Sin salida

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Ryan POV

-Sabemos que Victor Meyer era tu padre. Y que estabas en casa a la hora del asesinato.

Ella no se movió ni hizo ninguna mueca. Se quedó quieta, estaba muy pálida; parecía muerta. Por más que lo intentábamos no hablaba. Miré a Bequett. Ella seguía mirando a la chica, en busca de respuestas.

Bequett siempre imponía mas, por eso me gustaba que viniese conmigo a la sala de interrogatorios.

Pero aquella chica no hacía nada mas que mirar a la pared.

-Yo no he echo nada.-Habló por fin.- Cuando llegué a casa el ya estaba muerto. ¿Por qué querría yo matar a mi padre?

-Eso es lo que queremos que nos expliques.

-No he echo nada.

Fue lo único que dijo. La miré de nuevo: una niña, de 17 años, pelo rubio, seguramente teñido; ojos azules, muy pálida. No parecía la típica chica que quiere matar a su padre. Pero el estar en la escena del crimen la convertía en sospechosa; no se podía descartar nada.

-Bien.-dijo Bequett.- si no quieres hablar, no lo hagas. Te llevaremos a un reformatorio, y allí pensarás en lo que quieras.

Anna POV

-¿Que? No, no voy a ir a un reformatorio. Paso. Yo no he echo nada. Yo no he matado a mi padre.-aquello último lo grité, ya que parecía que no me hacían caso.

Miré a aquel policía. No me podía hacer eso, yo no era culpable de nada. El me devolvió la mirada, y segundos después, se acercó a mí y me esposó otra vez.

Salimos de la comisaría y me metieron en un coche.

No me lo podía creer. ¿Que había pasado? ¿Que sería de mí, ahora que iba a ir a ese reformatorio? No me podía pasar eso a mi. Yo siempre había sido buena chica. Nunca me había metido en problemas, y ahora iba directa a una cárcel para niños. Yo no era una asesina.

Para cuando me di cuenta, ya habíamos llegado al reformatorio. El policía, que parecía ser que se llamaba Ryan, según lo había llamado el otro poli, me acompañó hasta mi habitación, la cual no estaba vacía.

-Descubriremos lo que ha pasado. De momento tu te quedarás aquí, y cuando sepamos algo vendré y hablaremos.-su mirada era triste. Se notaba que no le gustaba meter a niños a la cárcel.- Venga, adiós.

Y se fue.

Yo me di la vuelta para conocer a mi nueva compañera de celda. Antes de que pudiera darme la vuelta, ella me agarró por las muñecas y me tiró al suelo. Lo único que pude ver era como tenía su navaja apoyada en mi cuello.

|| Secretos olvidados || ♦Castle♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora