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-Hace bastante sueño el día de hoy... Tengo una gran pereza.

Hablaba consigo mismo una joven chica de 18 años, cabellos largos y castaños, ojos café claro, y una bonita y coqueta sonrisa. La muchacha acababa de terminar de arreglarse para ir a la escuela, tomo su mochila y salió rápidamente hacia donde se encontraba su madre; la cosina.

-hola mamá, buenos días. -saludo a su madre, mientras observaba que hacia de desayunar.

-Buenos días preciosa, ¿ya estás lista para la escuela? -pregunto mientras cortaba fruta y la eschaba a la licuadora.

-Claro mamá, estoy lista para la escuela y para comerme el mundo entero, así que ya me voy llendo.

Comenzaba a tomar rumbo hacia la puerta que daba a la calle, hasta que la detuvo su madre.

-Si, si, te puedes comer todo el mundo si quieres, pero primero desayuna.

Helena hizo una cara de fastidio, ya quería irse pero su madre, era más que obvio que no la dejaría irse hasta tomarse su licuado.

-No quiero mamá. -Se quejaba mientras veía el bazo con el jugo que traía su madre en la mano.

-No me importa, anda y bebelo
ya, o se te hará tarde.

Rodó los ojos, miro el reloj y se dió cuenta que aún era temprano, así que tomo el bazo, tomando a la vez asiento en la mesa.

-Esta bién, bueno lo veré del lado positivo, tiene manzana y la manzana te da mas energía que una taza de café.

-Por eso soy tu fan, siempre vez el lado positivo de las cosas... O por lo menos tratas... Ahora bien cambiando de tema, ya viste que ya volvieron abrir la cafetería de la otra calle?

Helena frunció el ceño y entre cerro los ojos, tratando de recordar el café del cual hablaba su madre, haste que puff lo recordó.

-Oh... -solto al aire, dando a entender que ya lo había recordado. -Es el que cerraron hace dos años porque el dueño falleció ¿no?.

-Asi es, ¿no entiendo como puedes olvidarlo, cuando tú ibas casi diario? Es algo raro.

-si, ya se, sólo que me dolió mucho que lo cerraran, yo amaba hablar con aquel señor, creo que pasaré después de la escuela y le echaré un vistazo.

-Tu y tu curiosidad, pero esta bien, ahora sí creo que debes apresúrate o llegarás tarde a la escuela.

-Ni quien te entienda, pero estoy de acuerdo, ya es tarde, nos vemos al rato.

Se terminó su jugo, le entrego el bazo a su madre y salió corriendo enseguida de su casa.

*-*-*+*-*+*

El resto de la mañana en su escuela fue tranquila para Helena, y algo bastante común. Se la paso leyendo a ratos, trato de comprender sus clases, A sus compañeras "huecas" de la cabeza y por último escribiendo en una libreta café bastante curiosa.

La chica no tenía amigos, a todos los veía solo como sus compañeros, sólo eso, ella no creía mucho en eso de la amistad y cosas por el estilo, era eso y que todas en su salón eran las más cisañosas de toda la escuela y ella bien lo sabía, así que solo llevaba la fiesta en completa paz.

Sus clases se le fueron super rápido, entre lectura, escritura y broma y broma entre sus compañeros y profesor.

Comenzó a guardar sus cosas, y trataba de hacerlo lo más rápido posible ya que Sara siempre la invitaba algún lado y Helena por no tener problemas la seguia, pero ya estaba cansada de ello entonces odiaba dar escusas y explicaciones que solo eran mentiras y como ella era algo directa y cinsera este comportamiento aveces fastidiaba a las demás personas sin siquiera comprenderle.

CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora