El ser

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Una noche, un niño de por lo menos unos 8 años de edad se encontraba solo en casa, ya que sus padres se estaban fuera de la ciudad por negocios de extrema importancia, la reunión duraría casi toda la noche, por lo que el niño quedaría solo en su casa. Podían haber llamado a una niñera pero los padres no lo veían necesario, por no decir que querían que su hijo sea independiente a muy temprana edad; para su fortuna el niño no estaba solo, él tenia un perro, este perro era de raza labrador y ya estaba algo mayor, por lo que el niño se sentía seguro dentro de la casa. Este se encontraba durmiendo en la sala frente a una mesa con una nota que decía Perdiste, ¿jugamos otra vez? , el no entendía que era eso, en eso sus padres que estaban en la puerta se despiden. 

-- Hijo, ya estamos por retirarnos, ¿que quieres que te traigamos?-- pregunto el padre.

-- Lo de siempre, un par de juguetes, los más caros que encuentres-- respondió el niño

-- Ok. no te preocupes-- dijo la madre.

Dicho esto cerraron la puerta y dejaron al niño solo. Durante la noche el niño se puso a ver televisión hasta altas horas de la noche, ya que estaba solo podía aprovechar de darse una desvelada a lo grande, el niño se reía junto a su perro quien estaba a su costado en el mueble mirando el televisor. Legaron las 10 p.m. y el niño ya sentía pesado los ojos por lo que decidió apagar el televisor e ir hacia su cuarto, no sin antes asegurar la puerta de la casa y procurar que nada quede prendido, con el fin de evitar un cortocircuito. El pequeño camino por toda la casa, cerrando cada ventana, cada cortina, cada puerta, todo marchaba según lo previsto, pues el niño a pesar de su corta edad, este era muy inteligente por lo que el tenia planeado todo desde el principio. El niño seguía revisando cada rincón de la casa, que por cierto era enorme, para cerciorarse de que nada quede abierto, fue entonces cuando algo llamo su atención, en el fondo de un pasillo se encontraba una ventana que apuntaba hacia el jardín, esto no seria raro sino fuera porque las plantas de jardín se movían, el niño pensó que era producto del viento que a esas horas era algo fuerte, pero fue cuestión de tiempo que se diera cuenta, que algo caminaba por sus plantas, por los arbustos, él lo veía, era una silueta humanoide, estaba completamente negro, solo iluminado con la luz de un faro que estaba cerca de su casa. El niño asustado cerro la cortina para no ver a ese ser fuera de su casa, y luego se fue corriendo hacia su cuarto provocando que ciertos objetos como jarrones o decoraciones se cayeran al suelo; al llegar a su habitación sienita que su corazón estaba a mil, pues era la primera vez que le pasaba eso, llamó al perro de la manera más silenciosa posible, pues no quería que aquel ser conozca su posición.

-- Buster... Buster... ven amigo, te necesito... Buster-- era lo que el niño susurraba por la puerta.

Mientras llamaba al perro el niño pensaba, ¿si todo esto es producto de mi imaginación?, ¿si en realidad es por el cansancio que logre visualizar aquel espectro en mi jardín?, ¿si todo es una ilusión?, en eso se escucha una ventana rompiéndose, el niño ya estaba asustado, quería correr, pero la pregunta era hacia donde, era el ultimo piso, lanzarse no era una opción. El miedo lo dominaba y el pobre niño no sabia que hacer.

-- Debí llamar al 911-- dijo en voz baja.

Fue cuando la puerta se abrió, como si algo muy pequeño lo hubiera empujado para que pudiera entrar, el niño salto del miedo, pero luego se tranquilizo puesto que el que había ingresado era su perro, Buster, el niño se sentía más seguro ahora que estaba junto a su perro. 

-- Buster... que bueno que estés aquí amigo-- dijo el niño.

Entonces el niño escuchó un sonido parecido a las películas policiales que el veía, era como si una puerta fuera abierta de una patada, salvo que esta patada era más fuerte. El niño se quería morir del miedo, y aunque estaba su perro a su lado, él no se sentía del todo seguro. ¡PUMM!, otra puerta era abierta de golpe, el niño no lo pensó dos veces cerro la puerta con sumo cuidado, no quería que la puerta hiciera ruido, cogió el teléfono y marcó al 911. 

-- Vamos, vamos...-- decía el niño en su desesperación.

La espera se hacia eterna, mientras más se demoraba el teléfono en contestar, más puertas eran abiertas por aquel intruso. 

¡PUUM!

-- Vamos--

¡PUUM! ¡PUUM!

-- Vamos, vamos, contesta--

¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM!

-- Apúrate... no quiero morir... vamos... coge mi llamada... por favor--

¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUMM!

-- Vamos, recibe mi llama... -- fue entonces que algo sonó en el teléfono, por fin al parecer la llamada iba a ser recibida

¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM!

-- ¿Hola?, buenas noches seño...-- algo interrumpió la esperanza del niño, toda su fe se vino abajo al escuchar lo que el teléfono le dijo.

-- Lo sentimos, pero usted no dispone de linea para hacer este tipo de llamada, por favor vuelva a intentar más tarde-- maldita sea, ¿porque a mí?

¡PUUM! ¡PUUM! ¡PUUM!

Aquel ser, se estaba acercando a la habitación del niño, él lo sentía, era cuestión de tiempo para que se abriera la puerta de golpe, el niño sabia que ni bien la puerta se abriera su vida acabaría. 

¡PUUM! ¡PUUM!

El niño mira al perro y este estaba a la defensiva mostrando los dientes y gruñendo, pero algo andaba mal, el perro temblaba mucho, el perro estaba atemorizado por aquel ser, tenia miedo de él, si por el perro fuera se escondería pero no, su dueño esta en peligro y como todo buen perro este siempre cuida a su amo, a pesar de que su vida este en peligro, el perro siempre saldrá a defender a su amo. Entonces el niño escucha las pisadas de dicho ser cerca de la puerta, el niño no lo aguanta más, decide meterse en la cama y acurrucarse con las sabanas, con el fin de que aquel ser no se de cuenta de su presencia, el perro hace la mismo, solo que debajo de la cama. 

¡PUUM!

La puerta se abre de golpe haciendo que algunos cuadros que estaban al costado de la puerta caigan al suelo rompiéndose, el niño no lo aguanta más, quiere gritar, quiere llorar, pero no puede, porque sabe que ni bien habrá la boca el ser se dará cuenta de su presencia, el niño sabe que dicho ser lo viene a buscar a él, el niño sabe que ni bien haga un movimiento en falso eso significaría su fin; el niño siente como el ser camina alrededor de la habitación, siente como la madera del suelo cruje con cada pisada de aquel ser, el niño no pude más, quiere salir corriendo, esta considerando la posibilidad, pero sabe que por más rápido que sea, aquel ser lo va a alcanzar, porque por las pisadas sabe que aquel ser, es alto, es extremadamente alto, por lo que decide aguantar el miedo en su cama, con sus sabanas como medio de protección. En eso el niño siente como una mano esquelética toca la sabana, el niño quiere gritar, sabe que de continuar esto el ser acabaría con él, sabe que es cuestión de tiempo para que muera; siente como la mano sube, esta rozando su pie, esta palpando, lo sabe, este ser no es idiota, este ser sabe que hay alguien escondido en la cama, este ser es inteligente, es pensante. El pobre y asustado niño esta llorando, esta gimiendo, no puede contenerse y suelta un grito tan fuerte que por lo menos se escucho toda la cuadra, el ser al escuchar este grito tiro fuertemente de la sabana y fue entonces cuando se dio cuenta de lo que había hecho, él había firmado su sentencia de muerte.  

-- Je, te atrapé-- dijo aquel ser, con una voz ronca y con aliento putrefacto.

El niño pudo ver a aquel ser, pudo ver a aquel ser que lo había molestado tanto durante toda la noche, durante todo este tiempo, aquel ser tenia el cuerpo de color negro, lo único que podía ver era sus ojos, grandes blancos y con un punto negro, su sonrisa de oreja a oreja y para variar una mirada de psicópata, el niño pego un grito aun más fuerte que el anterior y se desmayó.

Despertó en el sofá de la sala frente a una nota que decía: Perdiste, ¿jugamos otra vez?, en eso escucha a su padre. 

-- Hijo, ya estamos por retirarnos, ¿que quieres que te traigamos?-- 

-- Lo de siempre, un par de juguetes, los más caros que encuentres-- respondió el niño

-- Ok. no te preocupes-- dijo la madre.

Dicho esto cerraron la puerta, y es cuanto el ser, sale de escondite para volver a jugar, porque el siempre quiere jugar, el siempre busca diversión, el siempre busca una nueva presa a quien cazar. 


   

Historias que te helaran la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora