VI

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Un par de días después....

-He estado tratando de redactar uno de tus famosos atracos, pero no encuentro el enfoque adecuado y por desgracia tuve que comenzar de cero- contó Page ante la mirada inquisitiva de Robert- Creo me ayudaría mucho ver uno de tus actos más... de cerca.

-Déjame ver si entendí ¿Quieres que arriesgue tu vida para que tu libro tenga el enfoque adecuado?- preguntó cruzando los brazos frente a su pecho.

-Mi vida no correrá peligro, porque sé cómo usar un arma, además tú me protegerás- se excusó.

El bandido liberó un suspiro recargando todo su peso sobre su pierna izquierda, indeciso.

-Toma- dijo extendiéndole su arco y carcaj; caminó hasta la zona de tiro donde enseñaba a los jóvenes de la comunidad- dale a ese blanco y lo consideraré- aseguró separándose de él.

Jimmy bajó el carcaj tomando una flecha, tensó la cuerda del arco colocándose detrás de la línea marcada en el suelo, a casi cinco metros del blanco de madera clavado sobre un árbol.

-Levanta más el codo y separa las piernas- señaló Robert provocando que Jimmy tratara de acomodarse correctamente.

Pasados unos segundos en que Page trataba de encontrar la posición correcta, pero se rindió y bajó el arco.

-No es justo, no soy buen arquero- se quejó Jimmy, pero Robert permaneció inmutable a la espera de su falla.

Page volvió a posicionarse y disparó clavando la flecha en la raíz del árbol dejando escuchar la risa de Bonzo que observaba en la lejanía. Percy le quitó el arco de las manos.

-Suficiente, no iremos- aseguró Robert.

Jimmy no podía perder su oportunidad por lo que sacó su pistola y disparó la única bala dando cerca del centro del blanco; el bandido observó tras escuchar el sonido del arma y se sorprendió por la precisión del tiro. Con sonrisa triunfante se giró hacia Robert; levantó ambas cejas esperando la respuesta afirmativa.

-Está bien- aceptó de mala gana- Jonesy- gritó hacia las cabañas- Estás a cargo.

Jonesy aceptó humilde y continuó con su labor de momento; a Jimmy le pareció que Bonzo estaba perdiendo la confianza de Plant.

-¿Qué estamos esperando?- susurró Jimmy en cuclillas detrás de un arbusto.

-Sshh... - fue la única respuesta que recibió.

Lord Beck cabalgaba por el sendero cuando fue visto por el par. Robert reparó su flecha pero la mano de Page lo detuvo.

-Lord Beck en un buen amigo, no pienso...

-¿Bromeas, Jimmy? Tú querías hacer ésto- murmuró Plant en tono molesto.

En los atracos hay que ser veloces, y con su breve discusión Lord Beck tuvo el tiempo de escapar sin siquiera saber que peligraba, pasando de largo.

-Yo nunca dije que quería convertirme en un delincuente, sólo quería ver al mítico "Percy" en acción- susurró en su defensa.

-¿De repente te ablandaste?- preguntó Robert frunciendo el ceño.

Jimmy puso los ojos en blanco por su comentario y se levantó indignado siendo imitado por Plant.

-Es sólo un noble- se quejó Percy.

-Para ti es sólo un noble, yo lo conozco de toda la vida, es mi amigo- levantó la voz.

Robert estaba a punto de responder sarcásticamente cuando escuchó un carruaje acercarse y en un acto veloz empujó a Jimmy contra un árbol cercano para ocultarse. Percy no se percató de que estaba invadiendo el espacio personal del duque que había sido tomado por sorpresa.

-Eso estuvo cerca- murmuró Robert una vez que el peligro pasó, recargando su frente en el hombro de Jimmy que se limitó a aspirar el delicioso aroma del cabello rubio.

Guardaron silencio unos minutos, observando el camino hasta que pudieron ver al barón de Blandford caminando junto a su prometida; para Percy fue una oportunidad que no podía desperdiciar; así que cubrió su rostro y se dirigió hacia el sendero.

-¡Quietos!- ordenó asustando a la pareja mientras les apuntaba con su flecha- Dejen su oro en el suelo y les perdonaré la vida- agregó con voz grave.

Jimmy observaba desde atrás del árbol maldiciendo la osadía de Robert; se cubrió también y se acercó al bandido apuntándole con su arma.

-Déjalos ir- exigió Page ante la mirada confusa de Robert.

-¿Qué? Jim... Pagey vete de aquí- cuestionó el bandido.

-Baja el arma, Percy...

-¿Percy?- inquirió asustado el barón entendiendo que lo asaltaba el mismo "dios dorado"- No tiene que matarnos, le daré...

-¡Cállate!- gritó Robert tensando la cuerda del arco en dirección al barón- Vuelve por donde viniste, Pagey.

-Váyanse- les ordenó Jimmy mientras apuntaba con su pistola a Percy ignorando sus comentarios. La dama estaba a punto de escapar cuando el barón sacó dos pistolas apuntando a los bandoleros.

-Ustedes dos, quietos- exigió Pete haciendo que el par dejara de discutir y lo observaran- Bajen sus armas.

Robert no podía creer que el barón se atreviera a desafiarlo sobre todo cuando estaba arriesgando la vida de su prometida; todo el mundo parecía haberle perdido el respeto.

-Soy el mejor arquero del reino ¿Estás seguro de que quieres arriesgarte y a tu chica?

Jimmy optó por bajar su arma, Percy mantuvo su arco firme. El barón no quiso arriesgarse más y disparó hacia los dos. En un acto veloz Plant empujó a Jimmy para evitar la bala haciendo que cayera al suelo; las municiones terminaron perdidas en el bosque y el barón boquiabierto por la facilidad con que esquivaron su ataque.

Robert se acercó a Pete y lo hizo caer de una patada. Preparó su arco apuntando hacia él, listo para asesinarlo.

-No, por favor- rogó la dama por su vida.

-Percy, déjalos ir- pidió Jimmy. Pete estaba seguro de que había escuchado antes esa voz.

Plant bajó el arma y la pareja escapó de inmediato. Estaba furioso; levantó a Jimmy tirando fuertemente de su brazo y lo sujetó por los hombros para sacudirlo con violencia haciendo que la capucha que lo cubría cayera sobre sus hombros.

-¿Qué rayos pasa contigo? Pudo haberte matado- gritó ante la mirada aterrada del duque. Cuando Robert notó el miedo en sus ojos lo soltó.

-Lo siento; no quería que lo mataras... ¿Estás enojado?

-No estoy enojado, no contigo. Es mi culpa, no tenía que haberte traído. Es peligroso y arriesgué tu vida- se lamentó abrazando a Jimmy.

-Está bien, Robert. No debí pedirte que me trajeras- lo tranquilizó con su voz.

-No quiero que te pase nada por mi culpa, Jimmy- aseguró viéndolo a los ojos- me moriría.

El duque se conmovió con sus palabras y le dio un tierno y dulce beso en los labios.

Jimbert -El dios dorado del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora