02. Boda Arruinada

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Draco avanzó rápidamente por el callejón Diagon, se detuvo cuando un hombre lo interceptó y lo segó un instante a causa de la fotografía que le tomaron, frunció el ceño y observó a la mujer que le sonrío con picardía.

—Señor Malfoy ¿Qué opina usted del hecho de que su único hijo, dejara plantada en el altar a la hija menor de Harry Potter? –la mujer le miró astutamente.

—No tengo la menor idea de que habla –soltó enfadado.

—La comunidad mágica se ha quedado muda respecto al acontecimiento, un Malfoy y una Potter había sido un revuelto cuando salió a luz, pero... Sin duda, la noticia que trascendió fue el hecho de que su hijo, no apareciera, y en su lugar, llegará una lechuza, informando que no podía casarse ¿Cree que educó bien a su hijo? ¿Qué opina de la poca sensatez de hacer eso?

—No me interesa en lo absoluto.

— ¿Que opina del hecho de que Harry Potter este buscando a su hijo para hacerle pagar la humillación que le hicieron a su pequeña Lily?

—No me interesa –gruñó.

—Su padre, Lucius Malfoy ha hablado con nosotros sobre estos lamentables hechos...

—Si mi padre ha hablado sobre lo que opina o no, hace años que dejó de interesarme saber su opinión respecto a mis actos o los de mi hijo, y sí quiere saber mi opinión se las diré, me alegro que lo hiciera, si la dulce Lily Potter no era la mujer de su vida, le aplaudo que no se casara, se tiene que ser muy valiente como para no arruinar la vida de alguien por hacer lo que los demás esperan de ti.

Se alejó, no le siguieron, sus palabras finales habían creado suficiente polémica para que todo mundo volviera a odiarlo, volvieran a tener el apellido Malfoy en boca de todos.

Sentía una furia innegable corriéndole por las venas, pero no por lo que su hijo había hecho, sino por lo que Ginevra le había hecho hacerles a sus hijos, porque eran suyos, tanto Lily como Scorpius eran sus hijos, y se sentía culpable, porque de los dos, la única que había nacido del amor de sus padres era Lily Luna Potter, porque mientras Ginevra yacía entre sus brazos era esa la razón, y entendía la razón por la cual había pedido que dejaran de verse, posiblemente, la próxima vez, sus aventuras llevarían de nuevo a un embarazo y ¿cómo explicaría si el siguiente hijo fuera rubio?

Se tomó el whisky de fuego de un solo trago, Blaise le negó, todo mundo los observaba, hacía apenas ayer, Scorpius había dejado plantada a una bonita chica plantada en el altar, era la comidera de todo el mundo mágico ¿dónde estaba Scorpius Malfoy ahora? ¿Escondido como un criminal?

—No puedo creer que tu hijo la plantara –admitió su amigo.

—Es mejor arrepentirse a tiempo –musitó.

—Esa misma excusa te dijo Ginevra cuando no aceptó irse contigo ¿cierto? –se burló.

—Bueno, ahora fue al revés, se lo hicieron a su hija, debe saber lo que se siente la ley causa efecto ahora.

—Lily no tiene la culpa de los actos de su madre.

—Cierto, pero a veces, hacemos estupideces muy grandes que afectan a nuestros hijos, ella lo hizo.

—Estás enfurecido ¿no?

—Con ella, sólo con ella, es la culpable de toda esta maldita situación, ella y nadie más.

Posiblemente también fuera su culpa, pero no lo era, si él hubiese sabido que Lily era su hija, hubiese tomado más cartas sobre el asunto, le hubiese dicho a Scorpius, o lo hubiese mandado a Durmstrang en lugar de Hogwarts, todo lo que fuera necesario para ahorrarles todo este sufrimiento.

Prospecto Equivocado || ScorilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora