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Después de varios minutos manejando o tal vez una hora aproximadamente, pude llegar a ver un edificio que parecía que se iba a caer en cualquier momento.

Tenía que entrar para confirmar si mi pequeño estaba acá, pero la verdad es que dudé en hacerlo, no es muy seguro que digamos.

A quien engaño, me da miedo, estaba nervioso...

Después de varios minutos entré y comencé a subir las escaleras, las que parecían que nunca iban a acabar.

Agitado llegué al último piso y quise celebrar pero un chico de espaldas con el uniforme de la escuela apareció en mi campo de visión.

Este se veía demacrado. Con el cabello despeinado, demasiado delgado y sin ningún rastro de felicidad.

Estaba tan concentrado en el Jungkook que no había visto nunca antes que no me di cuenta que estaba sentado en el filo mientras su cuerpo se sacudía con signos de estar... Llorando? Temblando?

—Jungkook?— pregunté...

El nombrado se paro de donde estaba y giró en dirección a mí tambaleándose haciendo que este casi caiga, pero a este no pareció importarle en lo más mínimo, ya que no se asustó ni nada por el estilo.

Jungkook realmente estaba irreconocible, ojos rojos e hinchados, piel pálida, ojeras y hasta se le llegaban a marcar un poco los huesos de sus pómulos, dejando así sus lindas mejillas algo hundidas.

—Hyung, usted cree que estoy gordo?— dijo con una sonrisa pero no de felicidad.

—Que? Claro que no Kookie, estás demasiado delgado!— dije con lágrimas acumulándose en mis ojos.

Me estaba preguntando algo demasiado estúpido.
Ni si quiera se podía ni parar solo y lo peor es que no podía hacer nada por miedo a lastimarlo.
Era realmente desesperante verlo así

—Pero hyung, usted dijo que lo estaba, no lo recuerda?— y esa fue la gota que derramó el vaso.

Mi hermoso pequeño se quebró y empezó a llorar al igual que yo.

Todo esto había sido mi culpa, yo lo había hecho, yo estaba matando a Jungkook poco a poco y ni si quiera me había dado cuenta.

Corrí hasta el y lo abracé sin aplastarlo mucho.

Él era como una pluma, tan frágil, tan bello, tan puro y yo lo estaba pisoteando, destrozándolo en el proceso.

—Jungkook te amo, no estás gordo. Eres la creación más bella que hay en esta tierra, no podría dejar de mirarte por nada ni por nadie, eres precioso, eres un ángel, solo mírate, quiérete maldicion!— dije en su gritando mientras sentía que mi voz se iba quebrando cada vez más.

Kook se removió incomodo mientras lloraba susurrando que lo soltara, pero no sería así, no lo iba a soltar porque él tendría mi apoyo, desde ahora juntos íbamos a salir adelante.

Lastimosamente, las cosas nunca salen como uno quiere; como uno planea.

Jungkook se logró separar de mí y se arrodilló comenzando a vomitar mientras de sus ojos seguían saliendo lágrimas. Cuando ya no salía de su estómago nada; por qué eso era lo único que había comido; nada, aunque aún daba algunas arcadas lo único que salían eran hilos de sangre. Estaba tan asustado que me quedé en shock, No me podía mover, no podía hacer nada. Solo podía ver como las arcadas se convertían en tos y la persona poco a poco se calmaba e iba escupiendo la sangre que aún había en su boca mientras trataba con dificultad tranquilizar su respiración agitada.

<<Jungkook estaba mal, demasiado mal, y eso cualquiera lo pudo haber notado si este no se hubiera encerrado en su mundo, si se hubiese dejado ayudar, pero lamentablemente este ser tan indefenso no tenía nadie a quien pedir ayuda así lo hiciera a gritos, porque eso el mismo lo había confirmado, y ahora sabía que hasta su propia existencia estaba en contra de el.>>

Una vez que mi pequeño terminó de hacer lo que estaba haciendo, me acerqué a él y tomé su rostro, que estaba bastante caliente y limpié el rastro de sangre que quedaban en sus labios con mi pulgar, pegué mi frente a la suya sintiendo su sudor frío, miré sus ojos apagados, sin ningún rastro de vida y cerrados por el cansancio, miré sus labios ahora morados, resecos y partidos, y los besé sin ningún tipo de asco, tratando de transmitir todo lo que sentía, tratando que el sienta lo que yo siento como si fueran sus propios sentimientos y fui feliz por un momento pues me correspondió, Jungkook me correspondió lento y torpemente mientras no dejaba de llorar y sacudirse por el frío.

<<Porque Jungkook tenía fiebre, pero Taehyung lo ignoró, debido a que ya no quería ver tantos problemas en su pequeño. Este ya tenía demasiados problemas encima como para aumentarle uno más...>>

<<...Taehyung pensó que la fiebre era algo que podía curar después, pero se equivocó...>>

Jungkook dejó de mover sus labios y Taehyung sintió todo el peso del chico caer encima de él.

—Jung... Jungkook?— preguntó Tae

—Oye, bebé, por qué te dormiste? Aún no es hora de dormir...— dijo este sacudiendo el cuerpo inconsciente.

—Pequeño... Despierta...— dijo comenzando a llorar

—Kookie... Despierta por favor... No puedes dormir aún, tenemos que ir a casa...—

—...—

—Por qué no despiertas Kook?—

— Maldicion despierta!—

—Mi amor!!!— y me solté a llorar como nunca.
























<<Aveces la vida es tan injusta que te puede quitar lo más preciado en tan solo segundos. Aprovecha lo que tienes mientras puedas, no siempre la vida te da otra oportunidad, UN NUEVO COMIENZO.>>






















FIN.

•Un nuevo comienzo• [vkook] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora