Unintentionally (Part 2)

1.6K 128 14
                                    

Sin querer (Parte dos)

- Estaba pensando en que sería genial que esta noche vengas a casa a cenar- Te sugirió la novia de tu ex novio, sentada del otro lado de tu escritorio.

Claro...ella nunca se enteró de que ya se conocían.

- ¡Norm! Amor, ella es Anna, una amiga del trabajo- Dijo tu amiga a su novio luego de besar como saludo los labios que tantas veces habías besado tu.

Norman simplemente no podía quitar la mirada de ti. Estaba realmente sorprendido. No podía emitir ninguna palabra. Simplemente mirarte, recordando lo hermosa que eres y recordando todos los momentos que pasaron.

- ¿Con tu familia?- Preguntaste expectante.

- Por supuesto.

- Emm... déjame pensarlo- Murmuraste con una sonrisa forzada.

Norman y tu estrecharon sus manos fingiendo no conocerse y sintiendo la misma chispa que sintieron el primer día que se vieron.

- Un gusto- Sonreíste falsamente. Eso destruyó por completo el corazón de Reedus.

El te conocía tanto.

- Vamos, Annie, hazlo por mi- puso cara de perrito- Quiero que conozcas a mi bebé.

Serán sólo unas horas, puedo soportarlo》 Pensaste mientras suspirabas.

- Bueno, esta bien- Helena aplaudió.

Ver a un hijo de Norman que no era hijo tuyo era lo más difícil.

- Puedes llevar a alguien- Te guiñó el ojo- Estoy hablando de Thomas Ann, me da pena ya lo mucho que le gustas- Susurró riendo y salió contenta de tu oficina.

- El gusto es todo mío- Tu ex novio repitió tu acción.

Lo siguiente fue escuchar a Helena decir lo contenta que estaba de que se conocieran, mientras ustedes se miraban fijamente. Él ni la escuchaba y la verdad es que tu tampoco. Jamas te imaginaste volver a verlo en una situación así y por más que lo negaras, no podías evitar recordar lo que era amarlo. Y él no podía creer todo lo que te había extrañado.

Caminaste descalza por tu habitación mientras te fijabas en tu armario, que ponerte.
Secaste tu cuerpo con el toallon y te pusiste el vestido corto negro que elegiste. En los pies te pusiste unas simples sandalias del mismo color y dejaste tu pelo suelto. Te maquillaste un poco y oíste el timbre.
Atendiste cuando ya estuviste lista, y le sonreíste al chico que esperaba atrás de la puerta.

- Thomas- Dijiste saludandolo en la mejilla.

Thomas es un hombre apuesto, inteligente y divertido. Te hiciste un poco amiga de el en el tiempo que llevabas en la oficina. Pero, simplemente no lo podías ver como más que a un amigo.

Cada vez que dabas un paso avanzando hasta la casa de "Los Reedus" te sentías más nerviosa.

- Buenas noches- Norman Reedus abrió la puerta, vestido con un lindo traje negro. El se dedicó a admirar lo hermosa que te mostrabas.

Se saludaron entre los tres y pasaron al comedor. Norman no pudo evitar mirar mal a tu acompañante al notar que iba contigo.
Helena salió de la cocina con un hermoso bebé entre sus brazos.

- Ella es Anna, y el es Thomas.- Le susurró al pequeño rubio de, por lo menos, un año.

Sonreíste con nostalgia al ver a la criatura. Es muy hermoso. Al verte rió y reíste con el, acariciando su cachete gordito.

Luego de ese momento emocionante simplemente se dedicaron a conversar, mientras ayudabas a Helena a cocinar.

- Mierda- Dijo de repente tu amiga mientras mezclabas la salsa.

Norman la miró confundido mientras balanceaba ligeramente a su bebé en sus brazos.

- ¿Qué pasa? - Le preguntó, pero no alcanzó a escuchar la respuesta porque Mingus le vomitó en el hombro- Mierda.

Trataste de contener las ganas de reír al ver como padre e hijo desaparecían por la puerta. Era lindo ver a Norman con un hijo. Thomas sonrió al verte reír.

- Me olvidé de comprar la bebida- Volvió a hablar Helena, sacándose el delantal de la cocina y buscando su billetera.

- Te acompaño, así no cargas las botellas tu sola- Le dijiste, poniéndole la tapa de la olla a la salsa.

- No, no. Necesito que me controles la salsa, amiga- Dijo ella, mientras buscaba un par de bolsas de compra.

- Yo voy- Se ofreció Thomas- Me quedaría controlando la salsa pero no quiero que comamos nada quemado esta noche- Helena se rió y lo guió hacia la salida.

Genial, déjenme con los Reedus》Gemiste internamente al notar tu mala suerte.

Abriste el horno para sacar la pizza que Helena había preparado y la sacaste al ver que estaba lista para ponerle la salsa, dejándola sobre la mesada.

- ¿Cómo estás?- Preguntó Norman de la nada, asustándote un poco.

Te giraste a verlo, ya no llevaba ningún bebé en brazos, ni vómito. Al parecer el niño se había dormido.

- ...de maravilla- Hablaste de manera sarcástica, concentrándote en la salsa que todavía no estaba lista.

- Anna...yo...

- ¿Tu qué, Norman?- Preguntaste harta de la situación, mirandolo decepcionada- Tuviste un hijo mientras intentabas volver conmigo- Reíste.

- No. Yo...- Intentaba explicar tu ex novio.

- ¡Vamos, Norman! Ese niño no tiene un mes. Tiene un año ¡Un año en el que venías y te ibas! Me mentiste. Eso. Es. Lo que pasó- Soltaste todo, tratando de mantener la calma y con un suspiro al final.

Se quedaron un rato en silencio.

- Anna, Mingus no...A ver, Mingus es lo que más amo en este mundo- Dijo Reedus y sin poder evitarlo sentiste tu corazon apretarse- Pero... el, no lo planee, de verdad- Sonrió- Me encantaría que todo fuera diferente. Quería ener hijos contigo. Me encantaría que fuera de nosotros, de ambos... pero no me arrepiento de que exista. Y yo... siempre te amé. Pero... no podía dejarla sola, no iba a dejarla sola- Estabas segura de que el amor no era lo que lo unía a Helena.

- Norman...- Dijiste apenada.

¿Por qué todo tenía que ser tan difícil?

Te acercaste a el y acariciaste su mejilla.

- No quería mentirte. Cuando nos veíamos para volver a intentarlo... simplemente, no podía decirte que fui padre sin querer... te veía tan feliz que no podía decirte algo que iba a hacerte tanto dañ...

No lo dejaste terminar, ya que uniste tus labios con los de el. No entendías como era que solo con un beso podía producirte tantas cosas. Después de tanto tiempo separados podian volver a sentirse y era lo más placentero del mundo.

- Se me va a quemar la salsa- El rio pero te tomó por la nuca para juntar sus bocas nuevamente.

Pero...en ese momento recordaste y volviste a poner en encendido tu cerebro.

- No. No podemos- Te separaste- Estas con Helena.

🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹🏹

¿3?

One Shots | Norman ReedusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora