Gravity.

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Durante tres días seguidos iba desde la mañana al restaurante y regresaba en la noche a la Corporación. Botaba mis cosas y terminaba dormida en mi sillón, y los tres días amanecía en mi cama mágicamente.

Ya sabía que era cosa de Vegeta, pero él no me dirigía ni siquiera la mirada. Era tan distante que a veces dudaba si era realmente él quien me llevaba por las noches a mi habitación.

-Ha quedado espléndido. -felicita mi jefe al ver el mural. -Me ha gustado mucho, ten. El resto del dinero.

Tomo el sobre en mis manos y lo guardo en la bolsa.

-Un gusto trabajar con ustedes.

-El gusto es nuestro. -sonríe con los ojos cerrados. - ¿Te llevo a tu casa?

Niego rápidamente, ya sé el por qué quería llevarme. Tipo obsesionado con mi hermana.

-Estoy bien. Iré a otro lado antes, pero gracias. -miento.

Algo decepcionado, el chico me deja ir. Salgo del restaurante y camino por las calles de la ciudad del Oeste mientras limpio mis manos.

Olvidé llevarme ropa de repuesto, ahora solamente tenía puesta la manchada de pintura.

Mi celular vibra de repente, me había llegado un mensaje. Últimamente un hombre que me trae malos recuerdos, no ha parado de enviarme estúpidos mensajes, así que prefiero no revisar el buzón y seguir caminando.

De paso, me detengo en una de las tiendas y compro una cerveza. Era mi premio. ¿No? Y servía para tranquilizarme un poco.

-¡Ya llegué! -digo en voz alta al mismo tiempo que entro a la sala de la Corporación. Doy un sorbo a la lata que tenía en mis manos y me dejo caer en el sillón individual mientras ojeo una de las revistas que estaba por ahí.

Hasta parecía sala de espera.

-Qué bien que llegas. -dice Bulma. -Esperaba que me ayudaras con el diseño de una máquina. ¿Qué dices?

Alzo una ceja mientras le miro.

-Qué flojera. Mejor otro día. -doy otro sorbo. Bulma frunce el ceño.

-¿Estás tomando cerveza?

-Ajam...

-Es imposible contigo. -rueda los ojos.

-Oye ¿tendrás un cigarro que me regales? -digo antes de que se vaya. Bulma saca una cajetilla y me la avienta, la agarro con éxito. -Gracias.

-Estaré en el laboratorio hasta tarde. Así que pidan algo para comer. -es lo único que dice y se va. Me encojo de hombros mientras vuelvo a ver la revista. Ahora que le presto atención, me doy cuenta de que es sobre la misma Bulma.

-Sí que eres ególatra, hermanita.

Recojo mi cabello en una coleta y me retiro a mi cuarto, en el camino prendo el cigarrillo. Hace mucho que no fumaba.

-Hoy llegaste temprano. -dice su voz detrás de mí. Mi corazón da un vuelco.

-Eh, Vegeta. Hola. -casi me atraganto con el cigarro en mi boca. -Terminé el trabajo.

-Ya era hora. -Vegeta sale del cuarto y cierra la puerta. Le miro atentamente.

-¿A dónde vas?

-¿A dónde más? A entrenar.

-¿Puedo ir a verte? -sonrío de lado con nerviosismo. Vegeta se encoje de hombros.

-Haz lo que quieras.

Te obligaré a quererme. |Vegeta x Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora