díez

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Después de esa larga tarde llena de conversaciones y cosas algo locas, todo comenzó a tener un orden. Helena hablo con el director para irse de la escuela y que Sara y Héctor fueran con ayuda o algo así para sus problemas de delirio de grandeza.

Helena en su nueva escuela terminó haciéndose de grandes amistades, obviamente contadas pero al final de encuenta eran grandes amistades, y entre ellas era el joven Itzae, que si bien este no iba en su escuela aún así se habían hecho muy buenos amigos.

Y por otra parte Kenneth y Helena bueno ellos dos era más que obvio que se gustaban, sólo que aun no se lo decían por ¿temor?, La verdad ni ellos mismos sabían, que era lo que les pasaba, pero de que se querian, se querian y esto bien lo sabía Itzae el cual comenzaba a tener un perfecto plan, para que esos dos terminaran juntos.

—Kenneth mañana no vamos a abrir, es día de limpieza y ahora si quiero que le menciones a Helena para que nos venga a ayudar. — sentenció el chico de anteojos.

—¿Ayudar a que? —Pregunto una linda y coqueta voz que ya ambos conocian.

Se volteó Itzae y saludo amablemente a la chica.

—Hola Helena, buenas tardes, a bueno quería saber si mañana podrías ayudarnos a lo que sería hacer la limpieza del café. —Le comento con amabilidad.

—Si claro, pero ¿Mañana a qué hora?.

—Cuando salgas de la escuela... Pero creo que mañana no tienes clases. O si?.

La joven chica de mirada "tierna" medito un poco y si, era verdad no tenía tarea.

—Si, mañana no hay clases, y yo ni me acordaba, a entonces si quieren en la mañana, para no terminar tan tarde y ya si quieren los invito a lo que es a comer algo o yo que se. —Sugirió con una tierna sonrisa.

—Si, me parece perfecto. —Hablo por los dos Itzae. —Entonces mañana a las 11:00 ¿Vale? —Tanto Kenneth como Helena asintieron. —Perfecto, bueno yo ya me voy, tengo que ir a pelearme con el director, nos vemos.

Salió del café lo mas rápido que pudo para que no lograran ver su gran sonrisa a causa de lo que estaba por llevar acabó.

•*•*•

Al día siguiente se encontraban Kenneth y Helena dentro del café con todo listo para comenzar el aseo del lugar, pero solo faltaba alguien y ese alguien al parecer no iba a llegar, así que el joven chico ya desesperado le marco.

—Bueno. —Por fin contesto.

—¿Como que bueno?. —Respiro enojado. —¿Donde andas? Te estamos esperando.

—A es verdad... Bien lo siento tendrán que hacer la limpieza solos, ahorita no puedo ir, mi hermana se enfermo y tengo que cuidarla.

Kenneth guardo cilencio unos momentos.

—Tu no tienes hermanas. —Menciono con tranquilidad. —¿Que es lo que tramas?.

—Ja, creía que no te acordarás, ammm solo digamos que te di una gran oportunidad de que te consigas una linda novia, así que nos vemos mañana, bye~

Y colgó, dejando a Kenneth con la boca entre abierta y con una grandes ganas de golpear a Itzae por semejante estupidez, que aunque sonará bien, era una estupidez.

— Y ¿Que te dijo Itzae? —Pregunto Helena, sacándolo así de sus pensamientos de "ira".

—Que no puede venir, que porque según uno de sus familiares está enfermo, en fin, mejor apuntarnos, yo haré la cosina y tu aaaa haces todo lo demás, quien termine primero le ayuda al otro ¿Estamos?.

—Si que eres un gran organizador, pero me parece perfecto.

Pusieron algo de música, limpiaron aquí, aya, por un lado y por el otro y de más, enserio que era un completo desastre.

Después de casi tres horas por fin Terminaron a la par, así que al final nadie fue ayudar al otro. Se terminaron sentando en uno de los sillones del lugar ya cansados y con una gran pereza.

—De la que se libro Itzae, nunca me hubiera imaginado que este lugar sería tan difícil de limpiar. —Hablo entre pequeños suspiros.

—Tienes razón preciosa, es un cabrón,  nunca creí que fuera capaz de abandonarme para hacerme un "favor" —Era más que obvio que su cerebro o razonamiento no estaba para nada conectado a su lengua, y de esto se dió más que cuenta Helena.

—Kenneth. —le mencionó. —Lo de preciosa es la primera vez que me lo dices y me sorprende, ¿pero me podrías decir a qué te refieres con lo de un "favor"?.

El mencionado trago fuerte, y sus manos comenzaron a sudarle; estaba jodido.

—Lo de preciosa fue sin pensar y lo de el .... Favor. —Suspiro, era momento de hablar claro con ella. —Itzae lo hizo para quedarme contigo y "Charlar". —Volteo a ver a Helena a los ojos, la cual no sabía con exactitud como responder así que se quedaron en cilencio por unos momentos.

Suspiro Helena, ella también sabía que era momento de hablar.

—Kenneth, hay algo que tengo que hablar contigo​.

Semejantes palabras hicieron eco en su cabeza dejándolo algo anonadado.

—Si Helena, yo también tengo que hablar contigo, pero como soy todo un caballero, empezarás tu. —Sentencio dando a notar su pequeña cobardía por lo que se avecinaba o por lo menos que creía que pasaría; rechazó.

Sonrió con burla y ternura a la vez que respiraba profundo y comenzaba a hablar.

—Cuando te conocí Kenneth me forme un concepto de ti erróneo, creía que eras un chico arrogante y muy engreído y de hecho lo eres, —Volvio a sonreír. —La cuestión es que me sorprendió que apesar de ser una persona así y la primera impresión que me diste no me desagrado como tal, así que fue por eso que regrese una y otra vez, también que conforme fue pasando el tiempo te conocí (Y que llegó un punto en el cual te comportaba raro) pero aún así comencé a tomarte cariño y apresiarte como algo más, en fin ya sin tanta vuelta al asunto la cuestión es que después de todo lo que hemos pasado yo me... —Respiro hondo— Me gustas y  a la vez estoy enamorada de ti.

Al decir semejantes palabras su cara se tornó completamente roja, al igual que sus orejas se pusieron calientes al igual que su ser, todo esto por nerviosismo, pena y de más.

Por otro lado Kenneth quedó algo asombrado, su corazón palpitaba fuertemente y su respiración algo agitada, al parecer Helena le había pegado su nerviosismo, pero sabía que tenía que calmarse y así lo hizo.

—Helena. —Pronuncio su nombre con Calama. —voltea por favor.

La chica se exaltó al escuchar su nombre y a la vez la petición, para al final hacer lo que le pedía, y con todo el mini infarto que le daría volteó a verlo, provocando una risita de ternura en Kenneth.

—Tu también me gusta y de igual forma estoy enamorado de ti.

¡Por Dios! Si la cara de Helena ya estaba roja ahora estaba peor, y la verdad no podía con todo eso.

—No puedo creerlo, acabas de pasar a estar roja a ¡Roja!, Eres un puto amor y la verdad ya no puedo con estas ganas. —No entienda absolutamente nada de lo que habla Kenneth, hasta que en un abrir y cerrar de ojos ya tenía los labios del contrario sobre los suyos, al principio se paralizo, pero enseguida cerro los ojos y se dejó llevar por ese grato beso, que le revolvía todo su ser en un va y ven de hermosas sensaciones que ninguna otra persona le había hecho sentir.

Se separaron a falta del oxígeno, se miraron a los ojos y se sonrieron como bobos.

—Helena se mi novia. —Le "ordenó".

Una gran sonrisa se posó en el rostro de ls chica y sin pensarlo dos veces acepto.

—Claro que si...

Se dieron otro besó con ternura, para al final terminar en un grato abrazo y quedar ambos completamente dormidos, con un aura de amor y tranquilidad, a sabiendas de que lo que les trajera el futuro bueno o malo lo aceptarían con los brazos abiertos, superando todo lo que se les interpondrá en su camino y siguiendo juntos junto con este.

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