Los rayos de sol atravesaron el cristal despertando a Layla.Abrió los ojos y se encontró en su habitación. Era cuadrada, todo de color verde: paredes verdes, armarios verdes, cortinas verdes, sillas verdes...
Y, en la ventana, una pequeña rosa que ella misma había plantado en honor a su abuela, que ya falleció, en la guerra de los mundos.Llegó a su habitación una dama, vestida con un ropaje pobre, aunque, por encima llevaba un delantal blanco.
Tenía el pelo blanquecino y la cara llena de arrugas.-Señorita, es la hora de levantarse.-dijo, luego se marchó.
Layla la miró y se levantó. Salió de su habitación y giró a la derecha por un pasillo muy ancho y alto, con vidrieras a ambos lados. Los techos estaban adornados con hermosas arañas de oro, que llegaban a alumbrar todo el pasillo. Todo era de color verde.
Las columnas que soportaban los techos eran enredaderas colocadas en espiral.Layla se dirigió al baño. Se miró en el espejo, de marco verde que tenía toques de oro.
Vió su reflejo: una chica de pelo revuelto, color rubio ceniza. Cara suave y ojos color miel con motas de verde.
También se fijó en su propio atuendo, un camisón verde, con tema floral, también unas pantuflas.Se lavó la cara, y aún adormilada, se fue al comedor por el pasillo.
Una gran sala , con una enorme mesa que ocupaba todo el espacio.
Había sillas a lo largo de toda la mesa, y dos en cada punta, que presidían.Layla cogió un plato de fruta y se sentó.
Mientras desayunaba, miraba como los criados situados en las puertas la observaban, y eso la perturbaba.-¿Quereís?- dijo con al boca llena de fruta, levantando el bol y escupiendo.
Los criados no contestaron, pues, al parecer, tenían como norma no hablar.
-Allá vosotros- continuó escupiendo.
Llegó su padre, un hombre de ancha panza y ropa elegante, y rodeando su cuerpo, desde su hombro hasta su cadera, una banda con una multitud de medallas, de todas las regiones: la del agua, Ragt; la de fuego, Toerm ; y la del aire, Udak, además una más grande que el resto, la de Laitmeng, su planeta.
Su cara, era arrugada, y su edad, había afectado gravemente a su pelo y, a su postura; antes recta y esbelta, y ahora; encorbada.
Siempre vestía una capa y una corona, con la que gobernaba todo el pais de Laitmeng, la tierra.-Buenos días, hija- le dijo a Layla mientras chasqueaba los dedos para llamar al servicio.
Este le proporcionó un menú. El rey pidió ternera.
-Buenos días, padre- a layla no le agradaba mucho su padre, pensaba que era un arrogante al que solo le importaba el poder.
Layla se levanto de la mesa y se fue.
Volvió a su cuarto y se vistió de amazona: unas mayas, botas, y una camiseta, todo en tonos blancos.
Se peinó, y se fue a los establos.Alli encontró a Roderick, era el encargado de los establos, un chico de pelo oscuro y ojos verdes.
La saludó como siempre:-Buenos dias, princesa.
Layla contestó asintiendo. Cogió su caballo sujetado por Roderick, y salió del establo a galope.
Atravesó el bosque, y llegó a un pequeño acantilado, que saltó sin preocupación. Continuó entre los árboles, hasta llegar a otro acantilado, del que no se diferenciba el fin, pero, del fondo; apareció una nave grisacea, que abrió una de sus puertas para permitir subir a Layla y a su caballo abordo.
Apareció un comandante, que al contrario que ella iba todo vestido de rojo. Zapatos rojos, comisa de un color rojo-anaranjado, y pantalones rojizos. Era pelirrojo, y ojos de un marrón anaranjado.
Ginr, que es el nombre del caballo de Layla, y Layla subieron, le hicieron una reberencia al comandante y continuaron hacia adelante a una sala estiló vintage.El comandante les siguió y Layla llevó a su caballo a una especie de establos. Luego Layla y el comandante se fueron a la salita.
***
ESPERO QUE OS HALLA GUSTADO.
GRACIAS POR LEER :)
ESTE ES EL PRIMER CAPITULO
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Los Cuatro Elementos: La Guerra Universal
FantasyTras la guerra de los mundos, una batalla por el corazón de una hermosa mujer, Shara; los cuatro países se separaron, formando cuatro planetas independientes. Y, una joven deberá volver a juntarlos para hacer posible su gran amor. Todos los derecho...