Podía distinguir voces en algún lugar, pero no entendía lo que decían. Estaba inmóvil, como bajo un embrujo. Su reflejo sobre los cristales del escaparate eran la entrada a otra dimensión, la de sus pensamientos y más profundos anhelos, apenas era consciente de su respiración.
—Papi —el jaloneo que sintió en el brazo lo hizo despertar, de repente los murmullos que viajaban en el aire ahora cobraron fuerza, chocando contra sus oídos y haciéndolo retorcerse—. ¡Papi, papi!
Bajó la mirada hacia su costado, el puchero que SooJin tenía en los labios no era en absoluto un sueño o una alucinación.
— ¿Te sientes bien? —al alzar la mirada se encontró con el rostro equivocado. Bueno no, aunque en lugar de MinSeok, esperaba a otra persona en su lugar.
—Lo lamento, me fui un momento —sonrió totalmente apenado.
—Papi —el bebé tironeó de su brazo de nuevo, exigiendo su total y absoluta atención. Normalmente no era una niña berrinchuda ni de hacer escándalos ni berreos, algo que agradecía mucho al cielo porque la mayoría de los niños de cinco años lo hacían, pero estaba claro que SooJin lo estaba hablado desde hace mucho rato y él la ignoró por completo.
Buen padre que soy, se recriminó.
TaeMin la levantó en sus brazos y ella se acurrucó sobre su hombro, enredando sus bracitos en su cuello.
—Lo siento cariño, papi estaba pensando en otras cosas, no era mi intención ignorarte.
—No hacías caso —espetó con el rostro todavía escondido.
—Perdóname.
—Tampoco al señor MinSeok.
Con culpa miró a MinSeok parado frente él—. Lo lamento.
Un largo suspiro salió del alto, TaeMin rogaba que no estuviera muy molesto con él—. ¿Por qué no comemos algo? —señaló con el índice hacia la parte de los restaurantes metros delante de ellos.
—Me parece perfecto —sonrió—. Bebé, ¿tienes hambre?
SooJin lentamente salió de su escondite, su puchero seguía en sus labios, sus enormes ojos mirándolo y de repente su estado de ánimo mejoró.
— ¡Sip! —chilló fuerte.
MinSeok sonrió, posó la mano sobre su hombro para darle un empujoncito al castaño, los tres se dirigieron a los comedores, las mesas de color verde lima le encantaron a SooJin, tardaron un par de minutos en sentarse porque la pequeña los hacia cambiarse de lugar, hasta que se quedaron en una que daba frente a una pizzería.
—En serio lo siento —le repitió al alto una vez que todos estaban acomodados.
MinSeok miró a TaeMin por largo rato, absorto por la simple imagen frente a él, todavía le era increíble darse cuenta cuanto podía divagar con solo mirarlo a los ojos, se consideraba un hombre centrado en la vida, en su trabajo, en todas esas cosas que las responsabilidades de adulto conllevaban.
Pero con TaeMin no podía, mirarlo y no soñar.
TaeMin tampoco era el único que podía subirse a su nube y volar por los cielos. Aunque el mayor podía adivinar que lo último de sus pensamientos serían hacia él. Todavía no sabía exactamente qué hacer con esas cosquillas en su estómago al estar cerca del castaño.
— ¿Algo te preocupa? —su preocupación era genuina.
—Si te digo que no, ¿me creerás?
MinSeok negó con la cabeza, ambos chicos rieron segundos después.
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Cuando te encuentre
FanfictionVolver a comenzar, redimir el pasado...decir "te amo" cuando es necesario. TaeMin todavía recordaba las palabras que MinHo le dijo la última vez que lo vio: "Si tan solo tuviera una oportunidad de cambiarlo todo...lo haría sin dudarlo por ti" ~2min...