nueve.

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Era un día más que lluvioso y no había ni una sola alma en el lugar, más que la de Kenneth el cual estaba aburrido y ala vez abrumado por sus pensamientos sobre Helena.

-Mmmm dudo que alguien venga hoy a la cafetería. -Le mencionó con una nueva a Itzae, el cual ya estaba preparado para salir de la cafetería e irse a su universidad.

-Si, la verdad es que yo también lo dudo, bueno si vez que la lluvia no para por lo menos un poco o si no llega gente en un par de horas cierras y ya nos veríamos mañana ¿vale? -Comento y le sugirió a Kenneth.

-Vale, me parece perfecto, te envio un mensaje si llego a cerrar, nos vemos y suerte con tus clases.

-Si, gracias, bueno adiós.

Itzae se paró en la entrada, habrio su paraguas y comenzó a caminar hacia su escuela o algo así.

Pasó el tiempo y Kenneth ya no sabía si conforme este pasaba se ponía peor la lluvia o su aburrimiento lo había ver así.

Estaba recostado sobre la barra donde atendía a los clientes y demás, hasta que escucho la campanilla que anunciaba que alguien acababa de entrar, se levantó enseguida y al ver de quién se trataba se le pintó una gran sonrisa en el rostro, aunque no entendía de todo porque aún tenía el gorro puesto de su suéter su adrentro no llovía, pero trato de no darle importancia, saliendo de su "área" de trabajo para acercarse a la chica.

-Hola Helena. -Le saludo con seriedad y nerviosismo a la vez, mientras se acercaba lentamente hacia ella y la notaba muy rara. -Por fin que te dignas a venir. -Hablo con una risita hasta hasta que llegó frente a ella y obcervo unos horribles moretones en su rostro, haciéndolo preocupar -¿Pero que es lo que te paso? ¿quien te hizo eso?.

Su preocupación no se hizo esperar, tomo de la mano a Helena llevándola a que tomará asiento en una de las sillas de lugar, le quito el gorro y logro ver con exactitud los horrendos golpes que traía Helena en su rostro, dejando sin aire por un momento al chico.

-¿Pero quien te hizo esto? -Le volvió a preguntar, pero Helena no logro responder absolutamente nada ya que se encontraba en un completo estado de shock.

Kenneth la miro, entrando en desesperación a causa del silencio de la chica, la cual le desapareció al escuchar una vez más la campanilla de café, dejando ver a una parejita entrando. Se volteó hacia ellos y les dijo que en ese momento no estaba atendiendo... Osea que en pocas palabras los corrió para así enseguida cerrar la cafetería y estar otra vez al lado de Helena tratando de hacerla hablar, la cual comenzó a temblar, pero no era exactamente de frío, si no de miedo, sus ojos comenzaron a tener una expresión de dolor y su corazon comenzó a estrujarse dentro de su ser, haciéndola sentir fatal.

Por otra parte Kenneth al ver estas reacciones y al sentir la importancia de no poder hacer nada para ayudarla la abrazo fuertemente sintiendo como el cuerpo de Helena temblaba entre sus brazos.

-No se que es lo que te sucedió, pero ya estás asalvo, nadie aquí te ara daño, así que tranquilizara que yo te protejere. -Le hablo dulcemente a la chica entre sus brazos, quien al escuchar sus palabras sintió un gran alivio y una grandes lágrimas no se hicieron esperar en salir, para después ser acompañados por unos fuertes sollozos los cuales le dejaron   exhausta hasta que se refiere dormida entre los brazos de Kenneth.

*"*"*"*.

Habrio sus ojos con pesadez, su cuerpo le dolía, al igual que su cabeza, no sabía dónde estaba pero fuese el lugar donde estuviera sabía que era seguro o por lo menos eso era lo que sentía en su pecho... Tranquilidad y seguridad.

Su vista tardó en enfocarse y una vez que lo logro se dió cuenta que se encontraba en el café, se incorporó con lentitud de unos de los sillones del café, mientras se tomaba la cabeza tratando de tranquilizar el dolor, y mientras tanto lentamente los recuerdos en la biblioteca le llegaron en un fuerte golpe, provocándole aún más dolor en la cabeza.

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