Taehyung
¿Qué hago en mis momento libres? Pues tengo algunos pasatiempos.
El primero consiste en subir a la azotea de los edificios y mirar el cielo, mientras bebo cerveza, el segundo es salir al patio de mi casa y meditar sobre la horrenda vida que llevo, deberían darme una medalla por pensar, el tercero lo presumo como mi favorito “Carreras callejeras” suelo competir por diversión, me encanta sentir la adrenalina atravesar mi cuerpo, la cuarta se trata de entrenar hasta que me duela cada músculo y finalmente la quinta se basa en algo inusual, hablar con un tipo en el parque. No conozco su nombre, pero sé su alias “RM” era un trato justo. Cuando me preguntó el mío le dije que no podía dar esa información, así que le di a conocer mi apodo “V”.
No tengo muchos amigos, me reduzco a dos y él es uno de ellos, convirtiéndose en algo rutinario. Un día después de haber cumplido mi trabajo, fui al parque, me senté en la banca que se encontraba bajo un árbol de cerezo, no me percaté del hombre a mi lado hasta que carraspeó su garganta, giré mi rostro y lo vi. Un tipo de al menos ciento ochenta centímetros sentado a medio metro de distancia, al inicio lo ignoré, pero me comenzó a hablar de la nada, sin entender que no me interesaba formar parte de la plática. Los días pasaron y el rarito no se cansaba de hablarme, me colmó la paciencia y lo confronté, pensé en darle una paliza, porque mi mente lo relacionó con un espía, sin embargo, me propuso “Seamos amigos solamente cuando vengamos aquí”. No puedo decir que no me sorprendió, creí que era una broma, justo antes de levantarme me informó que él siempre estaría en aquella banca, si no quería verlo tendría que buscar otro lugar.
Obviamente no volví en un largo tiempo, pero aunque no deseara admitirlo no había un sitio más tranquilo que ese. Al llegar otra vez al parque, el tipo lo tomó como un sí. Desde ese momento hasta hoy ha pasado más de un año, conversamos sin decirnos algo concreto, solo nos desahogamos con el contrario, somos una especie de terapia para el otro.
Le pregunté por qué siempre iba al parque y me respondió triste.
“Solía jugar con un chico aquí, pero una tarde él se fue, me dejó una carta, escribió que algún día volvería y que lo esperara bajo el árbol a las 5 pm, jamás dijo cuando”.
Rió de forma cálida, provocándome desconcierto.
Me pareció lo más ridículo que había escuchado, como si esperar bajo el árbol a alguien que tal vez no vuelva fuese reconfortante, como si amar fuera algo hermoso, solo traía recuerdos dolorosos y te lastimaba el alma. No me atreví a juzgarlo abiertamente, hubo un tiempo en el que yo amaba de esa manera, mas ahora solo eran pensamientos vacíos y sin fondo.
Amar daba asco.
Jungkook
Miraba el techo de mi habitación, odiaba ser tan aburrido, no obstante, no tenía nada mejor que hacer, pues ya había terminado de estudiar. En momentos como estos me arrepentía de haberle negado mi compañía a mi hermana e ir con ella al centro comercial, iba con su novia y pensé que efectuaría el papel del mal tercio, mirar sus atroces muestras de afecto me enojaba.
Sí, soy un envidioso a veces, tan solo por un segundo deseaba poder vivir una clase de amor como en las telenovelas.
Precedí a colocarme los audífonos, pero antes de poner play en el reproductor mi madre irrumpió en mi aposento.
–¡Jeong Jungkook! ¡¿Qué haces acostado? ¡Son las cinco y media de la tarde! ¡Ve a estirarte aunque sea un poco!– Me arrebató los audífonos de un tirón, jaló mi brazo y me arrastró fuera de la puerta principal.– No vuelvas hasta después de una hora, no quiero que mi hijo sea un topo.– Cerró la estructura de madera en mi cara.
Enojado y con un dólar en mi bolsillo, pateé el basurero, porque a la inteligente de mi madre no se le había ocurrido dejar que llevara un poco más de dinero.
¿A dónde voy? Me cuestionba a mí mismo, no tenía nada en mente, quizá dirigirme a casa de Seulgi, un ¡No! estridente atizó en mi cerebro, esa chica lo malinterpretaría, ha estado enamorada de mí desde los doce, que ideas más ridículas se me ocurrían. Bueno, tal vez diez horas estudiando fundían el cerebro de un ser humano.
¡Sí claro!…. Golpeé mi cabeza en forma de recordatorio, el parque, era un lugar tranquilo y agradecía al cielo por vivir a tan solo cuatro cuadras.
Antes de ir al sitio compré un chupete de frambuesa, caminé unas cuadras más y por fin llegué a mi preciado destino. Miré mi reloj restaban quince minutos para las seis, esperaba que NamJoon hyung se encuentrase ahí. Él era conocido como el hijo del director de la orquesta de Seúl y dueño del local de instrumentos musicales más finos de la ciudad.
Suelo conversar con él cuando me inmiscuyo en su almacén para tocar el piano, algo que me relaja en demasía, es un buen chico, lo catalogo como un hermano mayor.
Sé que Namjoon espera siempre por un amigo en este lugar, no me pregunten cómo.
Paré de sopetón, ya que, lo vi caminando hacia aquí, estuve a punto de gritar de no ser por el radical entumecimiento en mis neuronas.
Todo ocurrió como en una película romántica. El chico más atractivo que mis ojos hayan visto caminaba junto a NamJoon, una ráfaga de viento interceptó en su cabello negro, haciendo que este se despeinara con suavidad, desvié mi atención a su mirada peculiar, denotaba misterio y sus profundas orbes me hipnotizaron a sobremanera, electrizando mi débil corazón. Recorrí con mis ojos su rostro, era demasiado guapo y el conjunto negro que llevaba le daba una apariencia sexy con doble ración de pecado, despertando a mis oxidadas hormonas también.
Se acercaban cada vez más.
Me golpeé mentalmente, no podía permitir que me viera así, llevaba un pantalón flojo con una camiseta hasta las rodillas, la peor parte eran mis zapatillas rojas, ni se diga el felpudo gorro de anciano.
Me escondí tras los arbustos a prisa, dejando caer mi golosina al suelo en el transcurso, adiós dolar, después me asomé con sumo cuidado; ellos estrecharon sus manos y cada quien se retiró por caminos contrarios. Salí del escondite luego de asegurarme totalmente de su desaparición definitiva, me aproximé hacia la banca, cuidando de que mis torpes piernas no flaquearan, apegando mi espalda a ella, mientras llevaba una mano hacia mi corazón que latía tan rápido. Jamás fui víctima de algo como eso, al parecer me enamoré a primera vista, mi cuerpo se sentía pesado y aquel raciocinio que me caracterizaba ya no derramada gota de sensatez.
Me había transformado en un loco, sin embargo, me gustaba esta clase de locura, hace un momento deseé un amor así, en donde tu corazón se expandía y perdías la noción del tiempo e incluso tus pulmones olvidaban su funcionamiento correcto.
Quizá fue el destino y debía sellarlo.
Sip, estoy sumido en la demencia.
Hola😁
Bueno, espero que les guste el capítulo, subiría más rápido los caps, sin embargo, no hay lectores...
Pero seguiré publicando.
Creo que tengo una especie de maldición con los fics "VKOOK"... Lo pensaré realmente si en otra historia no consigo lectores, a quién engaño, Si tendrá que ser, será.
😅
Disculpen si cometí errores.Por favor voten, comenten y compartan, eso ayudaría mucho.
Gracias por leer.
😁
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Let Me Love You (HIAUTUS EDIT)
Fiksi PenggemarTaehyung basaba sus acciones en una frase. "Existen las cosas que queremos y las que necesitamos". Jungkook quería a Taehyung y desgraciadamente también lo necesitaba. Taehyung se considera un mounstro, marcado por un sello que arruinó su vida, mien...