Capítulo 8

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—¡Omma voy a salir, no me esperéis para cenar!

Aline bajó las escaleras de tres en tres y pasó como un relámpago por el pasillo que llevaba hasta la entrada, donde se colocó los zapatos con la misma rapidez antes de desaparecer. Revisó la hora en la pantalla del móvil una última vez mientras corría calle abajo, con la mochila golpeando la parte baja de su espalda a cada paso que daba.

Se había entretenido demasiado eligiendo el "modelito" para su clase de tango con Hoseok, saliendo quince minutos más tarde de lo previsto. Su amigo iba a matarla si llegaban tarde por su culpa, por lo que en lugar de esperar al siguiente autobús Aline se lanzó sobre el que acababa de arrancar, gritando y golpeando los laterales de éste sin dejar de correr hasta que finalmente volvió a detenerse para dejarla entrar.

Cuando por fin llegó a la cafetería en la que Hobi trabajaba, se apresuró a ir a la parte de atrás. Esperaba encontrárselo allí, de brazos cruzados y con los labios fruncidos, pero la suerte parecía sonreírle aquella tarde, pues el callejón estaba vacío. La muchacha dejó escapar un largo suspiro de extenuación y se apoyó contra la pared, recuperando el aire que le faltaba después de la carrera.

—Oh. Aline-ssi.

Aline abrió los ojos con rapidez, emocionada, pero no era Hoseok quien se encontraba frente a ella.

—Ah. Jimin.

—Whoa... Jamás había visto a nadie mostrar tanta desilusión al verme.

—¡Oh, no! Lo siento. Es solo que no esperaba encontrarte aquí. Es decir... estaba esperando a Hoseok.

—¿Hobi hyung? No ha venido a trabajar, está enfermo. He tenido que hacer doble turno hoy por su culpa. Ese hyung...

—¿Enfermo? Pero... no me ha avisado...

La muchacha sacó su teléfono móvil, repasando la última conversación que tuvo con su amigo la noche anterior. Tampoco había recibido ningún mensaje o llamada de su parte. ¿Se habría olvidado de que había quedado con ella esa tarde?

—¿Hoooola? ¿Me estás escuchando?

—¿Eh? —Aline parpadeó y su mirada enfocó la pequeña mano de Jimin, que bailaba con impaciencia ante sus ojos—. Ah, no, lo siento. ¿Qué decías?

—Yah... daebak. ¿Eres así con todo el mundo o es que yo no te caigo especialmente bien?

—No digas tonterías... estaba distraída —apuntó, negando fervientemente con la cabeza.

—Bueno, como sea. Decía que ya que te han dejado plantada, podrías acompañarme a comprar algunas cosas.

—¡Yah! No me han dejado plantada, solo pasaba por aquí por si... por si le apetecía dar una vuelta. ¿Y por qué tengo que acompañarte? Me vuelvo a casa.

Aline comenzó a caminar en dirección a la parada del bus, pero el muchacho agarró su mochila y tiró de ella para arrastrarla hacia la dirección contraria. Los ojos de la chica se abrieron de par en par, impresionada por la fuerza con la que Jimin tiraba de ella.

—¡¡Yah, Park Jimin!!

—¡Venga, no seas aburrida!

***

—Omma, ¿sabes dónde está Aline?

Mavis asomó la cabeza por la puerta que daba a la cocina, fijándose en cómo su madre comenzaba a preparar japchae para cenar. La mujer ladeó la cabeza para mirar a su hija, sin dejar de trabajar en la comida.

Butterfly (BTS)Where stories live. Discover now