CAPITULO 24

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- ¿Para qué quieres hablar de eso? -pregunte indiferentemente. "Que no se te note _______, que no se te note".

-Para organizar las cosas. ¿Qué pretendes que yo elija tu vestido? -arqueó una ceja. Alcé los hombros en gesto de desinterés. - Bueno, pero luego no te quejes. -dijo excusándose.

-La verdad me daría igual, ya que este casamiento no es por voluntad propia. ¿Me explico? -dije. Tomó de su vino.

-No tienes por qué. -respondió. Observó un rato hacía las demás mesas. - ¿Ves ahí? -me señalo una pareja de ancianos que cenaba amenamente. Volteé a verlos y luego miré a James. - Valía mirar con disimulación.

-Tú los señalaste y no fuiste muy disimulado que digamos. -dije molesta. - ¿Qué tienen ellos?

-Obsérvalos. -me dijo. Los miré una vez más. - ¿Cuántos años tendrán de casados? ¿50? ¿60?

- ¿Y qué se yo James? -dije sin entender. - ¿A qué quieres llegar mirando a esos dos? -pregunté. Negó con la cabeza.

-Ya déjalo. -dijo. - Por un momento aparta nuestras diferencias y finjamos que nos amamos, que vamos a tener la mejor boda de Nueva York. ¿Acaso de pequeña nunca planeaste tu boda soñada? -preguntó.

-A veces me parece que eres gay. -dije casi echando una carcajada. No le hizo ni un poco de gracia. - No tienes humor.

-No, no es que no lo tenga. ¿A ti te gustaría que te diga lesbiana?

- ¿Y qué tiene de malo? Existe gente que lo es. -dije. Me miró abriendo bien los ojos.

-Dime que tú no lo eres.

-Ahí James. -tenía ganas de tirarle un pedazo de pollo. - Yo no soy el caso.

-Pensé que lo eras, casi que te dejo aquí y salgo por esa puerta antes de que alguien pudiera verme contigo. -dijo. Algo se cruzó por mi mente.

-Digamos que he besado chicas y de más, pero...

-Dime que es solo una broma. -dijo apoyando la copa con fuerza.

-No. ¿Por qué bromearía contigo? -le dije alzando una ceja.

-Lo dices solo porque yo dije que si fueras lesbiana me hubiera ido, si por eso lo dices. - pareció más que se quería convencer, que una afirmación.

-Piensa lo que quieras.

-Hey, ya no juegues.

-Okey, okey. -dije terminando mi comida, acción que James ya había realizado. - Dime... ¿no podemos contratar a alguien que planee la boda en vez de hacerlo nosotros?

-Serían más gastos en la fiesta.

-Ay si porque de seguro ahora eres un pobretón. Vamos James no seas tacaño. -dije enfadada. Una mujer volteó a verme. - Gente chusma. -refunfuñé. James dio rienda suelta a una carcajada.

-No es eso. -dijo entre risas.

-No me parece gracioso. -dije. Asintió e intentó no reír, mordí mi labio inferior al verlo solo sonreír. - Y me cansé de estar cerca de ti.

-Hey, tranquila. -dijo apoyándose en el respaldo de la silla. - Hablemos como dos personas civilizadas.

-Es que cuando se trata de este tema no puedo ser civilizada. Entiende que no puedes pretender que me lo tome con calma si me estas obligando a casarme contigo. - crucé los brazos. Me miró atentamente, eché un suspiro.

-Pensé que a las mujeres les gustaba el casamiento.

-Claro que sí, y estaría completamente feliz si no fuera porque me caso por obligación. -dije. Golpe bajo.

LA BELLA Y LA BESTIA (JAMES MASLOW Y TU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora