9: Gelosia

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Me desperté a tiempo, me arreglé y desayuné. Ahora no tenía que pasar al café de Viola, pues ya tenía alimentos para no gastar tanto. Además, por ese motivo no me había pasado a comer hacía unos días. 

Mis padres estarán encantados cuando vean que he gastado un poco más de lo que me dijeron que podía gastar...Merda.

...

-Si, si, si papá estoy bien -Contesté por el teléfono mientras caminaba con mi mochila a la escuela. 

- Y ¿Cuánto dinero tienes? -Dijo la voz que estaba al otro lado de la línea. Yo solo me quedé en silencio. -¡Rebecca! 

-Bueno ya ya ya, conseguí muchas cosas desde que llegué y como sabrán la vida es cara en Italia... -La estupidez me estaba carcomiendo. 

-¿Estás diciendo que ya casi no tienes dinero? 

-No...si...bueno no...nunca dije eso... 

-Escucha Rebecca, tu madre y yo hemos trabajado mucho como para que en unas semanas te hayas gastado todo el dinero que te dimos. Sabes que tenemos una buena posición, pero también debes aprender a trabajar, será mejor que te encuentres un empleo. 

Demonios...

-Está bien, disculpa. No los molestaré más...nos vemos luego - Colgué y lancé un largo y sonoro suspiro. Miré al suelo del salón pensando en cómo iba a conseguir trabajo...¡Simplemente no podían ser tan injustos!...Bueno, también confieso que había gastado solo un poco de más. 

-Ciao -Me saludó Chiara sentándose a mi lado; la chica de cabello castaño y ojos miel -¿Qué tal?

La saludé de vuelta y le conté un poco de mi situación con mis padres y el trabajo que tenía que conseguir; ella se mostró muy atenta y amable, pues me ofreció un puesto en una tienda de instrumentos de cuerda donde ella estaba trabajando también. Le agradecí y quedé con ella de acudir al lugar para hablar con el encargado.

Las clases fueron de maravilla y salimos de la escuela; así que invité a comer a Chiara al café de Viola. 

Llegamos y nos sentamos en las mesas de afuera. Mientras esperábamos a que nos atendieran, revisamos la carta y posteriormente unos ojos  verdes, cabello negro y una sonrisa se toparon ante nosotras. Viola. 

No sé cuál fue exactamente la reacción de Viola cuando vio a Chiara, pero su sonrisa se fue desvaneciendo cuanto más la miraba. ¿Qué situación era aquella? 

Viola se acercó más a mi - Hey... ¿Cómo has estado? Ha pasado un tiempo desde que viniste...-Dijo con cierta desilusión, pero volvió a aparecer una sonrisa en su cara con pecas.

-Rebecca últimamente ha estado muy ocupada -Añadió sonriente Chiara mientras veía a la pelinegra.

-Oh...-respondió Viola mirándola y se volvió a mi nuevamente, esperando una respuesta. Yo hice caso omiso del comentario de Chiara. 

-Bien, gracias; lo sé...no había venido desde...-Dije.

-El café -Contestó -Por cierto, tal vez en otra ocasión hablaré contigo sobre eso -Dijo volteando a ver a Chiara de reojo. Rayos, ¿acaso había descubierto lo del dinero? 

-Bien...¿Qué es lo que van a ordenar? -Nos miró a ambas de una forma meticulosa, tomó nuestra orden y se marchó. 

Un chico con típicas características italianas entró al restaurante y Viola lo saludó de una forma muy cariñosa, lo atendió mientras que alguien más trajo nuestros pedidos y hasta se sentó con él un momento; ambos se veían muy felices por verse, reían y se miraban constantemente. 

Para cuando llegó el postre, no sé si fue el limón que me dio aquella nueva sensación, pero estoy segura de que el pay sabía a... 

Celos. 


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