Cuando te encuentre

Capítulo 12: ¿Me dejarías entrar?

El departamento se iluminó con la luz tenue de la mañana, le daba un aspecto muy tranquilo, pero a la vez nostálgico; MinHo no era del tipo de persona que se despertara hasta tarde, incluso si era fin de semana tendía a levantarse a lo mucho a las 9am, a menos que de verdad estuviera tan cansado que necesitara todo un día de sueño. Pero, ¿dormir a sus anchas y levantarse a medio día como el resto de la gente lo hacía? Nunca, su vida ya era lo bastante activa para estar de pie durante bastante tiempo.

Pero bueno, aun así debía descansar lo suficiente para no desmayarse.

Bien, hoy no era de esos días con sueño reparador, se había levantado cerca de las cinco de la mañana, no le tomaba más que diez minutos llegar al trabajo así que... ¿qué demonios hacia despierto a esa hora mirando por la ventana como las cortinas se mecían?

Simple, todo se debía a cierto chico de cabello castaño claro y de ojos almendrados.

"Yo quiero ser más que tu amigo..."

Pero yo...no sé...no deberíamos.

Una sonrisa involuntaria se escapó de sus labios, su flequillo cayó a un costado de su rostro cuando se movió para quedar boca abajo, abrazó su almohada y miró a la ciudad despertarse junto a él.

¿Desde cuándo TaeMin? ¿Desde cuándo te hiciste tan valiente pequeño? La sonrisa se desvaneció al instante en que se formuló la siguiente pregunta:

¿Y desde cuando me convertí yo...en esto? Alguien...alguien tan...

Dio un largo y doloroso suspiro al momento en que sus pensamientos saturaban su cabeza con preguntas, recuerdos y recriminaciones, posó una mano sobre su frente, apretando duro porque un dolor de cabeza empezaba a hacerle palpitar las venas en la cien.

El rostro de TaeMin iba y venía en sus diferentes facetas hasta culminar en la última de la semana, cuando le dijo convencido que su amistad no le era suficiente, el recuerdo de su ferocidad le provocó un escalofrió que estuvo lejos de dejarlo frio.

Sintió un hormigueo en su estomagó, esa misma sensación fue bajando poco a poco hasta su vientre logrando que su ingle se estirara y su pene se sacudiera. ¡Dios! ¿Por qué le excitaba tanto? TaeMin siempre lo atrajo, nunca fue un secreto, pero el hecho de que ahora se haya vuelto más intrépido lo llenaba de intriga y deseo.

No iba a negar, que en esos cuatro años sin el castaño no hubo quien estuviera dispuesto a hacerle compañía en la cama. Hombres o mujeres, si hubiera querido, los tomaba, no era algo de lo que deseaba presumir, simplemente sucedía, las personas se le acercaban, tentándolo, algo así como una prueba a su lívido y su corazón. En algunas ocasiones estuvo a punto de hacerlo, pero, no lo hizo. De alguna manera, sin importar qué o quién, nunca llegó a tomar a otra persona para solucionar sus frustraciones sexuales, y sin duda sabía que tampoco solucionaría los dolores en su corazón.

La fidelidad hacia TaeMin se anteponía a todo, no le gustaba sentirse culpable por tratar de tener relaciones sexuales con otra persona, es decir, él tenía todo el derecho de ir con quien quisiera, ¿cierto? TaeMin no le fue fiel, MinHo se sentía ridículo por sentir que si iba con alguien más lo traicionaría.

Estaba jodido, de pies a cabeza.

Sus piernas se tensaron cuando sus pensamientos se desviaron hacia aquel día que TaeMin se desvestía en su auto, cuando la lluvia era tan fuerte que lo llevó por SooJin al jardín de niños. Cada centímetro de piel descubierta lo hacía desear tenerlo ahí en su cama sin nada entre ellos que le impidiera llenarlo de besos y caricias; una de sus manos fue hasta el bulto que había formado su pene hinchado en su bóxer, gruñó frustrado, enojado consigo mismo por esas incontables veces en las que se había masturbado, extrañando lo que claramente no tenía a su alcance en ese entonces.