Dicen que los opuestos se atraen y complementan, llenando el espacio vacío del contrario; de esta forma se completan llegando a ser uno mismo.
Lee SulHee y Park Jimin podrían ser un claro ejemplo de esta situación.
La extrovertida personalidad del chico, junto a su flamante semblante y a su radiante carisma sacaban a flote las sociables cualidades de la retraída SulHee.
Metafóricamente hablando, él era el brillante astro que convertía su universo en uno infinitamente peculiar y que ansiaba por conocer.
SulHee estaba muy agradecida por todo lo que él hacía por ella. Sin embargo, más de una vez se ha preguntado: ¿Por qué lo hace? Es decir, la vida social de Jimin era grandiosa, conocía a gente de otros grados, de otras escuelas, también a universitarios y quién sabe, probablemente hasta a la hija del presidente. Gracias a esto ella se cuestionaba constantemente el porqué del agradable actuar del chico. Al principio era incómodo, ya que su timidez se apoderaba de la situación, pero él supo saltar esa barrera de una manera que nadie más pudo hacer, llegando, a pesar de los sucesos del pasado a volverse su mejor amigo.
Debido a Jimin, SulHee fue fortificado su personalidad y venciendo aquel sentimiento que le impedía relacionarse con naturalidad con los demás. Le ayudó a construir su carácter, que de a poco comenzaba a verse con más frecuencia, pero sobre todo le brindó una amistad que SulHee no conocía, una amistad honesta, sin intereses de por medio y sin pizca de hipocresía o cinismo.
Jimin enseñó a la chica a confiar.
Contarle los problemas personales a alguien ajeno nunca le resultó una idea viable, es más, temía hacerlo. Los errores siempre enseñan algo y SulHee lo aprendió. Aprendió a no ser tan transparente, aprendió a cuidarse de los demás, a no pensar que todos los que la rodean son de corazón gentil y dulce; lo aprendió a la mala. No obstante, Jimin logró algo que ni ella creyó posible. Tener un confidente nunca cruzó por su mente hasta que él apareció.
Jimin era todo oídos, escuchaba sus problemas, sus pesares, hasta sus pataletas y siempre le brindaba consejos, veía la forma de ayudarla de manera que el peso sobre sus hombros se desvanezca.
Por otro lado, SulHee le ponía los pies en la tierra. Su mirada objetiva y fría, hacía al chico ver las cosas con claridad. Gracias a ella, él se encontraba en el mundo real y no dentro de su burbuja, donde no existían los malentendidos, las discusiones o la maldad.
Nunca sufrir una gran decepción fue la causa de la creación de este utópico mundo, uno que SulHee deshacía sin querer, mostrándole a Jimin ambas caras de la moneda, pues empezaba a conocerlas gracias a ella. Comenzaba a madurar gracias a su amiga, a quien le debía mucho.
Su relación era casi perfecta, se veían a menudo, se entendían, se escuchaban y estaban ahí cuando el otro lo necesitaba, incluso podían entenderse sin necesidad de utilizar palabras, pues se conocían tan bien que una mirada hablaba más que la propia boca. Lo triste es que Jimin era más importante para SulHee de lo que cualquiera creería, por lo que una decepción, fácilmente le rompería el corazón.
— Hey. — el chico clavó suavemente sus dedos en las costillas de SulHee, causando un respingo de su parte.
— No hagas eso, Jimin. — lo regañó realizando un movimiento fugaz que fue necesario para que SulHee se sonroje levemente. Para ella, era increíble la forma en que Jimin la hacía sentir. Si bastaba sentir su aroma para que maripositas revoloteen en su estómago no quería ni describir lo que sentía cuando le sonreía, la miraba por mucho tiempo o la tocaba en algún abrazo furtivo o una caricia discreta.
— Mucho tiempo sin verte. —Jimin se apoyó en el casillero de al lado con una gran sonrisa en el rostro.
— Jimin... nos vimos el sábado. — sin entender esa risueña conducta, la castaña sólo lo observó con detención, aprovechando lo distraído que se encontraba su amigo.
— Por eso. — SulHee rio y cerró su casillero con cuidado.
— ¿Estás bien Jimin? — no pudo evitar preguntar, mientras comenzaba lentamente la marcha para dirigirse a lo que sería la primera clase de su último año escolar.
— Sep, por alguna razón tengo el presentimiento de que este será un gran año. ¿Estás emocionada? — Jimin, quien estaba a su lado, caminaba saludando con la mano a prácticamente cada persona que pasaba, siempre con una brillante y enérgica sonrisa, pero nunca dejando de prestarle atención a su amiga.
—¿Tú lo estás? — preguntó la castaña alzando una ceja divertida, mientras observaba atenta, pero discretamente lo que hacía Jimin.
— Uno nunca sabe lo que le espera en su último año... ¿Verdad? — dándole la razón a Jimin, SulHee asintió.
— No creo que pueda ser tan malo.
— Oh, SulHee. Desde que somos amigos, ninguno de tus años ha sido malo. — la rodeó por lo hombros con su brazo derecho y la estrujó entre sus brazos juguetonamente.
— Para nada, ha sido un calvario. — bromeó, o algo así. Porque era verdad que con Jimin, sus años habían sido diferentes, pero esto no significaba que necesariamente habían sido perfectos para ella, porque junto con verlo seguido, lo que sentía por él se iba intensificando volviendo más difícil para ella el poder guardar y disimular sus sentimientos, que poco a poco comenzaban a pesar sobre sus hombros.
— Pero uno de los buenos. — guiño un ojo, sonriendo pícaramente, haciendo reír y sonrojar a SulHee más de lo que ya estaba.
— Ya quisieras, Park. — intentó seguirle el juego pícaro a Jimin, sintiendo su corazón latir con fuerza cuando Jimin paró en seco tomando su muñeca para que ella también se detenga.
— ¿Me estás retando? — elevó una ceja, inquisitivo. — Porque me encantan los retos y más cuando los tengo casi ganados. — era imposible para SulHee no emocionarse, a pesar de saber de que sólo estaban jugando, las palabras que Jimin utilizaba, lograban descompensar su organismo en un dos por tres. Por lo que su único mecanismo de defensa ante semejante ataque era reír o seguirle el juego tratando de disimular es estrago que sus frases causaban en ella.
— ¿Me estás diciendo fácil, Park? — se ofendió, tratando de desviar la conversación que comenzaba a irse de sus manos, pues sentía que en cualquier momento diría algo que no debía o quedaría expuesta entre broma y broma. — Me dueles. — se giró dramáticamente para seguir caminando y no llegar tarde a clases, pero un abrazo por detrás la hizo que ambas piernas flaquearan amenazando con dejarla caer sin piedad.
— Eres la más difícil de todas, SulHee. Porque hasta ahora no he logrado conquistarte. — susurró bajito en el oído de la castaña en un intento de seguir con el juego y arreglarla al mismo tiempo. Jimin hacía eso por meros impulsos, porque le divertía bastante las reacciones o salidas de su amiga y se reían por un rato, pero no se daba cuenta de lo que sus actos y palabras provocaban en ella.
SulHee optó por callar y se limitó a sonreír con pinceladas de tristeza, con un único pensamiento en su cabeza:
"Si supieras, Park..."
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Heey, sólo pasaba a avisarles que comenzaré a editar algunos capítulos, por lo que les recomiendo que los lean de nuevo para que se les sea un poquito más fácil introducirse en la historia y poder entender más a los personajes..💕
Cam🌙
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Good Lies || pjm & jjk
Fanfiction❝Donde las promesas se olvidan, la amistad se desgasta y los corazones se rompen.❞ ✾ Prohibidas copias y/o adaptaciones. ✾ Heterosexual. ✎ Historia 100% original. 『_wxngs_』 【20...