Tras escuchar aquellas palabras de Kiyoshi en el auto no supe que decir o cómo reaccionar, durante todo el trascurso desde el aeropuerto hasta el hospital el silencio se apodero de nosotros. Kiyoshi no parecía querer decirme más y yo no me sentía con el derecho de preguntarle.
Cuando llegamos al hospital toda su familia ya estaba ahí. El semblante de Akira-san estaba devastado, Kei no dejaba de llorar en los brazos de su madre y Demian solo se encontraba sentado en un rincón con la cabeza agachada. Al entrar y percibir aquella aura comencé a prepararme para lo peor. Pude sentir como si me faltara el aire y mi cuerpo más pesado con cada paso que daba hacia Akira-san para preguntar qué había sucedido. No quería entrar, pero al mismo tiempo me impacientaba por hacerlo.
Sin darme cuenta por estar en mis pensamientos, Kiyoshi se me adelanto y llego primero. Me quede parado a una distancia corta por la incertidumbre de cómo reaccionarían al verme, y solo pude ver como Akira-san le dio una mirada triste a Kiyoshi; negaba algo con su cabeza lleno de desesperación, para después ser abrazado por él. El rostro de Kiyoshi aún continuaba inexpresivo, a simple vista pareciera que no sentía nada en estos momentos; pero si observabas con atención, su mirada estaba completamente perdida en ese momento.
Con todo el coraje que pude adquirir en ese instante, camine a paso rápido para no retractarme de lo que iba a hacer. Sabía que si lo pensaba más terminaría yéndome y encerrando ese suceso como si no fuera parte de el.
Llegue hasta ellos con un nudo en la garganta sin saber que decir y con mi vista en el suelo. Fue la primera vez que mantenía la mirada agachada ante alguien. Levante la vista con duda y Akira-san solo me miro con desconfianza sin decir nada. Aquella acción incito en mí que el sentimiento de culpabilidad aumentara, pero antes de que pudiera decir algo, Kiyoshi toco su hombro y esto provoco que su semblante cambiara. Me regalo una sincera sonrisa y se acercó con cuidado hasta mí para abrazarme dejándome completamente en shock.
- Discúlpame Seijuro-kun.- hizo una pequeña pausa para separarme de sus brazos y mirarme a la cara tomándome de los hombros.- me imagino que tú también debes de estar cargando con mucho dolor ¿verdad?- esta vez me dio una sonrisa triste.- por favor ya no lo contengas más, recuerda que ahora somos familia.- Al termino de sus palabras pude notar como su voz se quebraba. Me abrazo de nuevo y comencé a sentir como mi hombro se mojaba; tal vez por sus lágrimas. Sin saber cómo reaccionar ante aquella muestra de afecto, solo me quede de pie inmóvil por unos segundos procesando lo que estaba sucediendo.
Yo no esperaba esta muestra de empatía. Creí que al verme se abalanzaría sobre mí para gritarme y culparme por haberle hecho esto a su hijo, pero fue todo lo contrario. Me abrazo con ternura y delicadeza, como si fuera algún recipiente valioso y con cuidado de que no me destruyera. Pero eso ya no importaba, ya que yo ya me encontraba completamente despedazado por dentro.
- Ya no tienes que guardarlo Seijuro, solo déjalo salir.- Tras escuchar aquellas palabras dentro de esos cálidos brazos, pude sentir como aquel craqueado cristal frio que resguardaba mi corazón se rompía por completo. Ya no pude mantener mi mascara por más tiempo y solté de golpe todo mi dolor.
Me aferre a la espalda de Akira-san como un niño desesperado, e inunde mi rostro en su hombro. Llore, llore y llore todo el dolor, toda la impotencia y toda la desesperación que había estado guardando por años. Me sentía como aquella vez cuando tenía 12 años; débil, vulnerable y lleno de culpa.
- Lo siento.- dije por primera vez entre llanto.- Lo siento, yo no quería esto.- Intentaba hablar lo más claro que podía, pero el llanto incontrolable que tenía en esos momentos no me lo permitía.- Lo siento.- lance esta vez un grito ahogado más para mí que para los presentes.
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Mi corazón es tuyo y el tuyo mi razón de vivir (akafuri)
FanfictionComo crees que reaccionarias, si tu frió y congelado corazón se craqueara cada vez que lo ves. ¿Lo aceptarías? o solo lo negarías por el miedo a no saber como manejar algo nuevo en ti. Esto es lo que le pasa a Akashi Seujuro, un hombre de 22 años d...