—¡¡Hoseok-ah!!
Se hizo silencio en el autobús. Todo el mundo miraba a la muchacha occidental, que se había recorrido el vehículo atropelladamente hasta la cabina del conductor.
—¡Por favor, por favor, pare el autobús! Mi amigo está ahí fuera, necesita mi ayuda. Mi amigo... —Aline era incapaz de decir algo coherente. Había entrado en pánico, y de su boca no salían más que palabras incongruentes.
Hizo falta la aportación de un señor de mediana edad, que había estado sentado detrás de la joven durante todo el trayecto y había sido testigo del desplome del muchacho, para que el conductor finalmente detuviera el autobús a un lado de la carretera y abriera las puertas.
—¡¡Llamen a una ambulancia, por favor!!
Fueron las últimas palabras de Aline antes de bajar del autobús.
La morena rodeó el vehículo para poder llegar a la acera, y entonces corrió con todas sus fuerzas hacia el lugar en el que había visto a J-Hope desmayarse. Su cuerpo permanecía inerte sobre el pavimento, Aline se dejó caer a su lado y se inclinó sobre él. Sus delgadas manos rodearon el rostro del muchacho, frío como el témpano. Las lágrimas salvajes que resbalaban por las mejillas de la morena bañaron el rostro yerto de su amigo.
—Hoseok-ah, abre los ojos, por favor... ¡¡Jung Hoseok!!
***
Jimin fue el primero en llegar.
Aline había acompañado a Hoseok en la ambulancia hasta el hospital, con el rostro anegado en lágrimas y las manos rojas de tanto estrecharlas y prensarlas entre ellas comida por los nervios. Hobi no llevaba su móvil encima, y Aline no tenía el número de teléfono de sus padres. Por lo que cuando los enfermeros preguntaron por una forma de contactar a su familia, la joven llamó a la primera persona que sabía que podría dar con ellos. No pasaron más de treinta minutos hasta que la morena escuchó los pasos acelerados de alguien avanzando hasta el pasillo en el que ella se encontraba.
Jimin apareció con sus cabellos anaranjados despeinados por el viento y la respiración acelerada. Aún llevaba el delantal que usaba en su trabajo en la cafetería, del cuál había olvidado deshacerse al salir atropelladamente del lugar. Al verle allí Aline soltó un ahogado gemido. La tremenda presión que había estado oprimiendo su pecho pareció disminuir con la presencia del muchacho, hacia el cual corrió torpemente para acabar resguardada entre sus brazos. Las lágrimas volvieron a salir a borbotones de sus ojos, acompañadas de hipos y gemidos que llenaron el lugar de su llanto desesperado.
Jimin rodeó el cuerpo de su amiga y la estrechó con fuerza contra su pecho, dejando que la joven se desahogara sobre él. No le importó sentir la humedad de sus lágrimas sobre la camisa, ni recibir los espasmos de su enjuto cuerpo contra él. Jimin cerró los ojos y lloró en silencio junto a ella, escondiendo el rostro entre su alocado cabello castaño.
Cuando el llanto de Aline se redujo a unos suaves sollozos, Jimin sorbió su propia nariz y limpió sus ojos con la manga de su camisa, sacando después de su bolsillo un pequeño pañuelo de color verde agua que tendió a la muchacha. Ambos se sentaron donde la morena había estado minutos antes, frente a la puerta de la habitación en la que Hoseok descansaba. Nadie salvo sus padres -cuando llegaran- tenía permitido entrar. Aline procedió entonces a contarle a Jimin lo sucedido.
—Y me dijeron que esperase aquí a que sus padres llegaran. No he podido verle desde que lo trajeron de vuelta de la sala de urgencias...
—Está bien, Aline. Está fuera de peligro, eso es... lo que te ha dicho el médico, ¿verdad?
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Butterfly (BTS)
FanfictionSiempre has sido como una mariposa. Te observo desde lejos con el miedo de que si alguna vez te toco, eches a volar. Siempre has sido como el viento. Estás ahí, pero mis manos no llegan a alcanzarte. No desaparezcas. Quédate a mi lado. ¿...