Saber la razón por la cual se habían distanciado era demasiado obvia, pero admitirlo dolía.
Los siete chicos se habían distanciado con el pretexto de aclarar sus pensamientos y buscar una mejor solución a su situación, todos estaban desesperados po...
El segundo en adentrarse fue Jin, recorrió tranquilamente los pasadizos del laberinto, muy de vez en cuando le pasaba que si iba a un lado una pared le impedía el paso y tenía que volver por donde vino, además de que había entrado para tener la vaga esperanza de encontrarse a Namjoon y así cruzarlo juntos, aquel pensamiento le hizo sonreír tontamente pero volvió a concentrarse en lo que tenía delante ¿y si nunca encontraba una salida de ese laberinto y no volvería a verlos jamás? Negó con la cabeza y siguió avanzando.
Se siente tan complicado ¿acaso hizo algunos errores hoy? ¿Por qué tenía que adentrarse a un laberinto y solucionarlos? Ese tipo de preguntas invadían la mente de Jin pero nadie más que él mismo lo escucharían. Siguió avanzando hasta que encontró un poco de tela atorada entre los alambres del laberinto y pasos sus manos, tenía la vaga esperanza de que Namjoon lo hubiera puesto para que él le siguiera el rastro.
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-Ya voy-. Dijo en voz alta, justo cuando iba a dar otro paso un terrible dolor de cabeza lo invadió.
Recargo ligeramente su rostro entre el alambrado mientras contenía las lágrimas, el dolor era insoportable y las imágenes que su mente le proporcionaba era como un golpe directo al corazón.
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Recordó cuando arrancaba los pétalos de una flor y les prendía fuego, según él, era su manera de deshacerse de un mal recuerdo por parte del grupo.
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Mientras seguía avanzando llego a una parte del laberinto donde el olor a algo quemándose inundaba un poco el lugar, aceleró el paso para encontrarse con las fotografías que él mismo había tomado pero ahora el fuego comenzaba a consumirlas.
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