VII

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Al día siguiente el duque recibió su señal y acudió a la aldea encontrando él mismo el camino. Robert tenía el día libre debido a los preparativos para "la misión"; era un gran robo que les permitiría pasar semanas sin necesidad de asaltar, además de otros beneficios. Por lo que decidió que harían algo distinto, en lugar de ayudar al libro de Jimmy.

Llegaron a un claro del bosque y Robert se dejó caer a la sombra de un árbol ante la mirada confundida de Jimmy; sacó de su bolsa una botella de vino e invitó al otro a sentarse a su lado.

-¿Me trajiste aquí para embriagarnos?- preguntó sentándose.

-Sólo relájate- pidió abriendo la botella y tomando un trago para después invitarle a Jimmy, bebió y leyó la etiqueta de la botella.

-¿A quién se la robaste?- preguntó Jimmy.

-Yo la compré- respondió Percy aparentando estar ofendido.

-Con dinero robado- agregó Page.

Robert rió mientras bebía provocando que corriera una gota de vino por la comisura de sus labios; en un acto inesperado Jimmy chupó y lamió el líquido amargo en la barbilla de Percy que se sorprendió, pero no tardó en buscar sus labios ante la excitación reclamando su boca con impulsividad, atrajo a Jimmy hacia su cuerpo; él no puso resistencia y se sentó en los muslos de Robert colocando sus piernas a los costados de las caderas del rubio.

Plant hizo el beso más hambriento, acariciando la espalda y caderas de Page con deseo; gimió contra su boca. El duque juntó sus pechos cuando el bandido comenzó a morder y chupar su cuello; se aferró a sus rizos dorados emitiendo suaves gemidos en el oído de Robert acrecentando su excitación.

Volvieron a unir sus bocas con avidez, en un beso sucio y sexual; el chasquido de los labios se dejaba escuchar por el bosque. Jimmy comenzó a mover sus caderas con lentitud haciendo que Robert se separara de sus labios para liberar un gemido. Lo observó con lujuria volviendo a su boca con hambre.

-¡Percy!- grito Bonzo corriendo hasta estar cerca de ellos.

Los dos se separaron rápidamente; la vergüenza coloreo rojas sus mejillas. Jimmy bajó de las piernas de Robert tratando de respirar regularmente esquivando los ojos de Bonzo.

-¿Qué sucede John?- preguntó Percy algo fastidiado.

-Parece que tenemos problemas con "La misión"- contó alarmado. Robert frunció el ceño de inmediato.

-Dile a Jonesy, él está a cargo- ordenó intentando que los dejara solos nuevamente.

-Ya lo hice, él me envió. Dice que es grave.

Robert se despidió de mala gana de Jimmy dirigiéndose a la aldea para averiguar a detalle lo sucedido.

Jonesy se encontraba en compañía de una mujer que estaba en el servicio del barón de Townshend y que fungía como su informante.

-El barón decidió que la fiesta será exclusiva, dijo que debido a la inseguridad porque fue asaltado ayer- comentó la mujer.

-¿Cómo piensa hacerla exclusiva?- cuestionó Robert.

-Nadie podrá entrar sin invitación. Tomé prestada la lista de los nobles invitados- señaló la mujer al papel que sostenía Janis.

-Podemos interceptar el correo antes de que lleguen las invitaciones- aseguró Percy.

-Las cartas ya fueron enviadas, a estas alturas ya debieron llegar a sus destinos- dijo la dama.

Robert comenzó a preocuparse; esa fiesta era la cúspide de su misión. Con una mano en su barbilla trató de pensar en una solución mientras Janis tenía entre sus manos una lista que leía junto a Bonzo.

Jimbert -El dios dorado del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora