Dos.

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El resto de la mañana en clase se pasa con un debate interno entre esos típicos angelitos y demonios que aparecen en los hombros de los protagonistas de películas. El diablo dice que siga siendo yo, la chica mala, esa a la que más de medio instituto teme y a la cual encanta ir provocando allí por donde va. El angelito, por el contrario, ve buena idea el que cambie mi personalidad a una propia de una señorita. Vamos, que me pase al lado de los buenos.

- Brooke... Es definitivo. Me voy a volver una chica buena - digo mientras que mi amiga la rubia y yo nos vamos a nuestras respectivas casas. Brooke vive dos calles más lejos que yo, así que siempre seguimos el mismo camino.

- Venga ya, Lena - Brooke comienza a reír - ¿Tú volviéndote una chica buena?

- ¿Por qué no? No creo que sea tan raro - bufo y le pego una patada a una lata que se ha cruzado en mi camino.

- Te conozco desde que tenemos cinco años. Si tú te conviertes en una chica buena yo me vuelvo virgen de nuevo.

- Creo que eso es biológicamente imposible - reímos.

- ¿Y se puede saber cómo vas a "volverte buena"? - recalca tanto las comillas que me aguanto las ganas de pegarle una colleja para que se le quite la tontería.

Pero, muy en el fondo, sé que es una buena pregunta. A ver... Todos sabemos, yo la primera, que no voy a sacar dieces en mis notas por mucho que me ponga a estudiar desde hoy, y que aquí tendré mi reputación siempre... Levanto la mirada y veo a Patty Stevens, una de todas esas chicas buenas que se ha convertido en "mala" por salir con un chico malo, pero que en el fondo es más tierna que un bizcocho mojado en leche. Qué asco de chica... ¡Espera!

- Fácil - sonrío ampliamente tras mi brillante idea - ¿Cómo se vuelven malas las chicas buenas?

- Saliendo con un chico... Oh no - Brooke se para en mitad de la calle y no puedo evitar comenzar reír en mi interior ante su expresión de terror.

- Oh sí - asiento sonriente - ¿Y quién es el chico malo por excelencia?

- ¡Eso sí que no, Lena! - me zarandea por los hombros - No vas a ser buena por ir con alguien peor que tú. ¿Pero sabes de quien estamos hablando? - asiento - ¿Y TÚ ESTÁS LOCA? ¿Qué te has fumado hoy antes de entrar? 

- Brooke, tranquila - sonrío ampliamente - Sí. Sé de quien estamos hablando... Le conocí antes que tú y no me da ningún miedo. Nada de nada - sonrío - Así que... Tienes que hacerme un favor...

- No, pequeña Miércoles Adams... No vengas a pedirme ningún favor que tenga que ver con ESE - recalca la última palabra y comienzo a reír - Bueno... Habla.

- ¿Tu padre sigue teniendo contactos en el Kefferson? - asiente - ¿Crees que me podría meter ahí como alumna?

- ¿QUÉ ME VAS A DEJAR SOLA EN EL INSTITUTO? ¿TÚ ESTÁS LOCA? - abre los ojos de una forma desmesurada y se cruza de brazos - Estás completamente loca si crees que me voy a quedar con Kennedy y Miller ahí dentro. Muy, muy, muy, loca. Si vas tú, voy yo, ¿recuerdas? - asiento lentamente ante esas palabras que nos dijimos cuando teníamos unos diez años y, que desde entonces hemos cumplido - Hoy hablo con mi padre y el miércoles estaremos dentro. No te preocupes.

- No estoy preocupada - sonrío - Ahora, a ver cómo se lo digo a Mike y a mi madre - ambas comenzamos a reír y me paro en la puerta de mi casa - Esta tarde nos vemos.

- Hasta luego - sonríe y se despide con la mano, a la vez que yo abro la puerta de mi casa y me dirijo a la cocina, donde un delicioso olor a spaguetti con tomate se mete por mis orificios nasales haciendo que mi estómago ruja - ¿Mike? ¡MIKE! 

Get yourself a bad boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora