•Un nuevo comienzo• [vkook] EDITANDO

2

Jungkook:

Así es, un día más de escuela para Jungkook y eso significaban dos cosas.

1- Ver a Taehyung.
Si, eso lo hacía feliz. Se podría decir que sólo por él, aún seguía en esa escuela.

2- Ser molestado por Taehyung, y como era Taehyung el que lo molestaba simplemente lo dejaba pasar.

Me levanté gracias a la "hermosa" alarma rosa que me regalo Jin por mi cumpleaños y fui directo al baño.
Ya tenía una rutina mañanera, esta consiste en lavarme la cara, cepillarme los dientes y bañarme.

Al salir de la ducha fui directo a mi closet, saqué un polo blanco y unos pantalones rasgados de color negro, me puse unas timberland clásicas y por último me miré al espejo para finalmente ir directo hacia el primer piso.

Como todos los días, me encontré a un Jin que llevaba puesto su mandil mientras preparaba el desayuno. Me hizo una señal indicando que me sentara y yo tan obediente hice lo que me pidió.

No mucho tiempo después llegó con dos platos de hotcakes y me entregó uno, se sentó en frente mío y empezó a comer.

Hacía falta una presencia aquí y obviamente era Namjoon, al no encontrar rastro del mencionado pregunté.

—Jin hyung, ¿en dónde está Namjoonie hyung?

—Lo encerré en el sótano —dijo éste como si nada.

—Ah y, ¿por qué? –dije haciéndome el desinteresado.

—Porque rompió mi lámpara de diseñador y le echó la culpa a un pobre perro que ni si quiera existe. Ahora imagínate, ¿qué sería de ese perro si existiera? —volvió a decir el mayor rodando los ojos mientras yo asentía a la vez que trataba de aguantar la risa tanto que hasta casi escupo la comida.

El transcurso del desayuno fue de lo más normal. Cuando terminé, me levanté de la mesa y lavé todos los trastes, no iba a quedarme sin hacer nada después que me hayan acogido en su casa.
Jin siempre dice que no me preocupe pero ayudar no es nada malo y lo hago por muestra de agradecimiento hacia ellos. Al terminar me sequé las manos, fui hacia la sala a agarrar mi mochila y después de esto a despedirme de Jin.

—Adiós hyung, estuvieron muy ricos tus hotcakes.

—Adiós, cuídate, come algo en el receso y sácate buenas notas —dijo este como una buena madre.

—¡Adios Namjoon hyung, suerte! —grité para que me escuchara y así lo hizo.

—¡Que te vaya bien! –escuché por parte del mayor. Seguido de esto salí, me subí a mi bicicleta y fui rumbo hacia mi escuela. Al llegar vi a Taehyung y sus dos amigos en la entrada, y como siempre, me quedé como un bobo mirando como entraban mientras que todos les abrían paso. En eso llegó Jimin y se puso frente a mi bloqueando mi hermosa vista.

—¿Necesitas una servilleta? –dijo moviendo su mano mientras sonreía como siempre. Yo solo podía pensar en apartarlo de mi vista, por lo tanto lo empujé. —Auch. –dijo ahora poniendo su mano en el pecho dramatizando lo ocurrido.

Cuando vi que Taehyung ya se había alejado lo suficiente hasta no poder verlo, regresé mi vista hacia mi mejor amigo. —Ya, ¿qué me decías?— pregunté.

—Que malo eres... Si ya no me quieres solo dímelo— dijo fingiendo llorar mientras yo solo lo apuraba porque las clases estaban por comenzar. —Yo fui bueno, llegue a saludarte y lo único que hiciste fue rechazarme. ¿Sabes qué es lo peor? Que dices que eres mi mejor amigo. —volvió a hablar aún fingiendo llorar. Yo solo pude decir –Ya ya, ven acá enano, ¿me perdonas?— mientras lo abrazaba para que de una vez deje de dramatizar e ir al aula correspondiente, pero es que solamente él hace que haga cosas como estas y créanme, me hace pasar mucha vergüenza en todos lados, pero aún así es y siempre va a ser mi mejor amigo.

Después llegó el profesor. Las clases pasaron aburridas como siempre hasta que sonó el timbre que indicaba el receso. Jimin y yo, como todos los alumnos, nos paramos y fuimos al comedor. —Minnie ve a conseguir una mesa y yo voy a ir a comprar. ¿Te parece bien? –El contrario asintió.

Jimin siempre pedía lo mismo así que ya sabía qué comprar y yo solo quería un cappuccino. Hice el pedido, pagué y comencé a caminar hacia la mesa elegida por mi mejor amigo cargando una bandeja que contenía todos los alimentos.

Estaba caminado normal hasta que choqué con alguien. Al alzar mi vista me encontré con un Taehyung bastante enojado y con la vista de todos sobre mi. —Qué te pasa mocoso, mira cómo me ensuciaste. —gritó y yo solo pude pedir perdón con miedo mientras el contrario observaba la bandeja en donde estaba toda la comida y simplemente rió. —Ya entendí porqué estás gordo y no tienes amigos. —escuché. Yo solo miraba hacia el suelo tímidamente. Jimin quería intervenir pero le di una mirada tratando de decirle que no lo hiciera y al parecer me entendió. Enojado se sentó en donde estaba, mirando atentamente la escena.

Taehyung solo me dio una mirada de desagrado y se fue.

Yo me quedé pensando en lo que dijo, "Por eso estás gordo y no tienes amigos", esa simple frase se quedó en mi mente y ahora no puedo sacarla de allí. Todo el día me quede pensando en lo que pasó y en la forma en la que Tae dijo aquella frase tan hiriente. Fue inevitable pensar que tal vez tenía razón, sí, por eso es que no se fijaba en mi. Por gordo.

Ahí fue cuando tome la decisión de bajar de peso. Durante todo el día me la pase decaído y ya no comí nada. Jimin solo me miraba preocupado y por ratos me preguntaba si estaba bien, también me dijo que no hiciera caso a lo que lo demás dicen a lo que yo solo asentía.

Tocó el timbre de salida y fuimos por un helado para Jimin. Después de lo que había pasado se me había quitado todo el apetito hacia la comida así que yo no pedí uno.
Al salir de la heladería le dije a mi amigo que estaba cansado y que lo mejor sería que volviéramos a nuestras casas, este asintió y se despidió de mí. Le presté mi bicicleta para que se fuera a casa ya que quería caminar un poco para hacer ejercicio y pensar en lo que había pasado.

Cuando llegué a mi hogar no había nadie.
Jin hyung había mencionado que está trabajando en el Spa que queda cerca de aquí y supongo que Nam hyung está en el estudio ya que es un gran compositor. Subí al segundo piso, entre a mi habitación y tiré mi mochila al suelo, luego me eché en mi cama aún pensando en aquella frase. Perdí la noción del tiempo y me quedé dormido hasta el día siguiente.