La anatomía de Kim JongIn.
KYUNGSOO.Habían transcurrido cuatro meses desde que estaba en una relación con mi moreno. Soy algo posesivo, solo un poco.
Él había dejado en el pasado esas feas gafas que le cubrían la mitad del rostro, sin exagerar, para mudar a esas benditas lentillas a medida que le hacían un bien a la humanidad. Gracias oftalmólogos que inventaron los lentes de contacto.
Meses llenos de amor y felicidad, hasta parecía Navidad. Hubieron numerables abrazos, manos entrelazadas, uno que otro toqueteo subido de tono - pero eso casi nunca ocurría cuando tenías un novio que evitaba esos momentos a toda costa -, besos casi las veinticuatro horas del día y... nada más.
Me tenía a base de agua y pan el maldito de JongIn.
Lo que empeoraba la situación, es que últimamente él se estaba convirtiendo en un individuo más descarado, y cuando yo ya estaba sintiendo que los pantalones se me ajustaban demasiado, mi "dulce" moreno, se separaba de mi cuerpo dejándome paralizado y más caliente que una tetera hirviendo.
Era incómodo estarse masturbando, cuando tenías una pareja para ello, encima guapísimo. Ciertamente no sabía de dónde estaba sacando tanta paciencia. Merecía un premio Nobel, hasta un día se le comenté de forma burlesca que yo más que nadie en el universo merecía esa estatuilla dorada en mi estantería para poder presumirla, pero él me respondió o mejor dicho, informó, que la estatuilla de la que me estaba refiriendo eran realmente los Oscar's, y que los Nobel's no se brindaban por gozar de un gran temple. Yo lo golpeé en el brazo deletreándole lentamente que era sar-cas-mo. A veces no entendía mi sentido del humor.
Yo nunca más le había vuelto a mencionar sobre tener intimidad porque no quería parecer un adicto o enfermo sexual y asustar al niño. Si, un niño, porque JongIn parecía un infante grande con una inteligencia de otro cosmo. Aún rememoro cuando una noche fuimos a cenar a un establecimiento de KFC, todo estaba siguiendo su curso hasta que el balde de pollo frito estuvo frente a mi nariz y cuando casi le doy un gran mordisco a la patita de pollo, éste me salió con la historia que lo que realmente estaba por engullir no era pollo, sino polluelos bebés que les quitan la vida antes de cumplir un año de edad, que los guardaban en jaulas inmensas y los separaban de sus mamás al primer mes, para tiempo después ir a parar a los estómagos de la ciudadanía. Me quedé con la mandíbula hasta el suelo y la presa se me resbaló de los dedos, me entró un remordimiento horrible y lo maldije por haberme contado eso. Mientras que admiraba con la boca aún más abierta, como JongIn degustaba el pollo, pese a que me había relatado toda esa tragedia animal. Creo que él sólo quería más pollo para él, por eso mismo digo que es un crío, con el cerebro de Einstein, pero un mocoso al fin y al cabo.
Habían ocasiones que quería hacerlo escalar un peldaño más... Estudiar hasta dónde era el tope de su perfecto autocontrol. Por ende, lo máximo que habíamos llegado, es a que yo le quitara la camiseta, pero ese glorioso momento duró muy poco, porque abrió los ojos, se levantó de la cama como si una fuerza magnética lo estuviera gobernando, y se encerró en su baño para posteriormente oír la regadera activándose. Y a mí, que me parta un rayo.
Sin embargo, habían ciertas veces que los besos se prolongaban más de lo debido - cosa que a mí me encantaba - y percibía su miembro empalmado rozándome el vientre o si nos encontrábamos echados, por mi muslo, en esos cortos segundos yo daba gritos internos llenos de alegría y exclamaba para mí mismo "Al fin, por los Dioses", pero ocurría lo mismo de siempre... Se volvía a repetir lo que ya mencioné. Como un círculo vicioso.
De verdad que no lo culpaba. Yo era consciente que era el principal responsable de sus acciones, básicamente por haberle propuesto esa noche de sexo sin compromiso. Lo había traumado, porque según él, piensa que si tenemos intimidad, se perdería esa "magia" que yo sentía por él o algo así me había dicho esa noche después de la fiesta, ¡Eran tonterías! pero cuando a Kim se le metía algo en la cabeza, no sé le salía...
ESTÁS LEYENDO
Te lo suplico: Solo una noche [KaiSoo]
FanfictionJongIn y KyungSoo son amigos en la universidad; pero desde un acontecimiento, KyungSoo, no puede sacar de sus pensamientos al de piel dorada. El bajito le suplicará para tengan solo una noche de sexo, pero el alto lo rechazara en cada una de las pet...