dos

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El joven engreído estaba atendiendo a una pareja de recién casados, la verdad le dió algo de gracia, ya que se imaginó a el casado y la verdad se dió cuenta que eso sonaba muy idiota dentro de su cabeza.

—Esta bién, les repito su orden, un chocolate tradicional, frappé de moka, una orden de crepas y unos hotcakes. —Obcervo a la pareja esperando su respuesta.

—Si claro, así está bien. —Respondió la chica.

—Entendido, en un momento estará lista su orden.

Odiaba tener que atender gente, le era aveces desesperante, pero necesitaba el trabajo y no por odiar el atender gente significaba que lo aria de mala gana, así que se puso manos a la obra hasta tener listo la orden. La joven pareja fue por ella y se fueron a sentar a una de las mesas que se encontraba fuera del establecimiento.

Se recargo sobre la barra y soltó un suspiro al aire de aburrimiento.

—¿Te sucede algo Kenneth? —Pregunto Itzae, viendo como su compañero de trabajo suspiraba medio raro.

—Si, ya me aburrí, este trabajo es tranquilo y hasta cierto punto me agrada, pero la verdad me aburre.

—Mmm ya somos dos, pero esta relajado, así que te recomiendo que mejor te pongas a estudiar o yo que se, te servirá mucho...

—Mmm que flojera, ya veré qué ha-go.... —Se quedó en cilencio al ver como aquella chica idealista entraba en la tienda y la verdad le sorprendió verla ahi, ya que llevaba más de una semana en no ir a la cafetería.

—¿Que vez? —Cuestiono Itzae volteando a ver donde miraba Kenneth. —oh.. esa chica, ¿que no fue la que se enojo por hablar algo así de novios y gordas?.

—Asi es, no creía que fuera a regresar, se veía algo enojada ese día. Bien ya encontré mi entretenimiento. —Dijo con una sonrisa pícara.

—Oye, no juegues así  con los sentimientos de las chicas, eso es de mal gusto. —Le regaño Itzae.

—¿Por quien me tomas? A mi no me gusta ir ahí enamorando a chicas y hacerlas como quiero , sólo me gusta fastiadiarlas y ya. —Hablo indignado.

Le miro con los ojos entre serrados, y así comenzando una pelea de miradas hasta que llegó Helena donde estaban los chicos.

—¡Hola! —Saludo eufóricamente a los chicos, sacándolos de su "pelea"

—hola. —Saludaron al umisoro.

—Me podrían dar por favor un café americano y.... Una crepa de sarsamora.

—si claro. —sonrió con amabilidad Itzae mientras se iba a preparar su orden mientras que Kenneth le cobraba.

—Te cobro 65. —Hablo algo divertido.

—Si, aquí tienes. —Le extendió el dinero y espero su cambio.

—llegue a creer que ya no vendrías, te veías muy enojada ese día. —Le comento con cierto tono de burla para ver la reacción de fastidio de la chica... El cual nunca llegó.

—Si, bien sobre eso... Te pido unas disculpas, eh recapacitado y no soy quien para juzgar tu forma de pensar y aunque no me gusta no tengo derecho, así que nuevamente lo siento... —Hubo un mini cilencio y continuo hablando. —Era eso y que siempre me ha encantado este lugar, a cambiado un poco pero aún así sigue siendo cálido. —Le miro a los ojos y le regaló una gran sonrisa, llena de ternura.

Kenneth se quedó callado, no era lo que esperaba​ y la verdad quien debía de tal vez pedir una disculpa era el, pero le sorprendió tanto ese comentario y su sonrisa, que se quedó embobado por unos momentos obcerbando a esa chica frente a él.

—Aqui tienes tú cafe y tu crepa, espero y la disfrutes. —Itzae les saco de sus cilencio raro de ellos dos, los obcervo mientras preparaba las cosas de helena y se dió cuenta de la mirada de Kenneth hacia la chica y como está al centirla la encaro sin vergüenza.

—Oh! Si claro, muchas gracias. —agradeció Helena.

—Si, no hay de que, bien me retiro por el momento, tengo trastes que lavar... Como odio los sábados. —se quejo mientras se alejaba del aura rara que esos dos traían, dejando salir una ricilla acausa de lo que acababa de descubrir.

Se quedaron callados un momento, Helena le dió un sorbo a su café y volteó a ver al chico, para después sentir ciertos nervios.

—Ahora que lo pienso, a todo ¿como te llamas? —Corto el cilencio.

—Helena... Y el tuyo es?....

Sonrió....

—Pero que lindo nombre el tuyo, y por otra parte mi nombre es Kenneth.

—Oh, tu nombre es atractivo. —Hablo sin pensar Helena, mientras le comía a su crepa.

—¿Asi que solo mi nombre es atractivo? —cuestiono con picardía, mientras que Helena sentía un balde de agua fría sobre su ser al darse cuenta de lo que había dicho.

—Lo-losiento suelo decir lo que pienso, pero también soy sincera. —"hora de cambiar el juego" pensó —Pero creeme que tu nombre no es lo único de atractivo que tienes, eso tenlo por seguro.

La sorpresa de Kenneth fue enorme, dándose cuenta que el concepto que tenía de esa chica era muy erróneo, oh si, esto se estaba poniendo interesante.

—Sabes? Si no fuera por esa horrible vestimenta que traes estoy seguro que te aria mi novia.... —hablo entre pequeñas risas y por la cara de Helena había logrado su cometido; fastidiarla.

—Bueno yo doy gracias a estas feas vestimentas por librarme de "niños" engreídos como tú. —Sonrio con fastidio, mientras tomaba su café y comía su crepa, "creo que este lugar ya no será tan acogedor como antes".

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