Especial

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Los días de desgracias habían pasado. Después del trasplante de Kouki tuvimos que dejarlo en el hospital 2 meses para observación y 3 meses en revisión para cerciorarse que su cuerpo había aceptado el trasplante. Habían sido unos preocupantes y desesperantes 5 meses. Ya que la idea de que su cuerpo no aceptara por completo el trasplante, me carcomía por dentro día a día. Pero gracias al cielo, hoy nos habían dicho que todo estaba perfecto. Que su corazón funcionaba como si todo el tiempo hubiera pertenecido a ahí; por lo que al fin después de tanto tiempo, lo tendré en casa.

Mire a mi ahora hermoso esposo recostado en mi hombro, y acaricie su mejilla con cariño.

- ¿Estás cansado?- le pregunte colocando mi mano en su hombro y acercándolo mas a mi cuerpo.

- No, solo me siento aliviado. Tenía miedo de no poder cumplía mi promesa.- hablo con sus ojos cerrados y acariciando mi mano sobre sus muslos.- ahora sí, todo ya está bien.- termino de hablar con un largo suspiro de alivio.

- Te amo Sei.- dijo levantando la mirada y fijando sus ojos sobre los míos.

- Yo también te amo Kouki.- respondí tomando su mentón y besando sus labios.

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- Bienvenidos.- hablo una mucama el momento en que entramos a nuestra casa.

- Lo hemos estado esperando con ansias Akashi-sama, ya tenemos todo arreglado. Esperemos que se sienta en casa; y si hay algo que no le parezca, avísenos que lo solucionamos enseguida.- termino de hablar ahora una mujer mayor con una sonrisa en su rostro.

- Ella es mi nana Anna. La encargada de las servidumbres. Y la joven a lado es Rin, su nieta.-

Le hable presentando a la radiante mujer delante de mí, y a aquella mujer mayor de sonrisa cálida. Kouki solo sonrió con timidez y asintió con la cabeza.

- Pues en ese caso lo primero que me gustaría cambiar es que me llamen por mi nombre, Anna- san. Rin.-san - dijo mi esposo para después inclinarse.- Gracias por todo y desde ahora estaré a sus cuidados.- la joven de cabellos negros se sonrojo por la acción de mi esposo y con nerviosismo correspondió el saludo.

- Por el contrario Kouki- sama. Gracias por dejarnos estar a su cuidado.- respondió mi nana inclinándose de igual manera. Yo solo sonreí por su comportamiento y tome la mano de mi esposo para llamar su atención.

- ¿Quieres ir a descansar a la habitación?- le pregunte con ternura en mi voz. Él solo negó y me miro a la cara.

- Por ahora lo que menos quiero es estar en una cama. Ya estuve demasiado tiempo. Así que me encantaría que me mostraras la casa.... claro, si es que tienes tiempo por tu trabajo.- hablo con timidez. Yo sonreí por aquel lindo puchero en su rostro y me incline a besar sus labios.

- Para ti ya sabes que tengo todo el tiempo del mundo.- hable rozando mi nariz en la suya.

- Dios, es cierto.- se escuchó una voz chillona a nuestro lado. Ambos giramos la vista, y nos encontramos con mi nana sonriendo y a Rin con su rostro cubierto por sus manos.

- Lo siento joven Seijuro. Es solo que nadie me creía cuando le dije que el amo parecía corderito frente a Kouki-sama.- termino de hablar mi nana con una sonrisa en su rostro y yo solo me sonroje por el comentario. Regrese la vista hacia mi esposo y él se encontraba peor que yo.

- Bueno, creo que es mejor darles privacidad... Kouki- sama. Es un placer tenerlo con nosotros. Llevaremos sus cosas a su habitación. Por lo que tómense su tiempo en conocer la casa.- mi nana término de hablar dando una reverencia, para después tomar la mano de su nieta y llevársela consigo.

Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir (akafuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora