007

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Wendy:

Llegue a casa bastante cansada, pero bueno por fin era viernes, el cielo estaba nublado, parecía que iba a llover, cosa que no me agrado mucho pues a Keshav lo asustan los truenos.
Entre al complejo de edificios y en menos de un minuto llegue al departamento, Keshav me saludo restregandose contra mis piernas.

Hola amigo - le dije mientras lo levantaba.

Camine hacia la sala donde me encontre con mi padre quien noto mi presencia de inmediato.

Hola Winnie - saludo sonriendo.

Hola - respondí mientras dejaba a Keshav en el piso y me acercaba a el - ¿como estas?, ¿paso algo interesante hoy en el trabajo?.

Humm creo que no - su voz sonaba cansada - ¿y que tal la escuela?.

Bien, supongo - en este punto ya no sabia que decir y creo que el tampoco.

En ese momento su celular comenzo a sonar.

¿Llamada de trabajo? - le pregunte.

No - negó mirando la pantalla - es tu madre.

Oh, bueno saludala de mi parte, estoy agotada, dormiré un rato - dije y fui a mi habitación.

Me acosté y justo cuando comenzaba a quedarme dormida escuche una voz masculina familiar.

¿No te parece que es muy temprano para dormir? - susurro cerca de mi.

Callate - le solté enfadada, abri los ojos para encontrarme con James, otro fantasma, el debió tener por lo menos  17 cuando murio, al igual que Candy no recuerda su nombre, el es tan misterioso a veces y al mismo tiempo tan divertido, lo llame James por que la primera vez que  lo vi estaba viendo una pelicula de James Bond.

Jaja, ¿te asuste? Disculpa dulzura - dijo y se sento en la cama.

No, pero gracias por despertarme "007" - gruñi y me levante.

Por nada - se inclino haciendo un gesto teatral.

Y...¿que quieres? - pregunte mientras bostezaba.

Uy, que ruda, tranquila fierecilla, solo queria saludarte - se burló mientras miraba la ventana - oye...¿que dices si nos escapamos esta noche? Solo un rato, tengo que mostrarte algo, si dices que si te dejare dormir.

Aggg, esta bien, con tal de que me dejes dormir - me volví a acostar.

Genial, volveré por ti a las 11:00 - dijo y se fue atravesando un muro.

No pasaron ni dos minutos cuando me volvi a dormir.
 

Labios rojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora