A una semana del momento en que la venda se había caído de mis ojos, no volví a ver a Jung Kook, ni por casualidad. Supuse que él me evitaba tanto como yo, lo cual era bueno para mi considerando la situación.
Aún seguía doliendo, en especial porque sostuve la tonta esperanza de que él podría al menos escribir o llamar para disculparse. Y todo indicaba que esa no era su intención. Era un golpe que no esperaba de su parte, pero que me recordaba lo ingenua que era y el por qué debía superarlo. Pronto.
Nam Joon se aseguró de disculparse y hacerme saber que no compartía el modo en que Jung Kook actuó. El resto habían hecho un par de sugerencias extremas, como golpearlo en mi nombre, raparle el cabello mientras duerme, ponerle salsa de pescado a su shampoo... Cosas por el estilo, que aunque intentaba ser un medio de consuelo no fue suficiente para hacerme sentir mejor. A eso se limitaban nuestras últimas conversaciones, inevitablemente disminuyó la frecuencia con la que nos hablábamos.
Claro que todos aprovechaban a mandar sus saludos a través de Jimin, quien era el único que por alguna razón se negaba a darme mi propio espacio. Lo cual me generaba sentimientos ambiguos. Supuse que es su forma de remendar su error, por no contarme la verdad desde un principio. Debería estar enojada tanto como con el resto. Más no fui capaz. Después de todo me brindaba su compañía cuando más sola me sentía. Y en el fondo agradecía la buena intención.
Hannie, por su parte, se las ingenió para que no tuviese que cruzarme con ellos, aunque no se lo había pedido. Me ayudó a reunir las fuerzas para mantenerme de pie y hasta ha estado viniendo a casa seguido. En efecto, era su modo de asegurarse de no encontrar a su amiga con las muñecas abiertas en un charco carmesí dentro de la tina, probablemente.
Por supuesto, encontró varias ocasiones para remarcar lo mucho que Jimin se preocupa por mí y lo tonta que soy en no aprovecharme de ello. Soy a la que le rompieron el corazón, pero evidentemente ella está más ansiosa en que olvide a mi ex.
Di por decidido que no podía estar llorando por los rincones ni fundirme en mi depresión por tiempo idefinido, por lo tanto centré toda mi atención en mis clases.
He mejorado en canto, e intento seguir los ejercicios de vocalización varias veces al día, tal y como me lo recomendó la seonsaengnim. Y con eso mis días fueron estableciendo su curso, casi de manera mecánica.
Estoy sentada en el piso del salón, en un rincón bien apartado, con la hoja de una canción en la mano, cantando a lo bajo para encontrar la nota adecuada para mi voz. Me he quedado a practicar después de hora. Así ocupaba mi tiempo y evitaba pensar en cosas innecesarias. E incluso estoy a oscuras para que nadie supiese que estoy aquí. Escucho el silencio a mi alrededor, me ayuda a memorizar la letra.
Un hilo de luz se asoma de pronto por la puerta, creando una figura brillante a lo largo del salón.
—¿Rosie? Eres tú, ¿cierto? —la sombra de aquella persona se mueve cauta, tratando de agudizar la vista entre la oscuridad. Suspiro resignada. Jimin me acaba de encontrar.
Camina directo hacia mí al notar mi pequeña figura agazapada en una esquina.
—¿No le temes a la oscuridad?
—Nop —respondo en automático.
—Encenderé la luz. Me vuelve un poco ansioso no poder verte adecuadamente —¿Le tiene temor a la oscuridad? ¿O acaso se está burlando de mi sin que me de cuenta?
Enciende la luz y entonces me enfoca, con su mano prendada aún del interruptor. Sonríe en mi dirección, con un tinte algo picante, lo que casi me hace reír. Luego se sienta a mi lado con las piernas estiradas una arriba de la otra, sosteniendo su cuerpo hacia atrás con las palmas de las manos, inclinó la cabeza hacia adelante y ladeó una sonrisa.
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⚘No más que yo⚘║ JungKook, tú y Jimin ║ [Editando y resubiendo]
FanficUna joven solitaria con el objetivo de perseguir su sueño se embarca en un incierto viaje a Corea del Sur. Sus expectativas, sus metas, sus decisiones acaban siendo desorganizadas cuando conoce un famoso grupo de k-pop que pondrá su vida y sus senti...