Capítulo 13: "¿Verdad o Reto?"

89 14 5
                                    

Han pasado varios días, ya no estoy teniendo esas raras pesadillas. Los desaparecidos dejaron de hablarme.

Pero sigo teniendo esas “alucinaciones”.

Hace unos días pensé que estaba en la playa y que una ola grande venía hacía mí. Cuando sentí el agua, estaba en la ducha y me estaba rascuñando los brazos. Mis padres no saben nada.

Trevor me mira como si estuviera loca. Ya me vio actuando raro otras veces.

Tengo un mal presentimiento.

Estoy saliendo de la escuela. Theo no me vino a buscar porque tenía que acompañar a Taylor al dentista.

Taylor me contó que desde pequeña tiene miedo de ir al dentista.

Veo a Amanda caminar rápido a no sé dónde.

¿Estaría mal seguirla? No me importa.

Voy a seguirla.

Varias veces se dió vuelta para ver si alguien la seguía, pero no vió. Soy buena escondiendome.

Llevamos caminando como 20 minutos.

Esta yendo a la parte fea del pueblo. Hace dos días mataron a alguien ahí.

Ahora entiendo porque es tan violenta, es la única opción que tienes sí vivís en un lugar así.

Amanda dobla en una esquina y desaparece.

¿Qué? ¿A dónde se fue?

–Mierda.– miro alrededor y no la encuentro.– Si sería espía, me cargaría de hambre.

Comienzo a caminar lejos de ahí, cuando siento que alguien toca mi hombro. Lo miro.

¡Mierda, tiene una pistola y me está apuntando!

–¡Dame tu celular!– sin pensarlo dos veces se lo doy– También dame toda la plata que tenés.

Se la doy.

Estoy asustada, ¿Y si me dispara? Yo no puedo morir, no ahora.

–Yo sé que tenés más, ¡Dámela!

–Yo... No- no tengo nada más.

–¡Dame tu mochila!– se la doy y la revisa.

Pero al ver que no llevo nada de gran valor me la devuelve.

Fue amable de su parte devolverla, considerando que es un ladrón.

–Pues... Dame tu abrigo.

Retiro lo dicho.

Es mi abrigo favorito, es negro, muy abrigado, y tiene piel por dentro.

Me lo saco y se lo doy, quedando sólo con una remera de mangas largas roja.

–Perfecto– se acerca a mí y me pone la pistola a un lado de mi cara, mi pulso se acelera. No puedo morir.– Eres una buena chica. Por eso, no te voy a disparar.

Se comienza a alejar lentamente sin dejar de mirarme, se da vuelta y corre.

¡Que suerte la mía! Lo dije con sarcasm, ¿si? Tranquilas.

En lo único que tuve suerte fue en que ese día no lleve el collar, si no me hubiera robado y amo ese collar.

Tengo frío, debe hacer 16°grados.

Una vez que ya no ví al chico que me robó, comienzo a correr fuera de allí.

No sé cómo llegar a mi casa, pero tengo que salir de ahí.

El Humo OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora