Let Me Love You (HIAUTUS EDIT)

III

Okay, pueden escuchar la canción, pero es irrelevante... xd.

Jungkook

Llegué a mi casa, toqué el timbre hasta que por fin mi madre se dignó en abrir.

–Vaya, creí que regresarías en quince minutos, pero al parecer fuiste a un lugar divertido.– Sonrió.

–Fui al parque.– Contesté distraído, mi mente flotaba lejos de casa.

–Ven a cenar.

–Lo siento, pero no tengo hambre.

–No, tú principalmente debes alimentarte, pronto comenzarás los exámenes de admisión a la universidad.– Sentenció, en tono reprobatorio.

–Mamá, me duele la cabeza, solo quiero dormir.– Subí las escaleras haciendo caso omiso a su llamado.

La verdad, me sentía deprimido, hace una hora diez minutos conocí esa extraña reacción hormonal, llamada amor, la oxitocina cegó mi usual confort en la soledad, sin embargo, por alguna extraña razón sentía que el chico era heterosexual. Estuve dando vueltas al mismo tema todo este tiempo, ideando un plan para acercármele.

Soy alguien inteligente, no debería estar asustado.

Me sorprendió a mí mismo tal sentimiento, me enamoré en cuestión de segundos ¡En realidad estaba loco!

Me escondí entre las sábanas e intenté dormir, con el propósito de soñar en él.

A la mañana siguiente me desperté con el sonido de mi celular, la estruendosa canción de Big Bang “Bang Bang Bang”, resonando escandalosamente. Tomé el aparato, colocándolo de mala gana en mi oído.

–Hola– Dije ronco, frotando mis cansados ojos.

–Jungkook, soy yo... Jimin.

Maldije para mis adentros, no es que me caiga mal, lo conocía desde séptimo grado, era un chico bastante liberal y despreocupado. Siempre ha intentado ser mi amigo, pero yo le aparto, ya que, no necesito distracciones en mi ocupada vida estudiantil, sin embargo, para mi desgracia no pude ocultarle el número de teléfono gracias al bocón de Tae. 

–Jimin, eres tú... ¿Qué quieres?

–Vaya, cualquiera pensaría que me odias.

–No seas ridículo, tengo sueño ¿No me digas que contestarías de los más animado si son la cuatro am?–Pregunté indignado.

–Ya tranquilo, llamé para pedirte un favor.– Habló con voz dulce, provocándome escalofríos.

–Dime.

–Ya que somos compañeros... ¿Podrías decir que estoy enfermo cuando tomen asistencia?

–¡Que! No cuentes conmigo.

–Por favor, estoy en la playa con mi novio, no llegaré a tiempo.

–Ni siquiera somos amigos.– Solté bufando.

–Pero podemos serlo desde ahora.

–Ni lo sueñes, yo no salgo con libertinos.

–Que malo, me dolió.– Se quejó con voz triste.

–Está bien, pero me la debes.– Me rendí, no soy tan malo.

–Tiene que sonar convincente.

–Ok ¿Algo más?

–No.

–Bien, adiós.

Colgué enfurecido, mis clases daban inicio a las siete, tenía dos horas para dormir, mas el desenfrenado de Jimin decidió llamar e interrumpir mi precioso sueño.