"-Mira aquí y repite exactamente lo que estoy haciendo."
Min Yoongi quiere darle un cambio radical a su vida. Está cansado de ser un chico enclenque, débil y tímido que siempre ha sido. Por eso, decide apuntarse al gimnasio. Sin embargo, la aparició...
Jimin le gustaba. Le había gustado desde que cruzó aquella maldita puerta y había visto su pelo rojo empapado en sudor. Le habían gustado todas y cada una de las sonrisas amables que le había dedicado. Y, sobre todo le había gustado el cálido beso que le había dado en aquel callejón.
No quería aceptarlo porque no quería ser dañado.
Aunque todo eso ya daba igual. Sí, Jimin le había besado, pero estaba claro que sólo estaba jugando con él. Cuando consiguió su trofeo, se cansó rápidamente y pasó a buscarse a otro. Como quien tiene un chicle un rato en la boca, lo tira a la basura porque ha perdido el sabor y pasa a comerse otro caramelo distinto.
Le odiaba, y aún más se odiaba a sí mismo por haberse dejado engañar, por haber caído en su estúpido juego.
Un mensaje de Namjoon en KakaoTalk le sacó de las cavilaciones que estaba teniendo en su cuarto esa mañana.
[11:38] Hobi y yo vamos a salir a comer, ¿te vienes?
[11:40] Hoy no estoy de humor
[11:40] Venga, vente, es un sitio nuevo que Hobi ha descubierto.
Yoongi leyó el mensaje, pero lo ignoró. Namjoon no pareció aceptar su negativa porque móvil no paró de vibrar.
[11:44] No seas vago
[11:44] Ven
[11:47]No me dejes en leído
[11:48]Vago
[11:48]Levanta el culo de la cama
[11:48]V
[11:48]A
[11:48]G
[11:48]O
Yoongi perdió los nervios.
[11:49]De acuerdo, iré, pesado de mierda
De todas formas, no tenía nada más que hacer. Aparte, claro, de quedarse en su cuarto compadeciéndose de su propia miseria y tocar canciones melancólicas con el piano. No tenía universidad y después de ocurrido la tarde anterior, no le apetecía demasiado ir al gimnasio. A la hora de comer, cogió el tren a la dirección que le había mandado Namjoon, donde se encontraban sus amigos.
Estuvieron un rato hablando de cosas banales, como de una chica que Namjoon había conocido hacía poco. Desafortunadamente, esa conversación no duró mucho, ya que ninguno de los otros chicos sabía mucho sobre ligar. A Yoongi le sorprendía que, un chico como Hobi, que no era nada feo y tenía personalidad extrovertida y agradable, nunca hubiera tenido una relación. Sin embargo, no se atrevió a preguntar para no incomodarle.
—Yoongi, ¿no tienes calor llevando manga larga? —preguntó Namjoon. Al ver que el otro no contestaba y sólo se estiraba aún más las mangas del jersey, insistió: — A ti te pasa algo.
El chico era un experto en averiguar en lo que Yoongi estaba pensando en cada momento. Rápidamente le cogió del brazo y mostró las manos del moreno, con unos dedos llenos de padrastros y unas uñas más cortas de lo que nunca habían estado. En la última noche, había mandado a la mierda la promesa que le hizo a Jimin y no había evitado morderse las uñas por el nerviosismo. Bajó la cabeza y escupió un:
—Ahora ya sabéis por qué no quería venir, ¿no?
Yoongi se lo contó todo. No se dio cuenta de cuando empezó a sollozar ni de cuando las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos como una fuente.
Estaba harto de ser un pringado, de que se burlaran, de que jugaran con él. Lo único que quería al ir al gimnasio era ponerse en forma, pero apareció el típico chico jugador y tuvo que empezar a gustarle.
"Tenía que cagarla, como siempre" pensó "Soy un inútil en todo lo que hago".
—No pasa nada, sabes que puedes desahogarte con nosotros —le consoló Namjoon.
—Venga, no llores por un gilipollas. Si hace falta vamos y le partimos las piernas.
Yoongi rió ante el comentario de Hobi. Pese a que estuviera llorando, aquel chaval siempre conseguía sacarle una sonrisa.
. . .
Le costó, pero una semana después del incidente con el-que-no-debe-nombrado (Namjoon dijo que debía dejar de pensar en Jimin, así que Hobi se inventó un apodo para él), Yoongi fue al gimnasio. Suspiró con alivio al no ver al-que-no-debe-ser-nombrado no estaba allí. Tendría por lo menos un día de tranquilidad. Se puso música y se montó en la cinta de correr. Se alegró al darse cuenta de que aguantaba 30 minutos a una alta velocidad sin apenas cansarse y al hacer unos ejercicios, levantaba bastante más peso que antes. Después de más de un mes, su esfuerzo daba algo de fruto.
Gracias por leer ^u^
Este capítulo no es muy interesante, pero era necesario para la trama
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
