Apartamento 104. Agosto 12, 1939. (BlasAres)

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Tienen la tristeza dibujada en el rostro pero aun así se sonríen. Sus dos hijos pequeños están dormidos sobre la única cama del apartamento, la de matrimonio, y ellos se miran diciéndoselo todo sin articular ni una palabra.

-Lo hemos logrado- El marido abraza a su mujer- Lo logramos.

Se sienten afortunados. Están afligidos por todos los familiares y amigos perdidos en la contienda, pero se sienten afortunados de haber logrado escapar de la guerra civil. Él había sido el bibliotecario del pequeño pueblo en el que vivían, y un conocido militante del partido republicano.

En cuanto la contienda estalló se vio empujado casi sin quererlo a luchar en la guerra, defendiendo sus ideales de libertad.

-Casi se nos va la vida en ello- Su mujer lo aprieta fuerte entre sus brazos- Pero hemos salido adelante. Nos queda un gran camino por recorrer, rehacer nuestras vidas, adaptarnos a este lugar. Pero estamos vivos.

Ella se había tenido que refugiar en Francia durante la guerra. Logró huir gracias a una prima de su marido. Vivieron en la incertidumbre de la desinformación, cada día temía recibir noticias de la muerte de su marido, del estallido de la segunda guerra mundial, de la toma de Francia por parte de los nazis.

Todo aquello había quedado atrás. Ahora estaban viviendo en un pequeño apartamento en el edificio Paradise, deseando poder vivir su vida tranquilos y hacer realidad sus sueños.

"¡Sea bienvenido a los apartamentos Paradise! Donde sus sueños se harán realidad."

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