Dark Skin

Cápitulo 1

Era un día más para Jongin, se había levantado a las seis en punto como de costumbre para poder arreglarse para la escuela, llámenlo vanidoso pero e lo que siempre hacía. Ese día se miró al espejo tres veces seguidas aún no satisfecho con lo que veía, sin embargo a causa de que iba a llegar tarde decidió sólo marcharse.

Mientras iba camino a la escuela recordó que su primera clase era de química junto al tonto de Do Kyungsoo.

Él siempre fue para él un demonio o maldición que lo perseguía, desde que iban en primaria recordaba los halagos, dulces, caricias que este recibía sin tener que hacer nada, y eso era lo que más le molestaba. Se le ponía la cara hirviendo cuando recordaba  como él era apartado cuando quería jugar un poco. Antes de lograr enfurecerse más por la estúpidas memorias decidió entrar a clase, y ir por el último asiento, el único vacío a excepción del que tenía enfrente, claro, esto de no tener amigos.

-¡Empezó la clase!, chicos tomen sus asientos y respondan la página diecisiete.

Todos asintieron como robots, incluyéndolo y empezaron a hacer los ejercicios comentando algunos.
Para él bastaron unos minutos y ya había hecho la mayoría, química se le daba bien, de hecho iba a mostrarles los ejercicios al profesor.

-Adelante- pronunció el profesor

Era Do Kyungsoo con el pelo revuelto la corbata media salida y los cuadernos desparramados en la mochila abierta. Todos comenzaron a reír a excepción de mí.

-Pero mira que lindo-murmuró una chica

-Su piel es tan blanca-

-¿Será soltero?-

Jong In sólo rodó los ojos y fijó su vista en el profesor.

-Bien, bien. Joven Do vaya a sentarse allí-

Kyungsoo asintió y camino cerca de mi puesto, y por unos largos minutos se me quedó mirando, y eso me molestó porque de seguro estaría pensando en su aspecto como algo extraño.

Desanimado miró hacía la siguiente página y hice los ejercicios que faltaban, pero una voz lo hizo sobresaltar, estando tan concentrado.

-¿Eres nuevo?

-No-

-¿Enserio?, porque yo nunca te había visto- esta vez fijó su vista en mi cuaderno- Wow ¿entiendes la materia?-

-Es sólo... es fácil-

-¿Si?, eres inteligente..-

Sin contestar nada lo ignoró mirando hacía otra parte. Pero él seguía ahí mirando directamente hacía su rostro como si quisiera entablar una conversación de lo más amistosa, mientras que Jong In estaba que se sentaba en el suelo, porque de todas las personas del salón, Kyungsoo no era una de sus favoritas.

Y su buena suerte apareció, porque una chica con una coleta alta y sonrisa amable luego se acercó al tonto ese,trayendo su silla con actitud melosa.

-¿Kyungsoo? no sabía que estaríamos en la misma clase, ¿No te parece algo raro?, esto pasa desde primaria incluso pareciera como si fuera cosa del destino ¿tú que crees?-

Jong In, se rió en voz baja, porque ese tipo de declaraciones, sólo se veían en las novelas que veía su madre.

- ¿cuándo es hora del descanso?

-Once y media- dijo la chica de inmediato, su rostro estaba rojo, quizás por su vergüenza, o nerviosismo, Jong In nunca ha entendido, cuál es ese gran atributo de un chico como Kyungsoo, que hace que los chicos y chicas se acerquen a él como abejas a la miel.

-¿Cómo te llamas?-

La chica de al lado de su compañero se giró sorprendida hacía el moreno, con una mueca extraña.

-¿Por qué?-

-Qué raro nombre- sonrió mirando hacía la chica, ella asintió y le susurró algo que claramente escuchó-

-Jongin, se llama Jongin-

-¿Jongin? ah, ya recuerdo... eres Kim Jong In-

No contestó y se quedó mirando hacía la pizarra esperó a que la clase terminara, sin importarle que era lo que hablaban sobre ese chico,  estaba acostumbrado a estas clases de comentarios a su alrededor en las que Kyungsoo terminaba siendo el centro de atención.
Por suerte la clase había terminado y podía irse, porque se estaba aburriendo, aún siendo su asignatura favorita.
Guardó su estuche, un par de cuadernos, en su mochila para irse mirando a los pocos que quedaban en el salón, pero ninguno de ellos le devolvió la mirada, sólo estaban esos ojos pegados en su nuca, y Jong In no entendió porque se sintió tan enfurecido por eso.