Al día siguiente Jimmy volvía de visitar a Pete, con quien se abstuvo de charlar sobre Percy manteniendo su promesa de silencio a pesar de lo sucedido. Al percatarse de lo extrañamente despejado que estaba el día decidió dar un paseo por la plaza principal.
En su paso por las calles empedradas un esbirro del comisario se acercó a él y lo sujetó por el brazo.
-Acompáñeme, por favor- pidió el hombre conduciéndolo hasta una zona poco transitada.
-¿Qué sucede?- inquirió Jimmy confundido.
El hombre revisó el perímetro asegurándose de que nadie los viera y sacó algo que puso entre las manos del duque antes de retirarse velozmente. Jimmy, extrañado, abrió lentamente sus manos encontrándose con una pluma roja que tuvo el poder de transformar su ánimo convirtiendo una bella mañana en ira nuevamente.
Volvió molesto a su palacio y quemó la pluma con una vela tirándola en la chimenea para que se consumiera por completo.
Por la noche una de sus empleadas le recomendó un largo baño al percibir del estado perpetuo de molestia que presentaba el duque. Al servicio no le convenía que estuviera enojado porque comenzarían a rodar cabezas, literalmente.
Jimmy decidió tomar el consejo de la dama y pidió en su alcoba una tina llena de cálida agua que no tardó en estar lista. Se sumergió hasta los hombros para relajarse; cerró los ojos colocando ambos brazos en los bordes de la bañera y respiró tranquilamente tratando de no pensar en algo en concreto. Su pecho ascendía y descendía, cuando comenzó a sentirse más calmado dejó caer su cabeza hacia atrás respirando más profundamente.
Unos minutos más tarde sintió una corriente de aire que lo regresó al mundo real y al abrir los ojos observó a un encapuchado frente a él. Aterrado, estaba a punto de gritar pero el hombre cubrió su boca con una mano.
-Shhh...- susurró Robert quitándose la capucha.
-¿Qué pasa contigo?- el duque lo empujó tomando una fina toalla turca para cubrir su desnudez.
Robert observó la pálida piel de Jimmy con deleite; su esbelta figura se podía apreciar gracias a la tela mojada que dejaba poco a la imaginación al adherirse a sus muslos y sus delgadas piernas levemente flexionadas; se veía tan vulnerable.
-¿Cómo rayos entraste?
-Por la ventana- aseguró Robert con naturalidad. Page observó que el ventanal que debería estar cerrado.
Se levantó para salir de la tina sólo con la toalla; tomó su bata que descansaba sobre el respaldo de la silla más cercana y dándole la espalda a Plant se la puso dejando caer la toalla sobre la alfombra. Para Percy se estaba volviendo un reto no mirar a Jimmy de otra manera.
-El guardia me dijo que recibiste mi pluma. Te estuve esperando- añadió Robert concentrándose en los ojos verdes.
-¿Para qué, para que tú y tus amigos se burlen de mí?- inquirió Page indignado terminando de ajustar la bata a su figura para luego cruzar los brazos.
-Lamento lo que sucedió. Yo no rompo un trato y quiero cumplir mi parte- pidió Robert difícilmente resistiéndose a recorrerlo con los ojos descaradamente.
-No quiero poner un pie tu aldea. Ahora vete de mi palacio sucio fugitivo abnegado y no vuelvas a molestarme o llamaré a mis guardias para que te echen de aquí- sentenció Page con ira rodeando a Robert para llegar a la puerta, pero el bandido tiró de su brazo, con la otra mano sujetó su espalda acercándolo a su cuerpo y comenzó a besarlo suavemente. Jimmy se paralizó por un momento, pero permitió que Percy reclamara sus labios con delicadeza.
-Podrían ejecutarnos por eso- advirtió Jimmy con un susurro elevado empujando a Robert cuando éste liberó su boca.
-Lo siento- susurró Plant alejándose del cuerpo del duque.
Jimmy pasó las manos por su cabello indeciso sobre sus sentimientos y se dio la vuelta para no observar a Robert a los ojos.
-¿Por qué lo hiciste?- preguntó, pero al no tener respuesta regresó la vista al punto donde debía encontrarse el otro, Percy ya se había marchado dejando al duque con todas sus dudas- hijo de perra- musitó entre dientes.
Se sentó desganado sobre la cama cuando sus dedos tocaron una pluma roja que Robert había dejado sobre su cama.
No pudo dormir con las interrogantes rondando su cabeza; maldijo a Percy toda la noche por haberse atrevido a besarlo y marcharse sin dar explicación.
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Jimbert -El dios dorado del bosque
FanfictionInglaterra, siglo XVII "El dios dorado" es un bandido que habita el bosque de Sherwood; Jimmy un soberbio duque que pretende tomar la historia de Robert para su próximo libro. Sin embargo Robert está más ocupado intentando engañarse a sí mismo sobr...