Butterfly (BTS)

Capítulo 9

"이 노래는 유명해지지 않았으면 해
이 노래는 유명해지지 않았으면 해
사람들이 가사를 못 외웠으면 해
에라라라 에베베베"

"I hope this song doesn't get popular
I hope this song doesn't get popular
I hope people won't memorize the lyrics"

—Elalalala... ebabababa —la suave y melodiosa voz del muchacho inundó las calles del pequeño barrio de Seúl por el que transitaba.

Jungkook se había levantado temprano aquella mañana. Era sábado, pero hoy comenzaba con un nuevo trabajo a tiempo parcial. A pesar de su aparente actitud animada, sobrellevaba internamente el sabor agridulce que la adquisición de aquel nuevo trabajo le proporcionaba, así como el nudo en el estómago que había sido incapaz de deshacer desde el día en que le comunicaron que estaba contratado.

Cantar era solo una forma de tratar de hacer caso omiso a estas malas sensaciones que era incapaz de sacudirse de encima. Esto ayudaba, y mucho. Cuando por fin llegó a la gasolinera y vio a Namjoon ayudando a su compañero a abrir la tienda, las ganas de detenerse en seco y dar la vuelta que habían estado tentándolo durante todo el camino se esfumaron por completo. Su amigo lo vio y alzó el brazo, saludándolo con una sonrisa de oreja a oreja. Jungkook sonrió de vuelta, sacó los cascos de sus oídos y corrió para ayudar a los que serían sus compañeros de trabajo a partir de ese día.

—Oye, hyung.

—¿Hm?

—Aún no te he dado las gracias adecuadamente por ayudarme a conseguir este trabajo.

Había sido una larga mañana, en la que ninguno de los dos amigos había conseguido descansar por más de cinco minutos. No habían tenido tiempo de almorzar, por lo que el hombre que se encargaba de la tienda de la gasolinera les había dejado unos quince minutos para descansar y comer un par de sándwiches que él mismo les dio, aprovechando que la primera hora de la tarde siempre resultaba más sosegada.

Namjoon torció una sonrisa ante las palabras del chico, negando con la cabeza mientras hacía tiempo hasta que terminaba de tragar el trozo de sándwich que tenía en la boca.

—No ha sido nada, Jungkook-ah —dio un trago a su coca-cola y se ajustó la gorra justo después, dedicando una fugaz mirada a su amigo antes de continuar—. Jin hyung fue quien me consiguió el trabajo a mí, ¿lo sabías?

El muchacho alzó las cejas y abrió los ojos ante la declaración de su amigo. No, no lo sabía. Para él era como si Jin y Namjoon hubiesen trabajo en aquella gasolinera toda la vida, jamás se había preguntado cómo habían conseguido el trabajo, si había sido suerte el hecho de trabajar juntos, o quizá algún contacto que los había 'enchufado'. Para Jungkook simplemente fue un hecho, jamás intentó buscar explicación a algo tan básico como el saber cómo llegaron a coincidir allí.

—Es justo que seas tú quien ocupe la vacante que él dejó —finalizó—. Es lo que Jin hyung querría.

Namjoon solo dejó que el silencio los abrazase por un corto espacio de tiempo. No terminó su sándwich, pero sí la coca-cola. Se levantó y se estiró, aclamando que tenía las piernas entumecidas y los riñones doloridos de la cantidad de horas que llevaba de pie. Y después se excusó, corriendo al interior de la tienda en lo que él dijo que era una 'urgencia', pero no sin antes darle un par de golpecitos en el hombro a su dongsaeng.

Jungkook lo vio desaparecer tras la puerta automática, y su mirada quedó perdida en algún punto de la carretera que estaba ante esta. Las palabras de Namjoon aún resonaban en su mente, cayendo como bloques de cemento, para después derretirse y deslizarse sinuosamente hasta su corazón, donde parecieron arraigar y querer plantar raíces. Ya no sentía el sabor agridulce en su garganta, ni soportaba el pesado nudo en su estómago.