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Un par de semanas después mientras Jimmy escribía un texto más sólido recibió la pluma roja y se puso en marcha hacia el bosque. Estaba seguro de que sus momentos en la aldea mejorarían.

-Apréndete el trayecto porque a partir de ahora encontrarás solo el camino- advirtió Robert tranquilamente sobre su caballo en el punto de encuentro.

-¿Por qué?- cuestionó Jimmy.

-No siempre tendré tiempo para venir a recogerte- aseguró avanzando para que Jimmy lo siguiera.

Al llegar a Edwinstowe en el corazón del bosque de Sherwood; aldea al norte de Nottinghamshire, la tierra de Page; él conocía el camino que sellaba su independencia para entrar y salir de la comunidad cuando y como quisiera.

-Bonzo supervisará tu tarea de...

-¿Por qué no tú?- interrumpió Jimmy.

-Porque mis hombres y yo saldremos a realizar un robo- dijo lo suficientemente fuerte como para que John lo escuchara; estaba claro que el castigo era grave.

Jimmy liberó un suspiro y esperó a que Robert se marchara con sus hombres. Bonzo se le acercó y golpeó su hombro con una mano, más fuerte de lo que debía ya que Page casi cae.

-Muy bien, niño bonito. Tu trabajo será tirar en la zanja de allá- ordenó señalando la imperfección en el suelo- todos los baldes de deshechos de cada cabaña.

-¿Letrinas?- inquirió Jimmy frunciendo el ceño con un atisbo de asco en su voz.

-Llámalas como quieras- dijo Bonzo sonriente.

-Tienes que hacerlo si quieres que Robert te de más besitos- se burló Janis acercándose; al parecer Bonzo era poco discreto.

-No sé de qué me hablas- respondió Page a la defensiva.

-Como digas- añadió Janis dándole un pequeño golpe con el codo a Bonzo. La herida aparentaba haber sanado, pues la chica parecía relajada.

-Janis, recuerda que Robert no quiere que nadie sepa eso- la reprendió John burlón; eso le dolió más a Jimmy- Comienza por la derecha- ordenó Bonzo dejándolo solo.

El duque maldijo por lo bajo al par antes de comenzar con el arduo trabajo encomendado; definitivamente ésto no era lo que esperaba.

Después de algunos baldes ya había arruinado su vestimenta que se encontraba sucia y mal oliente; tenía que soportar las náuseas en cada paseo desde la zanja hasta las cabañas. Cansado y asqueado se acercó de mala gana a Janis; al no encontrar a Bonzo; que estaba charlando con una dama que lavaba algo de ropa.

-¿Ya terminaste?- cuestionó Janis al ver al joven acercarse con cansancio.

-En realidad no, siento que voy a vomitar y quisiera tomar un baño- dijo cubriendo su nariz con su antebrazo por el hedor.

La mujer lo observó pensativa, tomó un balde de agua con jabón (con el que lavaba su compañera) y se lo vació encima al duque. Las dos rieron ante la imagen del joven empapado y temblando por el repentino cambio de temperatura.

-Ahí está tu baño, vuelve al trabajo- espetó Janis parando de reír. Page la observó con rabia en los ojos; cómo es que se atrevía a denigrarlo de esa forma.

-Sucia campesina- se quejó entre dientes listo para marcharse.

-¿Cómo has dicho?

-Dije sucia-campesina- respondió volviendo a verla a los ojos- necesitas que te lo deletree, tal vez es porque tu diminuto cerebro de salvaje te prohíbe comprender una simple oración.

Jimbert -El dios dorado del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora