VII.- Tres palabras

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  —Supongo que algún día lo voy a superar, ¿no? —pregunté cuando Carter y yo nos sentamos detrás de la cancha deportiva y comenzamos a comer frituras, miré el cielo, este estaba de un bello color azul y las nubes eran blancas y regordetas.

—Estás actuando muy precipitadamente —respondió, y también miró el cielo—, y te vas a arrepentir.

—Me gusta más el Carter idiota, ¿sabes?

—Sigo siendo un idiota.

—Eso no lo discuto.

—Al menos viniste a clases, es un avance.

—Los exámenes están cerca y no quiero tener problema, sobre lo que pasó en el salón...

—Descuida, un reto es un reto —me miró y sonreí de medio lado—, no significa nada, ¿cierto?

—Nop.

—Entonces está bien. No me interesa a decir verdad.

—Créeme, a mí tampoco.

—¿Entonces dejarás de hablarle?

—Supe que fuiste tú quien le pegó.

—Hummm... ¿si te digo que sí me romperás la cara?

—A decir verdad, estoy furioso por lo que hiciste, pero a la vez satisfecho. Aunque no debes meterte en mis asuntos.

—No pude hacerlo, él es demasiado ignorante y egoísta, si no lo hacía iría contigo fingiendo que nada pasó... y tú sufrirías.

—¿Por qué te importo tanto eh?

—No lo sé, hice lo mismo con Jenny, cuando el idiota de Ryden jugaba con ella, por cierto, a ella le gustas.

—No Carter no.

—Buh...

—Alix es mi mejor amigo, lo conozco desde que éramos niños y en cierta forma ese egoísmo y dependencia que tiene hacia mí es culpa mía —lancé un suspiro y dejé mi vista colgada en la nada—, cuando recién perdió la vista se deprimió un poco, se frustraba porque chocaba con las cosas y tenía que pedir ayuda para todo, una vez tuvo una crisis nerviosa y desde entonces me quedé a su lado, le dije que yo sería el único que cuidaría de él y lo hice dependiente de mí, puede que no se haya dado cuenta de lo que sentía por él porque desde un principio esa dependencia se lo impidió, él no quiere que me vaya de su lado, porque yo lo forcé a permanecer junto a mí, de la peor forma posible... así que es mi culpa.

—Tú lo amas, es lógico que hayas querido ser el único que estuviese para él, pero también es cierto que Alix se aprovechó de eso.

—No creo...

—Lo hace de forma inconsciente.

—Tal vez.

—¿Entonces definitivamente ya no le hablarás?

No respondí, guardé silencio y seguí mirando el cielo, tal vez era tiempo de dejar ir estos sentimientos, de decir adiós a un amor no correspondido, Alix jamás sentiría algo por mí y las cosas habían quedado más que claras: Ya no tenía por qué aferrarme a él, todo estaba bien...

Eso quería creer.

Pero las cosas para mi desgracia, jamás lo estarían.

Pasó un mes desde que había vuelto a hablar con Alix, él llegaba a clases y se sentaba en la primera fila, cerca de la ventana y se quedaba allí, se perdía en su universo e ignoraba a Keisi, la cual ahora era su novia por lo que me habían dicho. Todavía mantenía contacto con ella y me había dicho sin querer que Alix quería someterse a una cirugía muy riesgosa, que su familia estaba en contra pero él insistía. No dejaba que nadie lo ayudara en nada, y eso me molestaba.

Los ojos de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora