Recuperemos El Espejo

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SEAN BUENA GENTE Y COMENTEN :'V

23

"Vamos en una misión"

Las gotas de agua caían por mi rostro y el resto de mi cuerpo, pero no le di mayor importancia. Por fin después de cuatro días fuera de casa, me pude dar un baño en el lago, obligada pero un baño es un baño, por fin estoy limpia.

—Ya no apesto a Sebastián. —Dije dando vueltas alrededor del mayordomo, que muy amablemente me tiro de nuevo al agua. — ¡Que desgraciado!

—Silencio, ustedes dos. —Hablo Ciel en un tono fuerte y autoritario, mirándonos de reojo.

Me quede jugando un rato más en el agua, el amargado de Ciel siempre arruina la diversión es como si de pequeño nunca hubiera tenido infancia. Okay mejor me callo y no digo idioteces, que yo más que nadie sé que si fue así. La reina victoria lo explotada de manera abusiva cuando el solo era un niño, pero claro, ella tenía la excusa de que los Phantomhive por obligación son los perros guardianes de la realeza.

Ahora definitivamente odio a esa mujer, que en parte robo una fracción de la niñez de Ciel.

—Tenemos que seguir. —Dicho esto se puso de pies y sacudió sus bermudas azules. —Andando.

—Como ordene. —Respondió Sebastián poniéndose junto a su amo, y obviamente como de costumbre me dejaron tirada.

—Tú quédate quieta en la casa, últimamente está más rara de lo normal. —Me miro de manera fría, como si quisiese asesinarme con los ojos.

Siguieron su camino adentrándose cada vez más en el bosque, hasta que les perdí de vista. Sentí algo tras de mi así que salí del agua a toda velocidad, y con esa misma rapidez me puse, la ropa que muy amablemente Ciel había traído de su pequeño viaje con Sebastián. Un vestido blanco de tiras que me cubría hasta las rodillas con unas sandalias romanas, de color negro, y por último deje suelto mi cabello castaño. Mi cuerpo sentía unas energías a mí alrededor y yo solo me concentre en cerrar los ojos y seguir sus movimientos mentalmente. Esto es algo nuevo para mí.

—Ah~ pero si solo es una humana. —Lo que parecía ser una "chica" de castaños cabellos y ojos como los de... ¡Como los de un Shinigami! —Nee Mr. Rudgar aquí no hay nada.

Me quede inmóvil analizando a la persona frente a mí. Siempre me gusto su cabello corto y oscuro con aquel copete hacia la izquierda. Sus grandes gafas grandes también llamaron mi atención, su traje formal y zapatos me son conocidos, y lo que siempre me gusto de este personaje fue su Death Scythe; una cámara fotográfica. Fruncí el ceño, y me tense de inmediato. Yo no puedo morir, ahora no soy humana así que no puedo estar en su lista de muerte.

—Sasha. — Se acercó a él. En los labios de Rudgar había un pequeño cigarrillo que ya estaba por la mitad. —Andando tenemos que entregar informes, no te distraigas.

—Okay. —Dicho esto desaparecieron del lugar, me dejaron con la palabra.

¿Qué rayos hacen esos dos en mi mundo?

Solté un pesado suspiro. Necesito despejar mi mente, y que mejor forma que pasear por el bosque, y bueno esta vez nadie me prohibió salir de la casa, así que no creo que haya problemas. Corrí por unos breves minutos, hasta que divise a un rubio de ojos rojizos, que me observaba divertido desde la copa de uno de los pinos que había en el bosque.

—Lucius. —Susurre con algo de temor en mi voz. De un solo salto el ángel bajo del árbol. — ¿Qué haces aquí?

—Solo vigilo lo que es mío, nada más. —Una sonrisa socarrona se dibujó en su rostro al momento de acorralarme contra el troco de un árbol. — ¿Qué cambios a notado?

—Bueno mi gusto por la comida humana sigue intacto. —Respondí con orgullo. —Pero la verdad es que me siento distinta. Ahora siento que si quiero puedo volar como una pluma, ya que de ese mismo peso siento cuerpo.

—Claramente eso es algo normal. Su gusto por la comida es porque a pesar de ser una "demonio" —Hizo comillas con los dedos. —Sigue teniendo contenida en su cuerpo un alma humana, y también sus costumbres humanas están aún arraigadas, pero con el tiempo eso pasara.

—Supongo que eso está bien por ahora, pero ¿Qué pasara cuando alguien intente asesinarme?

—Entonces la sangre de demonio que ahora corre por sus venas se activara, y hará que sus sentidos se agudicen. Por decirlo de algún modo. —Se alejó de mi cuerpo y empezó a caminar en círculos. —Poco a poco descubrirá lo maravilloso que es ser un ser de oscuridad, y mientras eso ocurre yo seré su principal espectador.

Me sonrió y luego se arrodilló ante mí, con una mano en su pecho y la otra en su espalda, su rostro mirando hacía el suelo con una sonrisa enorme. Ya sé lo que Lucius quiere. A cambio de convertirme en este ser, el obtendrá el placer de ver cómo me consume la oscuridad ¡Je! Placer que obviamente le dare, ya que él será... mi principal espectador. Lucius le encuentra el gusto a estas cosas y lo entiendo de cierta forma, y agradezco que este contrato no requiera de ningún alma.

No sé en qué momento se puso de pie, ni en que instante su mano derecha se afirmó en mi cintura y su izquierda sostuvo una de mis mejillas. Su aliento choco contra mi rostro y su aroma lleno mis fosas nasales por completo, me embriague con su delicioso aroma.

—Recuerde esto My Dark Lady, estaré para usted por toda la eternidad. —Apenas parpadee para procesar aquellas palabras, Lucius desapareció de mi vista.

—Creo que lo mejor, será regresar a esa estúpida casa, si no quiero que el estreñido se enoje.

Camine con pasos lentos y perezosos. Al entrar a la cabaña me tire sobre el mueble, e intente dormir durante unos minutos. Unos murmullos me hicieron abrir los ojos en medio de mi sueño, apenas me acostumbraba a la luz cuando vi dos siluetas de pie junto a mí, charlando. Ciel estaba alterado, mientras que Sebastián tenía un semblante de consternación en su rostro, algo que realmente lo hacía ver como un humano.

Bostece y llame la atención de los dos que me miraron de inmediato.

—Por fin despiertas. Nos largamos de este lugar. —Sin decir nada más me jalo de la muñeca y literalmente me arrastro fuera de la casa.

—Bocchan, no es necesario que sea tan brusco con la señorita. —Dijo Sebastián a nuestras espaldas, a lo que el conde se regresó sobre sus pasos y lo asesino con la mirada.

—Muévete, no hay tiempo. —Esta vez me tomo de la mano, pero de igual forma me está arrastrando.

Caminamos en ese ritmo por unos cuantos minutos, hasta que Ciel dejo de arrastrarme ya que increíblemente podía seguirle el paso sin temor a irme de bruces al suelo, en cualquier momento. Todo sea gracias a que mis sentidos se están agudizando, por lo menos me quitan lo torpe que soy.

— ¿Me dirás que mierda ocurre? —Dije en un tono serio y decidido.

—Ellos tienen el espejo. —Apretó el puente de su nariz. —Y ya deja ese vocabulario tan vulgar.

—Me vale una reverenda verga mi vocabulario. ¿Cómo es que consiguieron mi espejo?

Todo quedo en silencio durante unos instantes, en los que Sebastián nos miraba de reojo. Al demonio de ojos carmín no le interesan las idioteces de una "humana" idiota, que no sabe hacer más que fastidiarle la vida a su joven amo.

— ¡Ciel! —Volví a insistir. Su mirada se transformó en la de un demonio y me miro de mala gana.

—Lo robaron. En la noche entraron a tu habitación, y se lo llevaron. Por eso Sebastián y yo salimos aquella vez. Necesitábamos recuperar esa cosa.

~MariFerLol~

 『 ᴛʜᴇ ʙᴏᴏᴋ ᴏғ ʀɪᴅɪᴄᴜʟᴏᴜsɴᴇss. 』➸『 ᴋᴜʀᴏsʜɪᴛsᴜᴊɪ 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora