Be The One [마크트안]

Capítulo 5

—¿Inha?— escuché a mis espaldas y voltee.

—Hyunjoong, ¿Qué haces aquí? —reí no se porque. Noté que tenía una sombrilla en sus manos con la que se cubría de la lluvia.

—No creí que fuera a llover, no traje mi auto y creo que olvidé mi billetera en la oficina; iría por ella pero me da pereza — se acercó y se quedó a mi lado—. ¿Te puedo hacer compañía?

—Claro. ¿Te puedo preguntar algo? — dije y él asintió— ¿Por qué tienes la sombrilla sí no planeabas que llovería?

—Me la prestó la recepcionista del edificio, ella siempre tiene una.

—Ah, bueno. ¿No crees que es raro que llueva en esta época el año? —dije cambiando el tema de conversación.

—Sí, lo es. ¿Quieres que te lleve a tu casa para... aprovechando que traigo un pequeña sombrilla? —preguntó.

—Amh esta bien —dije un poco dudosa y reí nerviosa.

Emprendimos el camino, la lluvia y el viento cada vez era más fuerte, por suerte ya casi llegábamos a mi casa, solo nos quedaban 3 calles.

La suerte duró muy poco, ya que llegó un viento tan fuerte que se llevó la sombrilla que traía Hyunjoong. Él se encogió de hombros y luego reímos.

Tomé su mano y corrí. Sentí como forcejeaba hasta que se soltó de mi agarre.

—¿Qué sucede? —pregunté confundida por su acción.

—¿No sabes que cortas la lluvia cuando corres?

—¿Uh? —no había entendido a que se refería.

—Cuando corres bajo la lluvia te mojas más que cuando caminas debajo de ella.

Caminamos un poco rápido, la verdad no le veía el sentido caminar, ya estaba empapada y enojada.

—Aish —susurré—. Todo por no esperar el autobús y hacerle caso al ladrón de pizza.

—¿Dijiste algo? —preguntó él, que iba delante mío.

—Amh... S-sí. Da vuelta en la próxima esquina, en el tercer edificio vivo yo — dije nerviosa.

—Esta bien —sonrió.

Llegamos a mi casa y le dije a Hyunjoong que se quedara en mi casa mientras dejaba de llover.

Al entrar le dije que se cambiara de ropa y le di algo de la ropa que Mark había dejado unos días atrás .

Le dije a Hyunjoong que metería su ropa a la secadora, que revisara que no llevara nada en los bolsillos que pudiera ser dañado en el proceso de secado. Él revisó su ropa mientras yo preparaba la secadora. Escuché que bufó y lanzó sus pantalones con enojo.

—¿Qué sucede? —pregunté yendo hacia él.

—Mi día no puede estar peor —exclamó.

—¿Por qué?

—De todo lo que me ha pasado hoy: primero, lo que pasó con Yoongi, luego la lluvia, después la sombrilla que ni siquiera era mía y ahora encuentro mi billetera en mi pantalón.

—¿Cuál es el problema de que hayas encontrado tu billetera?

—Que pude haber evitado que nos mojáramos ambos allá afuera en el frío y la lluvia —dijo frustrado.

—No te mortifiques, lo hecho, hecho está y no podemos hacer nada al respecto —dije para calmarlo.

—Tienes razón, pero no se que voy a hacer con Yoongi, no puedo permitir que siga así.