iba a salir caro... bastante diría yo. 

—La vida era lo que te iba a quitar el jefe si se enteraba que bebiste anoche. —dijo el manager a lo que BM y yo lo miramos extrañados, tratando de disimular. —¿Que? No se crean que me trago el cuento de que estabas enfermo, bueno, ahora lo estás, pero igual se que cancelaron las prácticas por tu andar de borracho. 

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