Capítulo 25

1.5K 98 22
                                    

Layla, Zoey, Jack y Roderick, allí se encontraban, en una nave, surcando el espacio para llegar a Ragt.

Ninguno había estado allí antes, parecía una tierra rara y especial, a la vez que atraía por su misterio.

Después de un tiempo en el espacio, Zoey recobró el conocimiento. Primero abrió un poco los ojos, después pestañeó un par de veces y luego se asomó a una de las ventanas de la salita.
Desde la ventana pudo ver como su planeta se quedaba atrás.

Dejando a su padre, amigos y conocidos.

- ¡NO!- gritó Zoey mientras lloraba y daba golpes contra la ventana.

- tranquila Zoey, tranquila, no pasa nada- dijo Roderick rodeando a Zoey con sus brazos llenos de amor, cariño y pena.

Intentando protegerla de todo lo que la estaba haciendo daño. Poco a poco Zoey se fue acurrucando más en los brazos de Roderick, pero sin quitarla vista de su planeta, sin dejar de pensar en su padre.

Mientras miraba por la ventana, cuatro naves de Laitmeng cruzaron a toda velocidad por el espacio, pero lo suficientemente lento como para que Zoey pudiera ver al rey de Laitmeng, como para que puediera ver una sonrisa de determinación en su rostro.

- ¡NO! POR FAVOR NO, por favor no- dijo Zoey gritando al principio y después suplicando en bajo. Golpeando con mucha intensidad el cristal de la salita, como si quisiera que la oyeran, como si los golpes pararan lo que iba a hacer el rey, pero no lo hicieron.

La princesa de Udak estalló y comenzó a llorar tendida en los brazos de Roderick.

Layla y Jack se encontraban en la cabina insonorizada, donde estaban los mandos para controlar la nave.

Layla giró un instante la cabeza para ver como Zoey se descomponía entre los brazos de Roderick por haber visto las naves ir a Udak, después volvió la cabeza al universo.

- Acaban de pasar cuatro naves de Laitmeng hacia Udak, Jack- dijo Layla con pena.

- ¿Cómo esta Zoey?- contestó Jack preocupándose por la salud mental de su amiga.

- se desace.

A lo lejos se distinguía un pedazo habitable de planeta. Resultaba un planeta un poco más grande que Laitmeng, de varios colores, pero los que más sobresaltaban eran el azul y el verde.

Comenzaron a entrar en la atmósfera de Ragt. La nave comenzó a acelerarse, pero Layla apretó un botón y se notó una desaceleración de la velocidad.

Estuvieron callendo durante un tiempo hasta que por fin lograron aterrizar en un bosque a las afueras de una pequeña ciudad.

La ciudad estaba formada por edificios viejos, y tenía numerosas callejuelas por las que los niños corrían y jugaban sin esperar que, posiblemente, en unos días su planeta sería invadido por un rey malévolo que pretendía destruirles.

Después del aterrizaje, Roderick levantó a Zoey del suelo, se había quedado allí destrozada con la idea de la invasión a su planet, y la sacó de la nave para que su rostro pudieran ver la luz del único sol de Ragt.

En Ragt tenían un único sol, días que duraban veinticutro horas, y años de unos trescientos sesenta y cinco días.

Layla salió del vehículo, y miró la ciudad a lo lejos, debían estar a unos tres kilómetros de su destino. Luego fue hacia la puerta del copiloto para ayudar a salir a Jack, pero se dió cuenta de que su prometido ya estaba fuera, sintiendo la naturaleza del campo, e inalando la pureza del lugar, con el objetivo de serenarse y asumir que no volvería a ver nada nunca más.

Los Cuatro Elementos: La Guerra UniversalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora