uno

520 37 16
                                    


En el momento en el que cruzó la puerta del gimnasio, ya se había arrepentido de estar allí. El lugar estaba lleno de hombres y mujeres robustos y sudorosos bastante más grandes que él. Min YoonGi se sentía un enclenque entre toda esa gente. Después de unos segundos parado en la entrada observando el entorno, se acordó de lo que había ido a hacer allí.

Aquel mes empezaría la universidad y quería darle un giro de 180 grados a su vida. Quería dejar de ser el chico débil y enfermizo del que todos se reían.

Había sido un niño menudo desde que era pequeño, pero todo se agravó cuando entró al instituto. Veía cómo todos los otros chicos crecían, se hacían altos y les salían músculos. Mientras tanto, él seguía estancado en su metro setenta y cinco y su cuerpo delgado. Las bromas comenzaron cuando tenía 14 años. Sus compañeros solían burlarse de su físico y quitarle sus pertenencias, sólo para disfrutar viendo sus vanos intentos de recuperarlas. Llevaba cuatro años aguantando todo eso y más. Sin embargo, no todo era triste en su vida. Aunque no eran muchos, Yoongi tenía grandes amigos. Y es que era uno de ellos, Namjoon, el que le había convencido a comenzar a hacer ejercicio. A pesar de ser alto y deportista, él nunca se había reído de Yoongi y le había animado en momentos difíciles. Era el tipo de chico que podía teñirse el pelo de morado y aún ser respetado por toda su clase. Yoongi siempre le había envidiado por su confianza en sí mismo y por su capacidad de liderar un grupo y tomar el mando en cualquier situación. Y, para qué mentir, por sus habilidades con las chicas. Él nunca había besado a nadie, no hablemos ya de haber tenido una novia. Si ya era tímido de por sí, hablar con una chica que no conocía se convertía en una odisea para él.

Pero todo aquello había acabado. Aquel sería el primer día de su nueva vida. Había decidido que lo primero que cambiaría sería aquello que lo comenzó todo, su aspecto físico. Caminó decidido hacia una de las cintas, subiéndose encima y poniéndola en velocidad media. En poco más de 30 minutos, ya estaba agotado. Decidió que era hora de ejercitar sus brazos. Tal vez fuera sólo su imaginación, pero pudo notar cómo varias miradas se posaban en él mientras se aproximaba a la zona de pesas. Probablemente estaban sorprendidos de que un chico tan enclenque, con apariencia de adolescente, se acercara allí. Bueno, pues les iba a enseñar lo mucho que se equivocaban. Tenía planeado empezar con ejercicios de mancuernas, cómo Namjoon le había recomendado, pero quería mostrar a la gente del gimnasio que su apariencia engañaba.

Cogió varias pesas de diferentes tamaños y las puso en la máquina para hacer press de banca. Se tumbó en ella y levantó la pesa. Bueno, al menos lo intentó porque, al momento que empezó a hacer fuerza, le dio un tirón en el brazo y soltó un grito altísimo, haciendo que la mitad de personas de la sala se giraran a mirarlo.

Cerró los ojos con fuerza. Quería que se lo tragara la tierra. Su primer día en el gimnasio, y tenía que fastidiarlo haciendo el ridículo delante de todo el mundo.

"No, no, no" se dijo a sí mismo "Esto no puede estar pasando".

—Perdona, ¿estás bien? —oyó una voz llamándole— ¿Necesitas ayuda?

Yoongi abrió los ojos lentamente. Un chico con el pelo rojo intenso le estaba mirando preocupado desde arriba

—¡No! —gritó nervioso— Q-quiero decir, no gracias, estoy bien, y-ya me iba de todas formas.

Al acabar esa frase intentó incorporase, pero soltó un gemido de dolor al notar otro tirón en el brazo.

—¿Seguro? Ven, te acompañaré a los vestuarios —replicó el pelirrojo, tendiéndole un brazo.

YoonGi aceptó a regañadientes y siguió al chico fuera de aquel cuarto.

—No te tienes que avergonzar por no ser capaz de levantar tanto peso el primer día, ¿sabes? Te has puesto casi 50 kilos —el chico rompió el silencio incómodo—. Tendrías que haberme visto cuando vine aquí por primera vez —añadió con una risita.

Su sonrisa le transmitía confianza, así que sonrió también. Se dio cuenta de que no se había fijado mucho en él hasta ahora. No parecía mayor que él, a decir verdad tampoco era muy alto. Sin embargo, tenía unos músculos marcados, visibles gracias a que llevaba una camiseta blanca de tirantes, manchada de sudor. Su cuerpo atlético contrastaba con sus grandes mofletes y sus labios carnosos. Sus ojos, rasgados y de un color marrón muy oscuro, estaban en perfecta armonía con una nariz recta y ancha. Yoongi tenía que aceptarlo, era atractivo.

—Muchas g-gracias por acompañarme —dijo Yoongi cuando finalmente llegaron al vestuario- Hice el ridículo y n-no conozco a nadie aquí, a-así que...

—No ha sido nada, de veras. Por cierto, no nos hemos presentado, soy Jimin y tengo 16 años, encantado.

"Así que sólo 16" pensó Yoongi "Me gustaría haber tenido la confianza en mí mismo para venir aquí hace dos años"

—Yo me llamo Yoongi y tengo 18.

Jimin cambió su expresión a una de preocupación.

—Oh, lo siento por cómo te he hablado, hyung.

—No pasa nada, de verdad. Es más, preferiría que me llamaras por mi nombre.

Se miraron y ambos sonrieron.

—Ahora tengo que irme —se despidió Jimin, dándole una palmada en la espalda—, pero espero verte la próxima vez que vengas, porque vas a volver, ¿no?

—Sí claro, ¡hasta luego! —dijo Yoongi, mientras veía al pelirrojo abandonar el vestuario.

Al fin y al cabo, el primer día en el gimnasio no había sido tan malo cómo había imaginado.

Bueno, empiezo en Wattpad con esta historia que comencé hace un tiempo. Me encantaría que comentaseis qué os va pareciendo y que le deis a la estrellita >u<

Gracias por empezar a leer y espero que os guste mucho :3

Gracias por empezar a leer y espero que os guste mucho :3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Look Here || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora